En una época en que la preocupación por los factores de riesgo de la epidemia de patología cardiovascular es creciente, se impone llevar a cabo una vida sana con una dieta saludable. El consumo de chocolate es un placer, y por tanto debe ser forzosamente malo para la salud, ¿o no?
Realmente aunque clásicamente carecíamos de muchos estudios serios que fundamentaran esta afirmación, vulgarmente no era raro escuchar esto. Pues ahora parece que nada más lejos de la realidad.
Recientemente, algunos trabajos habían desvelado que determinados productos del cacao conteniendo flavonol podrían tener el potencial de prevenir enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Y es que ciertos estudios (tanto experimentales como observacionales) han señalado el hecho de que el consumo de chocolate podría tener una influencia positiva para la salud, con efectos antioxidantes, actividad antihipertensiva, antiinflamatoria, antiaterogénica, antitrombótica así como la capacidad de mejorar la resistencia a la insulina, la función endotelial y la producción de óxido nítrico.
Partiendo de este punto, investigadores del Reino Unido (Cambridge) publican en British Medical Journal un excelente metaanálisis y revisión sistemática sobre la relación entre el chocolate y el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
El trabajo, que intentó incluir ensayos aleatorizados y de cohortes, casos y controles y estudios transversales llevados a cabo en humanos, evaluando la relación entre el consumo de chocolate y el riesgo de presentar alteraciones cardiometabólicas, analizó por medio de dos investigadores –y uno tercero de desempate-, 4.576 referencias publicadas antes de octubre de 2010. De todas ellas, siete artículos cumplieron finalmente los criterios exigidos (con 114.009 participantes, la mayoría blancos caucásicos, entre 25 y 93 años, pertenecientes a países occidentales).
La variable resultado principal (o primaria) fue la aparición de alteraciones cardiometabólicas, incluyendo como tales, enfermedad coronaria e ictus, diabetes y síndrome metabólico. Mediante un metaanálisis (de efectos aleatorios) compararon el riesgo de desarrollar las mencionadas enfermedades discriminando entre aquellas personas con los niveles más altos y más bajos de consumo de chocolate.
De los siete trabajos incluidos, cabe destacar que no hubo ningún estudio aleatorizado, seis fueron estudios de cohortes y el restante fue de diseño transversal. Así, se observó una importante heterogeneidad en los niveles de consumo y tipos de chocolate, metodología y eventos adversos recogidos en las diferentes publicaciones. No obstante, de los siete estudios presentados, cinco de ellos concluían la existencia de una relación beneficiosa en el grupo con un consumo de más alto de chocolate y el riesgo de alteraciones cardiometabólicas. Resumiendo, los niveles más altos de ingesta de chocolate se asociaron con una reducción del 37% en cuanto a enfermedades cardiovasculares (Riesgo Relativo 0,63, con un intervalo de confianza al 95% de 0,44-0,90) y una reducción en el desarrollo de ictus del 29%, comparados con aquellos con los niveles más bajos.
De esta forma, los autores concluyen que, basándose en estudios observacionales, los niveles de consumo de chocolate parecen asociarse con una sustancial reducción en el riesgo cardiometabólico y vascular. Por supuesto, terminan con la imprescindible coletilla de que se necesitan más estudios, experimentales si es posible, para confirmar el potencial efecto beneficios señalado más arriba.
Comentario
Buenas noticias, pues. Nos encontramos con un artículo, de elegante diseño y ejecución, tan llamativo que ha merecido ser resaltado como uno de los más relevantes presentados en el reciente congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, ESC 2011, celebrado a finales de agosto en Paris.
Los resultados son tremendamente esperanzadores para los defensores a ultranza de este alimento, que ahora dispondrán además de las razones gastronómicas puras, de poderosas razones médicas para aconsejarlo (o "evidencia" científica como dicen algunos). Eso sí, desconocemos el tipo (chocolate blanco o negro, en bebida, snacks…) y la cantidad exacta de chocolate que suponen un beneficio claro para el perfil cardiovascular pero, desde luego, es un gran inicio a falta de estudios más concretos.
No obstante, conviene no olvidar otros efectos negativos del chocolate y no perderlos de vista en la euforia, por ejemplo el alto contenido calórico que contiene, tanto como 500 kcal por 100 g eventualmente, en grasas y azúcares.
Por tanto, y como casi siempre, cabe recomendar moderación y prudencia.
Referencia
Chocolate Consumption and Cardiometabolic Disorders: Systematic Review and Meta-Analysis
- Buitrago-Lopez A, Sanderson J, Johnson L, Warnakula S, Wood A, Di Angelantonio E, y Franco OH.
- BMJ. 2011 Aug 26;343:d4488.