Metaanálisis de 52 estudios prospectivos con cerca de 250.000 pacientes exentos de historia de enfermedad cardiovascular, con la intención de determinar el valor de la PCR o los niveles de fibrinógeno al ser añadidos a los predictores de riesgo clásicos.
Ya en el 2003, la AHA afirmó que la PCR podría ser usada por los facultativos para realizar una valoración más completa del riesgo cardiovascular global de sus pacientes. El debate sobre la utilidad de dicha proteína, así como del fibrinógeno, ha estado vigente hasta la actualidad. Es por ello que los autores realizaron una revisión exhaustiva de los estudios publicados al respecto, añadiendo los niveles de leucocitos y de albúmina (también marcadores de inflamación) como objetivos secundarios.
Se incluyeron en el estudio las cohortes prospectivas de pacientes sin historia documentada de enfermedad cardiovascular (infarto, angina, ictus…). Se registraron durante los seguimientos, las muertes por causa determinada y los eventos vasculares ( IAM no fatal o ictus) y solo fueron usados aquellos estudios que recogían todos los datos basales (edad, sexo, tabaquismo, diabetes, TAS…) así como los factores clásicos de riesgo vascular (HDL, colesterol total…).
Al añadir uno de los marcadores de inflamación al modelo clásico de estimación de riesgo cardiovascular, el poder del estadístico C aumentó en 0,0039 con los niveles de PCR y en 0,0027 al añadir los datos del fibrinógeno. En los análisis de participantes con datos de ambos, se observó que el cambio del estadístico C no difería significativamente del cambio obtenido cuando cada marcador fue estudiado por separado. En cuanto a la mejoría del estadístico C al añadir los datos de los leucocitos o niveles de albúmina, no se observaron diferencias respecto a la adición de los anteriores.
Para hacer una estimación del poder potencial predictivo de estos marcadores, se analizó la población con riesgo cardiovascular estimado entre 10-20% en 10 años (690 pacientes). Estos, según las guías ATP III, no serían subsidiarios de tratamiento con estatinas por ser de riesgo moderado. Sin embargo al añadir los valores de PCR, un 5,2% de todos ellos fue reclasificado con un riesgo ≥20% de presentar un evento cardiovascular a los diez años. Realizando el mismo ejercicio con los niveles de fibrinógeno, se consiguió una reclasificación de riesgo al rango superior de un 4,7% de los pacientes. En cifras globales, los hallazgos resultarían en conseguir la prevención de evento cardiovascular tras el nuevo inicio de estatinas, de 30 pacientes en 10 años, y de 27 si se usara el valor del fibrinógeno.
En esta publicación se mostraron los resultados del análisis conjunto de 52 estudios para investigar el peso de la proteína C reactiva o del fibrinógeno al ser añadidos a los modelos clásicos de valoración de riesgo cardiovascular entre gente sin historia cardiológica documentada. Se observó que bajo tratamiento según las guías actuales, tras la evaluación inicial con los factores de riesgo convencionales, la adición de la PCR y el fibrinógeno a estos, suponía una reclasificación de rango en un porcentaje de pacientes, pasando de rango intermedio a superior.
Así pues, se concluyó que podía prevenirse un evento cardiovascular en diez años, cada 400-500 individuos de riesgo intermedio sin historia cardiológica previa, reclasificados a riesgo alto tras evaluar sus niveles de PCR y/o fibrinógeno.
Comentario
El modelo usado en este estudio asumía que los niveles de estos marcadores de inflamación, aportaban la misma predicción de riesgo en todos los subgrupos poblacionales. Sin embargo, al hacer un análisis estratificado por sexos, los datos iniciales mostraron que el valor predictivo tan solo se manifestaba en el sexo masculino. Si bien, se deberían realizar estudios diseñados específicamente para ese grupo poblacional para confirmar dicha hipótesis.
En cuanto a las limitaciones del estudio, destacar que el estudio abarca 16 países y 10 años de seguimiento, por lo que los criterios de clasificación e inclusión, pudieron variar en función del momento del reclutamiento y los estándares usados. Por otra parte, la información incompleta acerca del uso de estatinas, pudo influenciar las mediciones realizadas, sobreestimando los beneficios potenciales de estas, dado que se asumió que toda la gente incluida las estaba tomando. Por tanto, esta revisión ofrece datos que apoyan las anteriores líneas de hipótesis, avalando el uso de los marcadores de inflamación para realizar una mejor valoración de riesgo cardiovascular en aquellos pacientes situados en el grupo intermedio.
Referencia
C-Reactive Protein, Fibrinogen, and Cardiovascular Disease Prediction
- Stephen Kaptoge, Emanuele Di Angelantonio and Lisa Pennells (Emerging Risk Factors Collaboration).
- N Engl J Med 2012; 367:1310-1320.
Sobre el autor
Dra. Ana Rodríguez-Argüeso
Residente de cardiología del Hospital Universitario San Juan de Alicante.