Este es un artículo que tiene relevancia en el contexto del enorme interés que se ha creado alrededor de los nuevos anticoagulantes orales y que trata de responder a una de las preguntas pendientes: ¿existe alguna forma de revertir su efecto?
Los autores de este estudio evaluaron la capacidad del concentrado de complejo de protrombina para revertir el efecto de dabigatrán y de rivaroxabán en un pequeño grupo de 12 voluntarios varones sanos. En una primera fase, los voluntarios tomaron de forma aleatoria y ciega rivaroxabán (20 mg cada 12 horas) o placebo durante dos días y medio, seguido de un bolo (50 unidades/kilo) de complejo de protrombina o placebo. Tras un periodo de lavado del efecto de los fármacos, en la segunda fase se repitió el procedimiento con dabigatrán.
Como era de esperar, el rivaroxaban produjo en los sujetos que lo tomaron una prolongación significativa del tiempo de protrombina (15,8 ± 1,3 segundos frente a 1,3 ± 0,7 en condiciones basales, p>0,001) que fue corregida de forma completa e inmediata por el complejo de protrombina (12,8 ± 1,0). De forma similar, la capacidad de generación de trombina fue reducida por rivaroxabán y se normalizó con la administración de complejo de protrombina. Por otra parte, el tratamiento con dabigatrán aumenó los tiempos de tromboplastina parcial activada y el tiempo de trombina; en el caso del dabigatrán ninguno de estos parámetros se normalizó con la administración del complejo de protrombina.
Comentario
Como bien saben los seguidores de nuestro blog, el desarrollo de los nuevos fármacos anticoagulantes es uno de los temas calientes en la investigación en cardiología. Diseñados como inhibidores de factores específicos de la cascada de la coagulación, han demostrado tener una eficacia similar a la de las heparinas de bajo peso molecular en la prevención de la trombosis venosa profunda, y mucho más interesante, una eficacia parecido al sintrom en la prevención de embolias en pacientes con fibrilación auricular asociada a una reducción del riesgo de hemorragias, reducción espectacular en el caso de la hemorragia intracraneal. Los datos de los estudios han creado una expectación máxima sobre su posible utilidad en la clínica. Sin embargo, y como corresponde a fármacos nuevos, existen todavía algunas dudas sobre su empleo. La más importante es, si existe la posibilidad de revertir su efecto, en el caso de que fuera necesario, como por ejemplo ante una hemorragia importante o ante la necesidad de una cirugía urgente.
Los autores de nuestro estudio de hoy evaluaron la utilidad del complejo de protrombina, que es una mezcla de factores de la coagulación (habitualmente la asociación de los factores II, VII, IX y X) para revertir el efecto anticoagulante de estos nuevos fármacos en un pequeño grupo de sujetos sanos con conclusiones claras. En el caso del rivaroxaban, que es un inhibidor del factor X, el complejo de protrombina produjo una normalización de los parámetros de estudio. Sin embargo, en el caso del dabigatrán, que actúa inhibiendo al factor II, la trombina, el último paso de la cascada de la coagulación, el complejo de protrombina simplemente no tiene efecto demostrable. En el editorial que acompaña al artículo, el autor sugiere que (a pesar de algunas disquisiciones metodológicas) el complejo de protrombina podría ser efectivo en el caso del rivaroxabán pero que en el caso de dabigatrán la situación se complica, y la última solución posible (al menos desde un punto de vista teórico) es la diálisis, que podría eliminar hasta un 60% del fármaco.
Referencia
- Eerenberg ES, Kamphuisen PW, Sijpkens MK, Meijers JC, Buller HR, y Levi M.
- Circulation. 2011;124:1573-1579.