Estudio retrospectivo que analiza la frecuencia de eventos adversos durante la realización de pruebas de esfuerzo en pacientes de alto riesgo.
La prueba de esfuerzo es un estudio utilizada ampliamente como ayuda para el diagnóstico y pronóstico de pacientes con enfermedad coronaria. En general, la tasa de complicaciones en relación con esta prueba es muy baja, y está en torno al 0,04% o una por cada 2.500 pruebas. Estas cifras datan de estudios de 1980 y muchos de los pacientes incluidos en estos estudios eran asintomáticos o con dolor torácico atípico y de bajo riesgo o con baja probabilidad de enfermedad coronaria. La seguridad de las pruebas de esfuerzo depende del riesgo basal de la población. Las pruebas de esfuerzo con determinación de consumo de gases son pruebas utilizadas para conocer la capacidad funcional. Se utilizan para la evaluación de la capacidad de ejercicio y la respuesta al tratamiento en pacientes con ICC que están siendo considerados para el trasplante cardiaco, y para el diagnóstico diferencial de disnea de origen respiratorio o cardiaco cuando la causa es incierta. Estas indicaciones implican realizarla en pacientes de alto riesgo como quienes presentan enfermedad valvular, miocardiopatía hipertrófica, cardiopatía congénita o hipertensión pulmonar, y al respecto hay pocos datos publicados sobre la seguridad en estos subgrupos de pacientes. Este estudio investiga la seguridad de la prueba de esfuerzo con consumo de gases en una cohorte heterogénea de pacientes de alto riesgo con una amplia variedad de diagnósticos cardiacos.
Se trata de un estudio retrospectivo unicéntrico que incluye 5.060 pruebas de esfuerzo realizadas en 4.250 pacientes, incluyendo 1.748 (35%) mujeres y 686 (14%) sujetos con edad ≥ 75 años. El objetivo final primario fue la aparición de un evento adverso grave durante las pruebas de estrés. Los diagnósticos de la población incluida fueron insuficiencia cardiaca congestiva (n = 1289, 25,5%), miocardiopatía hipertrófica (n = 598, 11,8%), hipertensión arterial pulmonar (n = 194, 3,8%), y estenosis aórtica (n = 212, 4,2%). Esta población de pacientes generalmente tenían un deterioro funcional grave, incluyendo 1.192 (24%) pacientes con pico VO2 <14 ml/kg/min. Ocho eventos adversos ocurrieron durante las pruebas de esfuerzo, suponiendo una tasa de eventos adversos de 0,16%. El efecto adverso más frecuente (n = 6) fue la taquicardia ventricular sostenida. No hubo eventos mortales.
Con estos datos, los autores concluyen que la prueba de esfuerzo con consumo de gases es generalmente un procedimiento seguro, incluso en una población con patología cardiovascular de alto riesgo subyacente.
Comentario
El valor principal de este artículo es la demostración de que la prueba de esfuerzo con consumo de gases es un procedimiento razonablemente seguro en una población de pacientes con un espectro de enfermedades cardiovasculares establecidas, muchas de las cuales representan condiciones de alto riesgo que se consideran contraindicaciones relativas a la prueba de esfuerzo convencional. Una limitación de este estudio es que todos los pacientes incluidos tenían sus diagnósticos cardiovasculares establecidos antes de la prueba, y que la prueba fue realizada cuidadosamente en un laboratorio con experiencia en un centro de atención terciaria. Dada la baja incidencia de eventos en este estudio, sería necesario uno con una población más grande para determinar cuál de estos pacientes tienen un mayor riesgo de sufrir una complicación durante la prueba de esfuerzo.
Referencia
- Joseph Skalski, Thomas G. Allison, Todd D. Miller
- Circulation 2012; 126: 2465-2472.