Estudio que analiza la relación entre la aparición de fibrilación auricular en una cohorte de mujeres sanas y la mortalidad total y cardiovascular.
El riesgo asociado con la fibrilación auricular (FA) de reciente comienzo en mujeres de mediana edad y otras poblaciones de bajo riesgo no está claramente establecido. En el artículo publicado recientemente en JAMA, los autores analizan la asociación entre la FA incidente y la mortalidad en mujeres inicialmente sanas incluidas en el Women’s Health Study (WHS), evaluando a su vez la influencia de las comorbilidades asociadas en el riesgo cardiovascular.
Entre 1993 y 16 de marzo de 2010, 34.722 mujeres participantes en el estudio WHS se sometieron a un seguimiento prospectivo. Las participantes fueron en su mayoría blancas, mayores de 45 años (mediana, 53 [rango intercuartil, 49 a 59 años]), y libres de FA y enfermedad cardiovascular al inicio del estudio. Para determinar el riesgo de eventos asociado a la FA incidentes, se realizaron modelos de regresión de riesgo proporcional de Cox con uso de variables que varían con el tiempo. Además se realizó un análisis secundario en mujeres con FA paroxística. Los objetivos primarios del estudio incluyeron la mortalidad por cualquier causa, la mortalidad por causa cardiovascular y la mortalidad no cardiovascular. Los objetivos secundarios incluyeron ACV, insuficiencia cardiaca congestiva e infarto de miocardio.
Se realizó un seguimiento medio de 15,4 (14,7-15,8) años. Durante este tiempo 1.011 mujeres desarrollaron FA. Las tasas de incidencia de mortalidad por cualquier causa por 1.000 personas-año entre las mujeres con y sin FA fueron 10,8 (IC 95%: 8,1 a 13,5) y 3,1 (IC 95%: 2,9 a 3,2). Respecto a la mortalidad cardiovascular, las tasas de incidencia fueron 4,3 (IC 95%: 2,6 a 6,0) y 0,57 (IC 95%, 0,5 a 0,6) respectivamente y para la mortalidad no cardiovascular 6,5 (IC 95% 4,4 a 8,6) y 2,5 (IC 95%, 2,4 a 2,6) respectivamente. En los modelos multivariables, el riesgo (HR) de la FA de nuevo comienza respecto a la mortalidad por cualquier cause, mortalidad por enfermedades cardiovasculares y mortalidad no cardiovascular fueron 2,14 (IC 95%, 1,64 a 2,77), 4,18 (IC 95%, 2,69 a 6,51) y 1,66 (IC 95%, 1,19 a 2,30) respectivamente. Tras el ajuste por eventos cardiovasculares no mortales pero que potencialmente podían influir en la mortalidad, los riesgos se atenuaron, aunque la FA de reciente comienzo permaneció asociada de forma independiente con todos los componentes de la mortalidad (por todas las causas: HR, 1,70 [IC 95%, 1,30-2,22]; cardiovasculares: HR, 2,57 [IC 95 %, 1,63-4,07], y no cardiovasculares: HR, 1,42 [IC 95%, 1,02-1,98]). Entre las mujeres con FA paroxística (n = 656), el aumento de riesgo de mortalidad se limitó a las causas cardiovasculares (HR, 2,94; IC 95%, 1,55-5,59).
Con estos resultados, los autores concluyen que la FA de reciente comienzo en un grupo de mujeres sanas, se asocia claramente a un incremento en el riesgo de mortalidad, tanto cardiovascular como no cardiovascular.
Comentario
Las mujeres sanas de mediana edad que desarrollan FA tienen un mayor riesgo de muerte en comparación con las mujeres que no la tienen, de acuerdo con estos nuevos resultados que abarcan 15 años de seguimiento por parte del Women's Health Study. Sin embargo, una proporción significativa del riesgo de mortalidad parece atribuible a la aparición de eventos cardiovasculares no fatales antes de la muerte, lo que sugieren una oportunidad para mejorar el pronóstico de las personas con FA de reciente comienzo a través de la prevención.
Lo novedoso de la población en este estudio fue que eran mujeres sanas de mediana edad sin enfermedad cardiovascular al inicio del estudio. Pero aún en esta población de bajo riesgo, el desarrollo de FA se asoció con un aumento de la mortalidad. Aquellas mujeres que desarrollaron FA tenían el doble de probabilidades de morir que aquellas que no desarrollaron FA y la mayoría de las muertes fueron cardiovasculares. El riesgo absoluto fue pequeño, lo que refleja la carga de comorbilidad baja en esta población. No obstante, en la cohorte de WHS, casi la mitad de las mujeres que posteriormente desarrollaron FA tenían hipertensión, un tercio tenían hipercolesterolemia, y el 9% eran fumadores al inicio del estudio, por lo que realmente no estaban tan sanas al inicio del estudio.
En resumen, estos resultados confirman que los médicos deben ser agresivos en la detección y el tratamiento de la FA en individuos sanos.
Referencia
- Conen, David; Chae, Claudia U.; Glynn, Robert J; Tedrow, Usha B.; Everett, Brendan M.; Buring, Julie E.; Albert, y Christine M.
- JAMA. 2011;305(20):2080-2087.