Más de 2 millones de personas participan en carreras de larga distancia en Estados Unidos cada año. La comunicación y conocimiento de los fallecimientos o las paradas cardiacas acontecidos en estos eventos ha generado preocupación acerca de su seguridad.
El estudio que comentamos hoy es un registro observacional que evaluó la incidencia de paradas cardiacas relacionadas con la participación en carreras de maratón (42,180 km) o media maratón de Estados Unidos, entre el 1 de enero de 2000 y el 31 de mayo de 2010. Se analizaron las características de los sujetos que presentaron una parada cardiaca mediante la entrevista directa, revisión de los informes clínicos de los deportistas, así como de entrevista de los familiares directos de los fallecidos.
Se trata del registro más amplio, hasta la fecha, de corredores de larga distancia puesto que incluyó a 10,9 millones de corredores. Se observaron 59 casos de parada cardiaca, 51 de estas en varones y la edad media 42±13 años; por tanto, la incidencia de parada cardiaca fue 0,54 por 100.000 participantes (intervalo de confianza (IC) 95% 0,41-0,70). La enfermedad cardiovascular subyacente fue responsable de la mayoría de los casos de parada cardiaca. Se registraron más casos en maratones (1,01 por 100.000 participantes, IC 95% 0,07-0,31) que en las medias maratones (0,27 por 100.000 corredores IC 95% 0,17-0,43), al igual que fue más frecuente en varones (0,90/100.000 IC 0,67-1,18) que en las mujeres (0,16/100,000 IC 95% 0,07-0,31). De forma llamativa, se observó que la incidencia más alta se produjo en los varones corredores de maratón en la segunda mitad del periodo de estudio que comprendió: incidencia en 2000-2004, 0,71/100.000 (IC 95% 0,31-1,40) comparado con 2,03/100.000 (IC 95% 1,33-2,98) en el periodo 2005-2010 (p = 0,01). De los 59 casos de parada cardiaca 42 (71%) fallecieron (incidencia 0,39/100.000 IC 95% 0,28-0,52). La realización de maniobras de resucitación por las personas del evento y el diagnóstico de alguna cardiopatía que no fuera miocardiopatía hipertrófica fueron los principales predictores de sobrevivir a la parada cardiaca.
Las conclusiones del estudio son que el maratón y la media maratón tienen implícito un bajo riesgo de parada cardiaca y muerte súbita. La parada cardiaca se debe fundamentalmente a la presencia de miocardiopatía hipertrófica o aterosclerosis coronaria no diagnosticada y ocurre fundamentalmente en varones participantes en pruebas de maratón; además, la incidencia de parada cardiaca ha aumentado en este subgrupo de corredores en la última década.
Comentario
La muerte súbita del deportista es un tema de creciente interés por varios aspectos como podrían ser la incidencia en gente joven y aparentemente sana, la repercusión mediática o la controversia sobre los efectos nocivos de determinadas prácticas deportivas. Además, no existe un consenso entre las recomendaciones europeas y americanas, plasmadas en las guías para el screening de deportistas, lo cual refleja la falta de evidencias definitivas y promueve el constante debate sobre la actitud los médicos y especialistas.
El atletismo y las carreras de larga distancia han aportando muchas evidencias sobre los beneficios y daños del ejercicio a nivel cardiovascular. Se ha descrito una incidencia superior de fibrilación auricular, bradicardia extrema, remodelado ventricular específico o la hiponatremia y su implicación en la fatiga muscular. Este artículo del grupo de estudio RACER representa el registro más grande publicado hasta el momento de corredores de larga distancia, y demuestra que el riesgo muerte súbita durante la práctica de este ejercicio es baja, concentrándose especialmente en los varones con algún tipo de cardiopatía previa. Como el registró reclutó corredores durante una década se pudo demostrar que había una mayor incidencia de muerte súbita en los segunda mitad del registro, dejando entrever, posiblemente, un cambio en el perfil de los corredores de estas pruebas.
Casi simultáneamente se publicó en la misma revista una comunicación breve sobre la incidencia de 3 casos de infarto agudo de miocardio, producidos por una trombosis intracoronaria aguda, inmediatamente después de finalizar el Maratón de Boston de 2011(Acute Coronary Thrombosis in Boston Marathon Runners. N Engl J Med 2012; 366:184-185). De estos 3 corredores, solo uno presentaba lesiones coronarias evidentes y en los otros dos el trombo intraluminal fue el único hallazgo. Además, los 3 corredores habían realizado un viaje en avión de, al menos, 4 horas de duración en los días previos para desplazarse al lugar de la carrera.
Esta interesante comunicación desvela y reaviva las implicaciones del ejercicio físico en los mecanismos de autorregulación de la hemostasia, ampliando el panorama de debate actual sobre la forma idónea de realizar un screening en los deportistas, las recomendaciones para el entrenamiento y las posibles medidas destinadas para la prevención de complicaciones cardiovasculares graves.
Referencia
Cardiac Arrest during Long-Distance Running Races
- Jonathan H. Kim, Rajeev Malhotra, George Chiampas, Pierre d'Hemecourt, Chris Troyanos, John Cianca, Rex N. Smith, Thomas J. Wang, William O. Roberts, Paul D. Thompson y Aaron L. Baggish, del grupo de estudio RACER.
- N Engl J Med 2012; 366:130-140.