Estudio en el que se comparan los resultados del tratamiento con hipotermia a dos temperaturas diferentes, en supervivientes de una parada cardiaca extrahospitalaria.
Los pacientes que han sufrido una parada cardiaca extrahospitalaria pueden sufrir daño cerebral, que está directamente relacionado con el tiempo transcurrido desde la parada hasta el retorno de la circulación espontánea. Datos experimentales y clínicos han confirmado el efecto neuroprotector de la hipotermia leve o moderada (30 °C a 35 °C), probablemente actuando sobre múltiples vías deletéreas, por eso, las guías de la American Heart Association y la European Resuscitation Council recomienda la hipotermia terapéutica para los adultos comatosos después de una parada extrahospitalaria resucitada, con ritmo inicial de fibrilación ventricular o taquicardia ventricular sin pulso. La temperatura objetivo recomendada es de 32 a 34 °C durante 12 a 24 horas, sin embargo, se desconoce cuál es el nivel óptimo de enfriamiento. El objetivo de este estudio piloto fue obtener datos iniciales sobre el efecto de diferentes niveles de hipotermia, con la hipótesis de que temperaturas más bajas se asociarían a una mejor supervivencia y un mejor resultado neurológico.
En el estudio se incluyeron pacientes que habían sufrido una parada cardiaca extrahospitalaria presenciada entre marzo de 2008 y agosto de 2011. Los pacientes fueron aleatorizados a recibir hipotermia a 32 °C o 34 °C y estratificados en función de que el ritmo inicial fuera un ritmo desfibrilable o asistolia. La temperatura objetivo se mantuvo durante 24 horas, seguido por 12 a 24 horas de recalentamiento controlado. El objetivo primario fue la supervivencia libre de la dependencia severa (índice de Barthel ≥ 60 puntos) a los 6 meses.
Se incluyeron 36 pacientes (26 ritmo desfibrilable, 10 asistolia), con 18 asignados a 34 °C y 18 a 32 °C. Ocho de los 18 pacientes en el grupo de 32 °C (44,4%) cumplieron con el criterio principal de valoración en comparación con 2 de 18 en el grupo de 34 °C (11,1%) (log-rank p = 0,12). Todos los pacientes cuyo ritmo inicial fue asistolia murieron antes de los 6 meses en ambos grupos. Ocho de los 13 pacientes con ritmo desfibrilable inicial asignados a 32 °C (61,5%) estaban vivos libres de dependencia severa a los 6 meses, en comparación con 2 de 13 (15,4%) asignados a 34 °C (log-rank p = 0,029). La incidencia de complicaciones fue similar en ambos grupos, a excepción de la incidencia de convulsiones clínicas, que fue menor (1 frente a 11, p = 0,0002) en los pacientes asignados a 32 °C en comparación con 34 ° C. Por el contrario, hubo una tendencia hacia una mayor incidencia de bradicardia (7 frente a 2, p = 0,054) en los pacientes asignados a 32 °C. Aunque los niveles de potasio disminuyeron en mayor medida en los pacientes asignados a 32 °C, la incidencia de hipopotasemia fue similar en ambos grupos.
Con estos resultados, los autores concluyen que un nivel más bajo de enfriamiento puede estar asociado con un mejor resultado en los pacientes que sobreviven a una parada extrahospitalaria, siempre que su ritmo inicial sea un ritmo desfibrilable, aunque estos resultados deberán ser corroborados en estudios de mayor amplitud.
Comentario
Este interesante trabajo desarrollado por investigadores del Hospital La Paz de Madrid pone de manifiesto que con una pequeña modificación de la temperatura a la que se realiza la hipotermia, con una reducción de dos grados respecto a la técnica estándar, se pueden obtener importantes beneficios en cuanto a secuelas neurológicas. Uno de los problemas más importantes de los supervivientes de paradas cardiacas extrahospitalarias son las discapacidades resultantes de los daños neurológicos. La hipotermia puede reducir el daño cerebral y la técnica ha avanzado, de tal manera que actualmente es posible controlar de forma precisa el nivel de refrigeración con el uso de dispositivos con control automático de temperatura. Los autores de este trabajo presentado durante el Congreso AHA 2012 y publicado en Circulation, han demostrado que el enfriamiento a 32 °C versus 34 °C en los supervivientes comatosos de un paro cardiaco extrahospitalario con ritmo desfibrilabe es seguro y puede estar asociado con un mejor resultado, por lo que esta observación merece una mayor investigación en un ensayo clínico a gran escala.
Referencia
- Esteban Lopez-de-Sa, Juan R. Rey, Eduardo Armada, Pablo Salinas, Ana Viana-Tejedor, Sandra Espinosa-Garcia, Mercedes Martinez-Moreno, Ervigio Corral, Jose Lopez-Sendon.
- doi: 10.1161/CIRCULATIONAHA.112.136408