Este estudio nace de la necesidad de conocer la duración óptima de la doble antiagregación tras el implante de stent coronario a largo plazo y la relación riesgo-beneficio en función del tiempo de mantenimiento, aspecto que ha permanecido pobremente aclarado.
Para ello, los autores evaluaron el impacto de dos duraciones de tratamiento antiagregante doble, una de 6 meses y otra de 24 meses, en una población de pacientes amplia y sin restricciones que recibían una proporción balanceada de stents convencionales o farmacoactivos aprobados por la Food and Drug Administration (FDA), todo ello planteado de forma multicéntrica en un grupo de hospitales italianos.
Se asignaron de forma aleatorizada 2.013 pacientes a recibir stent convencional, stent recubierto de zotarolimus, stent recubierto de paclitaxel o stent recubierto de everolimus. A los 30 días, los pacientes de cada grupo de stent fueron aleatorizados a recibir clopidogrel durante 6 o 24 meses acompañando dicha terapia siempre con aspirina. Plantearon un objetivo primario formado por un compuesto de muerte por cualquier causa, infarto de miocardio o ictus. El riesgo acumulado de sufrir el objetivo primario a los 2 años fue del 10,1% con la doble antiagregación durante 24 meses, comparado con el 10,0% del grupo de doble antiagregación durante 6 meses (hazard ratio 0,98; 95% IC 0,74-1,29; p= 0,91). Los riesgos individuales para muerte, infarto de miocardio, ictus or trombosis del stent no fueron diferentes entre los 2 grupos de estudio. Sin embargo, existía un riesgo de hemorragia mayor consistente en el grupo de 24 meses con clopidogrel de acuerdo con todas las definiciones de sangrado preespecíficas, incluyendo la recientemente propuesta de clasificación del Bleeding Academic Research Consortium.
Los autores presentan como conclusiones de su estudio que el tratamiento con clopidogrel durante 24 meses en pacientes que han recibido una mezcla balanceada de stents convencionales o farmacoactivos no fue significativamente más efectivo que el régimen de 6 meses en la reducción del evento compuesto de muerte por cualquier causa, infarto de miocardio o ictus.
Comentario
A pesar del abrumador éxito del intervencionismo percutáneo, nuestros compañeros intervencionistas que comúnmente se enfrentan a un número de preguntas muy sencillas para las cuales las respuestas deberían ser obvias, deben hacer frente a una realidad donde esas respuestas van a ser completamente desconocidas. Dentro de estas interrogantes, la cuestión más común tiene que ver con la duración adecuada de la doble terapia antiagregante (la combinación de aspirina y un inhibidor de las plaquetas P2Y12) en pacientes que han recibido stents coronarios. Que una terapia de 9 a 12 meses con clopidogrel tras stent convencional en el PCI-CURE mostrara una reducción del compuesto de muerte, infarto de miocardio o ictus en casi un 30% de los pacientes con un síndrome coronario agudo sin elevación ST comparado con un tratamiento de 1 mes de duración, puede haber contribuido a que la tendencia haya sido la de prolongar la doble antiagregación llegándose a proponer hasta una duración indefinida en los stents farmacoactivos si el riesgo de sangrado es bajo.
El estudio planteado por Valgimigli es pertinente y de hecho hay más estudios en camino para cubrir este aspecto como el estudio DAPT, en proceso de aleatorización de más de 15000 pacientes con farmacoactivos y más de 5000 pacientes con stent convencional para tratamiento de 12 o 30 meses, identificando a los pacientes en el momento de implante del stent, estratificándolos en función de su "complejidad" clínica y angiográfica, cuyo resultado se espera para el 2014.
Este estudio de Valgimigli conocido también como PRODIGY (PROlonging Dual antiplatelet treatment after Grading stent-induced Intimal hyperplasia studY) presenta importantes limitaciones, una muy clara es la heterogeneidad en los tipos de stent. Es sabido por evidencia histopatológica que el recubrimiento endotelial de los stuts de los stents es mayor con los diseños actuales si los comparamos con las primeras generaciones de stent farmoactivos, lo que implica una menor tasa de trombosis de los stent. Así en PRODIGY un cuarto de los pacientes recibieron stent de paclitaxel, mientras que el doble recibieron stents de everolimus o zotarolimus de un diseño de los modernos, por lo que el poder para discernir entre la terapia doble larga o corta en los de paclitaxel va a ser limitado. El diseño no ciego puede haber introducido un posible sesgo que se minimizó mediante un comité independiente que no estaba al tanto de las asignaciones de tratamiento y que adjudicaba todos los eventos isquémicos y hemorrágicos.
En un editorial acompañante de Kleiman tras la lectura atenta del artículo original se afirma que a pesar de estos hallazgos se debe ser cauto al tratarse del primer estudio con estos resultados, y el enfoque lógico debería ser continuar la terapia doble antiagregante durante un mínimo de doce meses en los pacientes con farmacoactivos y quizás con duraciones mayores en los pacientes con presentaciones complejas o procedimientos complejos de implante de stent, mientras que se reservaría la terminación precoz para los pacientes con mala tolerancia al tratamiento. Quizás debamos esperar al estudio DAPT que probablemente nos de una respuesta definitiva a este dilema sobre el tiempo óptimo de la doble antiagregación.
Referencia
- Marco Valgimigli, Gianluca Campo, Monia Monti, Pascal Vranckx, Gianfranco Percoco, Carlo Tumscitz, Fausto Castriota, Federico Colombo, Matteo Tebaldi, Giuseppe Fucà, Moh’d Kubbajeh, Elisa Cangiano, Monica Minarelli, Antonella Scalone, Caterina Cavazza, Alice Frangione, Marco Borghesi, Jlenia Marchesini, Giovanni Parrinello y Roberto Ferrari.
- doi: 10.1161/CIRCULATIONAHA.111.071589.