Estudio de cohortes realizado a partir de datos administrativos que tiene como objetivo averiguar la relación que existe entre la dosis de estatinas utilizada y el fallo renal agudo.
Este es un estudio multicéntrico (en su mayoría centros de Canadá, pero también participan Reino Unido y Estados Unidos) retrospectivo y observacional, que utiliza datos obtenidos a partir de la red CNODES (Canadian Network for Observational Drug Effect Studies), y los transforma en un estudio de casos-controles. Se incluyeron un total de 2.067.639 pacientes con edad > 40 años, con tratamiento de estatina de reciente instauración y con la premisa de no haber tomado otro tratamiento hipolipemiante y/o niacina en los 12 meses previos a la inclusión. La relación de casos de hospitalización por insuficiencia renal aguda y controles fue de 1:10. Se consideraron estatinas de alta potencia a la rosuvastatina ≥10 mg, atorvastatina ≥20 mg y a la simvastatina ≥40 mg, y el resto de tratamientos con estatinas fueron englobados como de baja potencia. Estos dos grupos (estatinas baja y alta potencia) se subdividieron a su vez en otros dos, dependiendo de si existía enfermedad renal crónica (ERC) o no.
El principal objetivo fue establecer la relación entre los ingresos hospitalarios por insuficiencia renal aguda (IRA) y la dosis de estatina utilizada. De los más de 2 millones de pacientes en tratamiento con estatinas (2.008.003 sin y 596.236 con ERC previa), en los 120 días iniciales de tratamiento se contabilizaron 4.691 hospitalizaciones en grupo sin ERC conocida y 1.896 en el grupo de ERC. En el grupo sin ERC, los pacientes con estatinas de alta potencia (34%) tuvieron más probabilidad de ser ingresados por IRA (fixed effect rate ratio 1,34, 95% intervalo de confianza 1,25 a 1,43). En los pacientes con estatinas de alta potencia y ERC establecida, en cambio, no se observó un aumento significativo en la hospitalización (1,10, 0,99 a 1,23). Estos hallazgos fueron similares en todos los centros participantes.
Los autores concluyen que el uso de estatinas de alta potencia se asocia a un aumento de fallo renal agudo en el momento del ingreso hospitalario, si se compara con el uso de otras estatinas, y este efecto parece ser más llamativo dentro de los primeros 120 días de tratamiento.
Comentario
Está demostrado que el uso de estatinas tiene grandes efectos beneficiosos en la prevención primaria y secundaria de la enfermedad cardiovascular. La tendencia en los último años ha sido la de utilizar estatinas de mayor potencia y a dosis más altas, y las recomendaciones de los expertos no dejan de insistir en perseguir cifras objetivo de colesterol LDL cada vez más bajas. Este estudio pretende averiguar el precio que estamos pagando en cuanto a daño renal se refiere con esta actitud. ¿Merece realmente la pena utilizar las estatinas más potentes de una forma generalizada? En el estudio JUPITER, comparado con placebo, la dosis de 20 mg de rosuvastatina se asoció a un incremento no significativo de fallo renal agudo. En un metaanálisis que englobó a más de dos millones de pacientes en tratamiento con estatinas se observó un aumento del 50% en el riesgo de presentar IRA, con la evidencia de un mayor riesgo dentro del primer año de tratamiento y con una clara relación dosis-efecto. Pero realmente no existe una clara demostración de que el tratamiento con estatinas produzca efectos adversos importantes a nivel renal.
Este estudio es el primero publicado a partir de los datos recogidos por la Red CNODES (Canadian Drug Safety and Effectiveness Network), administrada por el sistema de salud público de Canadá. Es un estudio del que no se pueden extraer grandes recomendaciones, ya que utiliza datos observacionales en la población que nos pueden llevar a asociaciones y conclusiones erróneas (aquellos pacientes a los que se prescriben estatinas de gran potencia son seguramente aquellos con una patología cardiovascular de mayor gravedad y, por tanto, son aquellos que van a tener más probabilidad de reingreso y de presentar complicaciones). Sin embargo, sí nos puede dejar un mensaje útil: el riesgo de presentar fracaso renal, aunque es bajo existe, y el riesgo es más probable si utilizamos fármacos de gran potencia, y esto no lo debemos obviar en el momento en que vayamos a prescribir una estatina por primera vez a uno de nuestros pacientes.
Referencia
- Colin R. Dormuth, Brenda R Hemmelgarn, J Michael Paterson, Matthew T James, Gary F Teare, Colette B Raymond, Jean-Philippe Lafrance, Adrian Levy, Amit X Garg, Pierre Ernst.
- BMJ 2013;346:f880.