Subanálisis del estudio RE-LY en el que se investiga la aparición de eventos isquémicos miocárdicos en pacientes con fibrilación auricular tratados con dabigatrán o warfarina.
En pacientes con fibrilación auricular se ha descrito un pequeño riesgo de infarto de miocardio y de eventos isquémicos miocárdicos.
Los autores del artículo publicado la semana pasada en Circulation, analizan los datos del estudio RE-LY (Randomized Evaluation of Long-Term Anticoagulation Therapy) para informar de las tasas de infarto de miocardio, angina inestable, paro cardiaco y muerte cardiaca y el beneficio clínico neto y los efectos del tratamiento de dabigatrán en comparación con warfarina, en relación con dichos eventos isquémicos miocárdicos.
Las cifras anuales de aparición de infarto agudo de miocardio con dabigatrán MI 110 o 150 mg fueron de 0,82% y 0,81% respectivamente, frente al 0,64% con warfarina (HR 1,29; IC 95% 0,96-1,75; p=0,09 para 110 mg de dabigatrán y HR 1,27; IC 95% 0,94-1,71; p=0,12 para 150 mg de dabigatrán frente a warfarina). Cuando se analizaron de forma conjunta los eventos isquémicos miocárdicos (infarto de miocardio, angina inestable, paro cardiaco y muerte cardiaca), las tasas anuales de dicho objetivo combinado fueron del 3,16% por año con dabigatrán 110 mg, 3,33% por año con dabigatrán 150 mg, y 3,41% por año con warfarina (HR 0,93; IC 95% 0,80-1,06%; p=0,28 para 110 mg de dabigatrán y HR 0,98; IC 95% 0,85-1,12; p=0,77 para 150 mg de dabigatrán en comparación con la warfarina). Los efectos relativos de dabigatrán en comparación con la warfarina en los eventos isquémicos miocárdicos fueron consistentes en los pacientes con o sin antecedentes de infarto de miocardio o enfermedad arterial coronaria.
La combinación de eventos preespecificados como "beneficio clínico neto" (todos los accidentes cerebrovasculares, embolia sistémica, infarto de miocardio, embolia pulmonar, hemorragia grave y muerte por todas las causas) se produjeron a una tasa del 7,34% por año con dabigatrán 110 mg, 7,11% por año con dabigatrán 150 mg, y 7,91% por año con warfarina (HR 0,92; IC95% 0,84-1,01, p = 0,09 para 110 mg de dabigatrán y HR 0,90, IC95% 0,82-0,99, p = 0,02 para 150 mg de dabigatrán).
Con estos datos, los autores concluyen que hubo un aumento no significativo en la aparición de infarto agudo de miocardio en relación con dabigatrán en comparación con warfarina, aunque no se observa dicho incremento respecto a la combinación de eventos isquémicos miocárdicos.
Comentario
En el estudio RE-LY se comparó dabigatrán frente a warfarina en prevención del ictus y la embolia sistémica en pacientes con fibrilación auricular no valvular. A una dosis de 110 mg dos veces al día, dabigatrán tuvo una eficacia similar a la warfarina, pero tasas más bajas de hemorragia, y a una dosis de 150 mg dos veces al día, dabigatrán se asoció con menores tasas de ictus y embolia sistémica que warfarina, con similar tasa de hemorragias mayores. Sin embargo, en dicho estudio hubo numéricamente más infartos de miocardio en pacientes tratados con dabigatrán que en los pacientes tratados con warfarina, y en un posterior metaanálisis de ensayos de no inferioridad se concluyó que dabigatrán se asocia con un aumento del riesgo de infarto de miocardio o síndrome coronario agudo.
El subanálisis actual intenta aclarar en la medida de lo posible el efecto de dabigatrán sobre la aparición de eventos isquémicos miocárdicos. Efectivamente, se objetiva una tendencia no estadísticamente significativa a un aumento de infartos de miocardio, aunque no en los eventos combinados de isquemia miocárdica, y el efecto es consistente en los pacientes con y sin manifestaciones previas de enfermedad coronaria. El beneficio clínico neto, que incluye los principales eventos isquémicos y trombóticos, así como hemorragia grave, fue estadísticamente menos frecuente con dabigatrán 150 mg dos veces que con warfarina, por lo tanto, parece que hay un beneficio neto global con dabigatrán en comparación con warfarina, incluso en pacientes con infarto previo o enfermedad coronaria.
Referencia
- Stefan H. Hohnloser, Jonas Oldgren, Sean Yang, Lars Wallentin, Michael Ezekowitz, Paul Reilly, John Eikelboom, Martina Brueckmann, Salim Yusuf y Stuart J. Connolly
- Circulation 2012;125 669-676.