Se trata de un estudio de cohortes retrospectivo en el que se describe el posible efecto beneficioso del tratamiento con estatinas en las mujeres con cáncer de mama que reciben un tratamiento quimioterápico con antraciclinas.
La hipótesis planteada del posible efecto protector de las estatinas parte de estudios experimentales en animales, en los que las estatinas han demostrado prevenir la cardiotoxicidad inducida por la doxorrubicina sin comprometer la eficacia de la terapia.
Se evalúan de forma retrospectiva un total de 628 mujeres con neoplasia de mama de reciente diagnóstico (edad media 51,5 años) y tratamiento con antraciclinas. Se trata de un estudio observacional de casos-controles cuyo objetivo es investigar la relación entre la terapia con estatinas y la aparición de eventos cardiovasculares, principalmente las descompensaciones por insuficiencia cardiaca. Para ello se utilizaron métodos estadísticos de puntuaciones de tendencia y emparejamiento que permitieron comparar aquellas mujeres en tratamiento ininterrumpido con estatinas con aquellas sin tratamiento (periodo aproximado de seguimiento de dos años). Se incluyeron 67 mujeres (10,7%) en el grupo de tratamiento con estatinas y 134 mujeres en el grupo control (2:1). Del total de mujeres incluidas (n=201), se observaron en total 67 casos de insuficiencia cardiaca de nueva aparición. En el grupo de tratamiento con estatinas el riesgo de presentar insuficiencia cardiaca fue significativamente menor (HR 0,3, 95% CI: 0,1-0,9; p < 0,03). Los predictores de riesgo de insuficiencia cardiaca obtenidos en el análisis multivariado fueron la variable compuesta de factores de riesgo de cardiotoxicidad en el momento del diagnóstico (definida como edad 100 mg/ dl) (HR 5,0; 95% CI: 2,2 -11.1; p < 0,001), la fracción de eyección< 55% (HR 2,7; 95% CI: 1,2 - 6,3; p < 0,02) y el uso de trastuzumab (HR 3,0; 95% CI: 1,3 -7,2; p < 0,01).
Comentarios
No es necesario insistir en que los datos aquí obtenidos tienen la limitación de los estudios observacionales, con lo que las conclusiones en cuanto a las recomendaciones del tratamiento con estatinas deben ser tomadas con cierta cautela. Pero, como muy bien se comenta en la editorial que acompaña este artículo, los resultados aquí presentados son de suma importancia por el hecho de ser un buen reflejo de la situación actual de la cardiotoxicidad en la neoplasia de mama. Nunca hasta ahora se habían obtenido tantos detalles descriptivos en cuanto a factores de riesgo cardiológicos y comorbilidades en la neoplasia de mama. En la mayoría de los grandes ensayos oncológicos, el principal dato analizado es la fracción de eyección ventricular, y pocas veces se tienen en cuenta otras entidades u otros factores de riesgo cardiovascular. La definición de cardiotoxicidad, por tanto, queda la mayoría de las veces limitada a la aparición de disfunción sistólica ventricular. Un dato destacable de este estudio es la inclusión de un mayor número de situaciones clínicas en la definición de cardiotoxicidad, añadiendo por ejemplo como factores de riesgo la hipertensión arterial, la dislipemia o la historia de cardiopatía isquémica entre otros.
Este estudio parte de la hipótesis de que el mecanismo de daño miocárdico de las antraciclinas se asocia a la liberación de radicales libres de oxígeno. Los efectos pleiotrópicos de las estatinas, que incluyen la reducción de los mecanismo inflamatorios vasculares y el estrés oxidativo, podrían frenar de algún modo los mecanismos de cardiotoxicidad. Desafortunadamente, hasta la fecha, el número de estudios que hacen referencia a este tema es casi inexistente. Como casi único dato tenemos un estudio aleatorizado de pequeño tamaño (Acar et al.) en el que el tratamiento con atorvastatina demostró prevenir la afectación en la fracción de eyección ventricular.
Los tratamientos en los que sí ha sido probada la eficacia en la prevención de cardiotoxicidad de una forma más sólida son los inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina (IECAS) y los betabloqueantes. En este estudio parece evidente que las pacientes que recibieron quimioterapia y además estatinas, comparado con el grupo control, presentaron un menor riesgo de desarrollo de insuficiencia cardiaca, e incluso cierta tendencia hacia una menor mortalidad (4 casos de insuficiencia cardiaca y ningún fallecimiento en el grupo de estatinas, frente a 23 casos de insuficiencia cardiaca y 15 fallecimientos en el grupo control). En este caso, el efecto positivo añadido de los fármacos concomitantes, como los IECAs o los betabloqueantes, queda en interrogante y nos plantea la necesidad de realizar estudios prospectivos que aclaren esta cuestión.
Otro dato interesante extraído de esta cohorte es la confirmación de un mayor riesgo de insuficiencia cardiaca en aquellas pacientes con neoplasia de mama que reciben tratamiento complementario con trastuzumab, como se ha visto ya en otros estudios, sugiriendo así la necesidad de aumentar las medidas de protección cardiovascular en estos casos.
En definitiva, se trata de un estudio interesante por sus implicaciones prácticas en el campo de la 'Cardio-Oncología'. No hay que olvidar que, las pacientes con cáncer de mama puede que también tengan algún que otro factor de riesgo cardiovascular o incluso tengan una patología cardiaca sin diagnosticar que podría verse exacerbada al recibir un tratamiento quimioterápico agresivo. Por tanto, para conseguir un mejor pronóstico es necesario que prestemos la máxima atención a este escenario clínico, y es ahí donde las estatinas podrían tener su indicación.
Referencia
- Seicean S, Seicean A, Plana JC, Budd GT, Marwick TH.
- J Am Coll Cardiol 2012;60:2384-90.