Artículo en el que se analiza la relación entre el hipotiroidismo subclínico y mortalidad cardiovascular y por todas las causas en adultos.
La prevalencia de hipotiroidismo subclínico en la población general se sitúa entre el 4 y el 20%. Ya anteriores publicaciones han demostrado la relación entre esta patología y los problemas cardiovasculares. Por una parte, el hipotiroidismo subclínico empeora el perfil lipídico, promoviendo la aterogénesis y la formación de placas de colesterol, pudiendo colaborar en la aparición de eventos isquémicos. Por otra parte, puede originar empeoramiento de la función diastólica, alteración de la función endotelial y aumento de la PCR.
Para aclarar la relación existente entre el hipotiroidismo subclínico y la mortalidad global y cardiovascular, en este estudio observacional, los autores recogen información sobre casi 116.000 participantes. Se define como hipotiroidismo subclínico, los valores de TSH entre 5 y 20 mlU/l con concentraciones normales de hormona T4 (4,5-12 µg/dl). El objetivo primario es la mortalidad por cualquier causa; y el secundario, la mortalidad cardiovascular. Se recogen datos sobre antecedentes personales (incluyendo actividad física, educación y nivel socioeconómico), exploración física y análisis sanguíneo.
De todos los estudiados, un 1,6% tenían hipotiroidismo subclínico. La edad media global era de 45 años. Al mostrar las características basales, ya aparecen diferencias en ambos grupos (eutiroideos vs. hipotiroidismo subclínico), todas ellas significativas (p<0,001). Las personas con esta alteración tiroidea eran mayores en edad (47 vs. 43 años), más mujeres (72% vs. 52%), con niveles ligeramente más elevados de peso, presión arterial (sistólica y diastólica), colesterol total, triglicéridos y HDL. Además, eran más frecuentemente diabéticos e hipertensos; y no habían entrado en contacto con agentes tóxicos (tabaco y alcohol) o habían cesado esa exposición. Por otra parte, tenían unos ingresos y un nivel educacional menores que la población analizada eutiroidea.
En el seguimiento, un total de 10 años, hubo 3.669 muertes, 680 de ellas de causa cardiovascular. Con respecto al objetivo primario, la población con hipotiroidismo subclínico tiene estadísticamente (p<0,001) mayor mortalidad global que la población eutiroidea, separándose las curvas alrededor de los 3 años; ocurriendo lo mismo en cuanto a mortalidad cardiovascular (objetivo secundario), aunque estas curvas comienzan a distanciarse a los 2 años de seguimiento.
Al realizar el análisis ajustando los datos según distintas variables como edad, sexo, antecedentes personales, las diferencias que siguen permaneciendo significativas son los datos correspondientes a la mortalidad global a partir de los 5 años (RR 1,53, IC 95% 1,13-2,06, p<0,01) y la mortalidad global (RR 1,53, IC 95% 1,11-1,21, p<0,05) y cardiovascular (RR 2,02, IC 95% 1,10-3.70, p<0,05) en mayores de 65 años y en aquellos con niveles de TSH entre 5 y 10 mlU/l (RR 1,38, IC 95% 1,08-1,78, p<0,05; RR 1,80, IC 95% 1,07-3,01, p<0,05).
De esta forma, los autores concluyen que la presencia de hipotiroidismo subclínico en la población general supone un aumento de riesgo tanto en la mortalidad global como en la cardiovascular a largo plazo; y, ajustando según las distintas variables, se incrementa la mortalidad en el seguimiento a más de 5 años, en pacientes mayores de 65 años y con niveles de TSH entre 5 y 10 mlU/l.
Comentario
Los pacientes cardiópatas son pacientes complejos, ya que en su manejo es preciso tener en cuenta la morbilidad presentada por otras patologías no cardiacas. La enfermedad tiroidea es frecuente, tanto en la población general como en los pacientes con problemas cardiovasculares. Sin embargo, aunque normalmente tenemos muy presentes, sobre todo en pacientes con arritmias, el hipo y el hipertiroidismo; pocas veces creemos importantes estas alteraciones cuando son subclínicas. Este estudio demuestra que aunque el hipotiroidismo sea subclínico supone un aumento claro en la mortalidad global y cardiovascular.
No obstante, el ensayo presenta una limitación importante: no se recoge durante el seguimiento la evolución ni el tratamiento de la enfermedad tiroidea de los participantes que la presentan. Y, aunque ellos presenten mayor mortalidad, no conocemos si se les trató o cómo ha evolucionado esta alteración hormonal a lo largo de los 10 años. Sería interesante obtener estos datos, ya que puede ser que el tratamiento del hipotiroidismo subclínico, su resolución y su evolución tengan que ver en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Independientemente de que se necesiten mayores estudios en este tema, este artículo nos deja claro, una vez más, que el abordaje del paciente cardiópata debe ser integral y multidisciplinar; intentando abordar todos los problemas que presenta el paciente ya que, por mínimos que nos parezcan, pueden ser relevantes e influir en puntos tan importantes como la mortalidad.
Referencia
- Fen-Yu Tseng, Wen-Yuan Lin, Cheng-Chieh Lin, Long-Teng Lee, Tsai-Chung Li, Pei-Kun Sung, Kuo-Chin Huang.
- J Am Coll Cardiol. 2012;60(8):730-737.