Estudio aleatorizado de los efectos de la dieta mediterránea sobre la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular.
La dieta mediterránea se caracteriza por un alto consumo de aceite de oliva, frutas, frutos secos, verduras y cereales, un consumo moderado de pescado y aves de corral y una baja ingesta de productos lácteos, carnes rojas, carnes procesadas y dulces, además de vino en moderación consumido con las comidas. Los estudios observacionales de cohortes y un estudio de prevención secundaria (Lyon Diet Heart Study) han demostrado una asociación inversa entre la adherencia a la dieta mediterránea y el riesgo cardiovascular.
El estudio PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea) es un ensayo multicéntrico realizado en España en el que se asignó aleatoriamente a los participantes a una de tres dietas: una dieta mediterránea suplementada con aceite virgen extra de oliva, una dieta mediterránea suplementada con frutos secos o una dieta control (consejo para reducir la grasa dietética). Los participantes fueron hombres (55 a 80 años de edad) y mujeres (60 a 80 años de edad), sin enfermedad cardiovascular al inicio, que tenían diabetes mellitus tipo 2, o al menos tres de los siguientes factores de riesgo: tabaquismo, hipertensión, elevación de los niveles de LDL, niveles bajos de HDL, sobrepeso u obesidad o una historia familiar de enfermedad coronaria prematura. Los grupos de dieta mediterránea recibieron bien aceite de oliva virgen extra (aproximadamente 1 litro por semana) o 30 g de frutos secos por día (15 g de nueces, 7,5 g de avellanas y 7,5 g de almendras), y los del grupo control recibieron pequeños obsequios. No se aconsejó restricción calórica, ni se promovió la actividad física. Los participantes recibieron consejo dietético trimestral y sesiones educativas de grupo. El objetivo primario fue la combinación de infarto de miocardio, ictus y muerte por causas cardiovasculares. Las variables secundarias fueron accidente cerebrovascular, infarto de miocardio, muerte por causas cardiovasculares y muerte por cualquier causa.
Un total de 7.447 personas fueron aleatorizadas y el 57% eran mujeres. Los dos grupos de dieta mediterránea tuvieron una buena adherencia a la intervención según el auto-reporte de consumo y análisis de biomarcadores. El objetivo primario ocurrió en 288 participantes. Los cocientes de riesgo con ajuste multivariable fueron 0,70 (IC 95% 0,54 a 0,92) y 0,72 (IC 95% 0,54 a 0,96) para el grupo asignado a la dieta mediterránea con aceite de oliva virgen extra (96 eventos) y el grupo asignado a la dieta mediterránea con frutos secos (83 eventos) respectivamente, en comparación con el grupo control (109 eventos). En cuanto a los componentes de la variable principal, solo las comparaciones de riesgo de accidente cerebrovascular alcanzó significación estadística. No se observaron efectos adversos relacionados con la dieta. Sobre la base de los resultados de un análisis preliminar, el ensayo se interrumpió después de una mediana de seguimiento de 4,8 años.
Con estos resultados, los autores concluyen que entre las personas con alto riesgo cardiovascular, una dieta mediterránea suplementada con aceite extra virgen de oliva o frutos secos reduce la incidencia de eventos cardiovasculares graves.
Comentario
En este ensayo, la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos dio como resultado una reducción del riesgo absoluto de aproximadamente 3 eventos cardiovasculares por 1.000 personas-año, con una reducción del riesgo relativo del 30% entre las personas de alto riesgo que estaban inicialmente libres de enfermedad cardiovascular. Para cualquier terapia, incluyendo el tratamiento con medicamentos, la magnitud de este beneficio es impresionante, por lo que tratándose de una intervención dietética, dichos resultados son verdaderamente notables y apoyan los beneficios de la dieta mediterránea para la reducción del riesgo cardiovascular. Las diferencias más significativas en la composición de las dietas entre los grupos asignados al azar es resultado de los alimentos suplementarios, no del consejo dietético, con unas cantidades considerables de aceite de oliva extra virgen y frutos secos proporcionadas a los participantes y sus familias (1 litro de aceite por semana y 30 g de frutos secos al día). La reducción en la enfermedad cardiovascular fue más evidente para el accidente cerebrovascular, un resultado que es extremadamente dependiente de la presión arterial. Este resultado concuerda con los de estudios observacionales, que han demostrado que las dietas mediterráneas y el aceite de oliva se asocian con un menor riesgo de accidente cerebrovascular. En 2010, la UNESCO incluyó la dieta mediterránea en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial, y los resultados del estudio PREDIMED refuerzan el valor de la dieta mediterránea para la salud a nivel internacional.
Por último, agradecer a las empresas que facilitaron la realización del estudio gracias a la donación de los alimentos suplementarios. Estas empresas fueron: Hojiblanca y Patrimonio Comunal Olivarero (aceite virgen extra), Nueces de California (nueces), Borges (almendras) y Nueces La Morella (avellanas).
Referencia
Primary Prevention of Cardiovascular Disease with a Mediterranean Diet
- Ramón Estruch, Emilio Ros, Jordi Salas-Salvadó, Maria-Isabel Covas, Dolores Corella, Fernando Arós, Enrique Gómez-Gracia, Valentina Ruiz-Gutiérrez, Miquel Fiol, José Lapetra, Rosa Maria Lamuela-Raventos, Lluís Serra-Majem, Xavier Pintó, Josep Basora, Miguel Angel Muñoz, José V. Sorlí, José Alfredo Martínez, and Miguel Angel Martínez-González, for the PREDIMED Study Investigators.
- N Engl J Med 2013; 368:1279-1290.