Análisis poblacional para determinar la incidencia acumulada y los predictores de endocarditis infecciosa en niños (0-18 años) con enfermedades cardiacas congénitas (ECC) mediante el uso de la base de datos de ECC de Quebec que cubría el periodo de 1988 a 2010.
Los autores se basan en que las guías de la American Heart Association para la prevención de la endocarditis infecciosa (EI) en 2007 redujeron los grupos de pacientes con enfermedades cardiacas congénitas (ECC) en los cuales la profilaxis antibiótica estaba indicada. La evidencia en la que basan las actuaciones sobre pacientes con ECC es limitada. Por lo que los autores intentaron determinar el riesgo de EI en niños con ECC.
La metodología planteada fue una análisis basados en poblaciones para determinar la incidencia acumulada y los predictores de EI en niños (0-18 años) con ECC mediante el uso de la base de datos de ECC de Quebec donde se recogieron los datos desde 1988 a 2010.
Los resultados comunicados fueron los siguientes: en 47.518 niños con ECC seguidos por un periodo de 45.8109 paciente-años, se observaron 185 casos de EI. La incidencia acumulada se estimó en el subgrupo de 34.729 niños con ECC seguidos desde el nacimiento, en los cuales el riesgo de EI hasta los 18 años de edad fue de 6,1/1000 niños (intervalo de confianza 95%: 5,0-7,5). En un análisis de casos-controles anidado, las siguientes lesiones dentro de las ECC se consideraron como de mayor riesgo para EI comparando como referencia respecto a los defectos septales auriculares (razón de tasas ajustada; intervalo de confianza 95%): ECC cianóticas (6,44; 3,95-10,50), defectos del canal auriculoventricular (o de los cojinetes endocárdicos) (5,47; 2,89-10,36), lesiones del corazón izquierdo (1,88; 1,01-3,49). La cirugía cardiaca en los 6 meses previos (5,34; 2,49-11,43) y una edad menor de 3 años (3,53; 2,51-4,96; referencia, edades 6-18) también conferían un riesgo elevado para EI.
Los autores concluyeron que habían documentado en una cohorte de niños con ECC, basándose en una gran base poblacional, la incidencia acumulada de EI y factores asociados; y afirman que estos hallazgos ayudan a identificar grupos de pacientes que estarían expuestos a un mayor riesgo para desarrollar EI.
Comentario
Las ECC representan una condición cardiaca que predispone al desarrollo de EI y su prevalencia está aumentando. La mejoría en la supervivencia de los pacientes con ECC, en particular en aquellos con defectos importantes, tiene implicaciones en el tamaño de esta población y en los tipos de lesiones dentro de las ECC entre los pacientes en riesgo para EI. Además, el uso de materiales protésicos para corregir o paliar las lesiones por ECC pone a estos pacientes en un mayor riesgo para EI.
En los países desarrollados las ECC son la afectación cardiaca más prevalente en niños que subyace en los casos de EI. Sin embargo, el riesgo de EI en cohortes de niños con ECC basadas en poblaciones nunca ha sido comunicado, y la identificación de las lesiones por ECC que suponen un mayor riesgo de EI se ha basado primariamente en informes basados en series de casos. Por tanto, la comparación del riesgo de EI entre condiciones cardiacas debe ser considerado como algo importante para el desarrollo de unas guías para la prevención de la EI.
Una de las fortalezas del estudio es que el basarse en observaciones poblacionales se puede construir una gran cohorte de pacientes con ECC y dentro de dicha fortaleza están sus limitaciones, ya que es subsidiario de errores en la clasificación así como de falta de información clínica (no fácil crear factores de riesgo homogéneos), lo que va a limitar la validez y la generalización de los hallazgos.
Uno de los principales hallazgos es que algunas de las lesiones por ECC que se excluyeron de las recomendaciones para profilaxis de EI podrían entrañar riesgo y no están incluidas en dichas recomendaciones. Así hubo riesgo alto de EI como era de esperar en las ECC cianóticas y en la cirugía cardiaca en los 6 meses previos que si incluyen guías pero también en condiciones como defectos del canal aurículoventricular o lesiones del corazón izquierdo, no incluidas por dichas guías de prevención como de alto riesgo.
En un editorial acompañante al artículo, Barbara J.M. Mulder, afirma que en base a estudios como este, una futura revisión de las guías de prevención de EI conducirá a recomendaciones que se basen en datos mucho más robustos y con una sustancial evidencia.
Referencia
- Dinela Rushani, Jay S. Kaufman, Raluca Ionescu-Ittu, Andrew S. Mackie, Louise Pilote, Judith Therrien, Ariane J. Marelli
- Circulation. 2013;128:1412-1419.