El valor de la reserva fraccional de flujo es un parámetro más que conocido, ya que todos tenemos en mente que es una de las formas más precisas y elegantes de demostrar que una lesión coronaria tiene repercusión funcional y es capaz de producir isquemia. Sin embargo, su medición solo se puede hacer (por lo menos hasta ahora) de forma invasiva con una guía de presión en el laboratorio de hemodinámica.
Los autores del estudio desarrollaron un nuevo método basado en el estudio de la dinámica de flujo aplicable a las imágenes que se obtienen con los protocolos habituales de cardio-TC sin ningún tipo de modificación especial y diseñaron un estudio multicéntrico para validar este método con la FFR convencional obtenida en la sala de hemodinámica. Se estudiaron 159 vasos en 103 pacientes estables con sospecha de enfermedad coronaria en los que se realizó un estudio de cardio-TC, coronariografía y FFR convencional. Los estudios con cardio-TC se hicieron con el equipo y protocolo habitual de cada centro, lo que incluye equipos de diferentes casas comerciales y diferente número de detectores (64 o 256). Los datos se analizaron de forma ciega en laboratorios centralizados y se empleó la FFR obtenida en el laboratorio de hemodinámica como referencia para valorar el rendimiento de las otras técnicas.
Se comprobó que 56 pacientes tenían al menos un vaso con lesiones asociadas a FFR inferior a 0,8 (el criterio que se emplea habitualmente para definir la presencia de isquemia asociada). La presencia de lesiones anatómicas (estenosis superior a 50%) en el cardio-TC tuvo un rendimiento discreto (sensibilidad 91,4%, especificidad 39,6%, valor predictivo positivo 46,5%, valor predictivo negativo 88,9%) para detectar estas lesiones con repercusión funcional diagnosticadas con la FFR invasiva. Sin embargo, este rendimiento aumentó de forma muy llamativa (sensibilidad 84,3%, especificidad 87,9%, valor predictivo positivo 73,9%, valor predictivo negativo 92,2%) cuando se empleó la FFR no invasiva calculada con el cardio-TC.
Comentario
En los últimos años, el cardio-TC se ha convertido en una herramienta útil que permite la valoración no invasiva de la anatomía coronaria; su principal valor es que permite descartar de forma rápida y fiable la presencia de enfermedad coronaria. Pero una de las limitaciones importantes que tiene el clínico a la hora de interpretar los resultados es que en muchos estudios se aprecian placas que causan estenosis de grado variable de la luz y que no sabemos cómo tratar, ya que la principal información que necesitamos para guiar el tratamiento es saber si existe una isquemia importante asociada. La opción más habitual es complementar el estudio con un test de detección de isquemia, que aporta la información necesaria para poder obrar en consecuencia. Una segunda opción, que se está investigando en los últimos años, es la posibilidad de hacer directamente test de detección de isquemia con el cardio-TC, ya que los nuevos equipos que emplean dosis bajas de radiación permiten hacer protocolos con adenosina que parecen dar una información similar a la que podríamos obtener con un estudio isotópico. Los autores de este estudio abren la puerta a una tercera posibilidad, el cálculo no invasivo de la reserva fraccional de flujo con cardio-TC, con unos resultados notables en lo que se debe considerar un estudio formal de validación. La técnica es más que interesante ya que en principio sería aplicable a cualquiera de los protocolos y equipos de cardio-TC disponibles en la actualidad. Sin embargo, está basada en un modelo matemático muy complejo (para el cardiólogo es imposible entender incluso la descripción del método empleado) y necesita una estación de trabajo compleja que requiere 5 horas por estudio para obtener los datos. Está claro que hacen falta muchas horas de desarrollo del método para que sea aplicable en clínica, pero la técnica acerca la posibilidad de obtener los datos de una forma tan valiosa como la reserva fraccional de flujo de forma rutinaria y no invasiva.
Referencia
- Koo BK, Erglis A, Doh JH, Daniels DV, Jegere S, Kim HS, Dunning A, Defrance T, Lansky A, Leipsic J, y Min JK.
- J Am Coll Cardiol. 2011;58(19):1989-1997.