Estudio descriptivo, retrospectivo, basado en bases de datos administrativas que intenta relacionar la obesidad y la desnutrición como predictores de mortalidad y reingreso en pacientes diagnósticados de insuficiencia cardiaca en los servicios de medicina interna de España.
La obesidad es un factor independiente de riesgo de insuficiencia cardiaca; sin embargo, se ha demostrado que los pacientes obesos con insuficiencia cardiaca tienen mejor evolución, lo que se ha llamado «paradoja de la obesidad». Por otro lado, la desnutrición tiene un papel pronóstico negativo en la insuficiencia cardiaca.
Los autores de este estudio analizaron los datos del Conjunto Mínimo Básico de Datos de los pacientes con diagnóstico de insuficiencia cardiaca dados de alta por todos los servicios de medicina interna del país en los años 2006-2008. Se identificó a los pacientes con diagnostico de obesidad y/o desnutrición y se comparó la tasa de mortalidad y reingresos de los pacientes con desnutrición u obesidad con los que no las tenían.
Se analizaron 370.983 ingresos por insuficiencia cardiaca; 41.127 (11,1%) tenían registrado un diagnóstico de obesidad y 4.105 (1,1%), de desnutrición. La mortalidad total fue del 12,9% y el riesgo de reingreso, del 16,4%. Los pacientes obesos presentaron menos riesgo de muerte durante el ingreso (odds ratio [OR] = 0,65; intervalo de confianza del 95% [IC 95%], 0,62-0,68) y de reingreso a los 30 días (OR=0,81; IC 95%, 0,78-0,83) que los no obesos. Los pacientes con desnutrición tenían más riesgo de fallecer (OR=1,83; IC 95%, 1,69-1,97) o reingresar (OR=1,39; IC 95%, 1,29-1,51), incluso cuando se ajusta por posibles factores de confusión.
El estudio concluye que la desnutrición en los pacientes hospitalizados por insuficiencia cardiaca aumenta el riesgo de muerte durante el ingreso y la posibilidad de reingreso, mientras que la obesidad se comporta como un factor protector.
Comentario
Se trata de un estudio observacional retrospectivo, basado en una base de datos administrativa (CMB), de distintos hospitales de todo el país, que analiza pacientes dados de alta con el diagnóstico de insuficiencia cardiaca. A pesar de las limitaciones que tienen estas bases de datos (mala codificación, cambios en criterios, etc.) como el carácter retrospectivo de la misma, así como la escasa utilización en el estudio de variables bioquímicas, de función sistólica o tratamiento farmacológico que claramente modifican el pronóstico, el gran número de pacientes incluidos (más de 370 mil), hacen que las conclusiones puedan ser válidas.
Los autores indican que los pacientes obesos tienen mejor pronóstico que los no obesos y sobretodo los desnutridos, y esto es independiente de las variables pronósticas clásicas. Sin embargo, el análisis realizado (regresión logística en vez de regresión de Cox) y la ausencia del conocimiento de otras variables como por ejemplo, la función renal, función cardiaca, hemoglobina, tratamiento administrado hacen que los resultados puedan ser parcialmente explicados por estas variables y no solo por las derivadas de la obesidad o desnutrición. Por otro lado, solo se utilizan aquellos datos obtenidos en el informe de alta, por lo que la prevalencia de obesidad y desnutrición está por debajo de la media de otros estudios. Es decir, en este estudio probablemente se identifiquen solamente los casos más extremos, aquellos que sin necesidad de tomar ninguna medida se identifican, y por tanto, los resultados aunque son coherentes con lo publicado hasta ahora pueden tener un sesgo de selección. Serían necesarios estudios prospectivos analizando adecuadamente el estado nutricional, el IMC, etc; de todos los pacientes y unificar criterios de diagnóstico de insuficiencia cardiaca, así como la determinación de marcadores que claramente influyen en el pronóstico, para que se pudiera concluir definitivamente este tema.
Referencia
Influencia de la obesidad y la desnutrición en la insuficiencia cardiaca aguda
- Antonio Zapatero, Raquel Barba, Noemi Gonzalez, Juan E. Losa, Susana Plaza, Jesús Canora, Javier Marco.
- Rev Esp Cardiol. 2012;65:421-426.