Análisis prospectivo que analiza la influencia del índice de masa corporal (IMC) en la mortalidad por cualquier causa de los pacientes ingresados por insuficiencia cardiaca (IC) descompensada.
Se estudió a 6.142 pacientes ingresados por IC descompensada, ya fuera por descompensación de IC previa o IC de nueva aparición. Se clasificaron los pacientes en normopeso (IMC entre 18,5 y 25 kg/m²), sobrepeso (IMC entre 25 y 30 kg/m²) y obesidad (IMC mayor de 30 kg/m²), y se realizó seguimiento analizando la mortalidad por cualquier causa a los 30 días y al año.
El IMC se relacionó con la mortalidad a 30 días (HR=0,89 por cada incremento en el IMC de 5 kg/m², con un IC al 95% de 0,80-0,98; p=0,02), aunque esta asociación no se mantenía tras ajustar por diferentes variables. Asimismo, el IMC se relacionó con la mortalidad al año, manteniéndose dicha asociación también en el análisis ajustado (HR=0,91 por cada incremento en el IMC de 5 kg/m², con un IC al 95% de 0,87-0,96; p<0,001).
En el análisis por subgrupos la supervivencia tanto a los 30 días como al año fue mayor en los obesos, seguido de los pacientes con sobrepeso y con normopeso. Además, se vio una asociación entre un mayor IMC y una mayor supervivencia a 1 año en determinados subgrupos, como aquellos con edad mayor de 75 años, FEVI <0,50 o diabéticos. El papel protector del IMC se mantenía en los pacientes con IC de nueva aparición, no así en los que ingresaban con IC descompensada.
La conclusión de los autores es que la 'paradoja de la obesidad' se cumple también en los pacientes con IC descompensada. Así, los pacientes con mayor IMC tienen una menor mortalidad a 30 días y a 1 año con respecto a los que tienen un IMC más bajo. Tras ajustar por distintas variables, se mantiene dicha asociación al año, lo que sugiere que el IMC es un marcador de riesgo de eventos a largo plazo.
Comentario
En estudios previos se ha constatado la existencia de una relación inversa entre el IMC y la aparición de eventos cardiovasculares en pacientes con IC, lo que ha venido a denominarse 'paradoja de la obesidad'. Así, los pacientes con un IMC más elevado tienen una mayor incidencia de IC, pero aquellos con IMC elevado e IC crónica tienen mejor pronóstico que los que tienen IMC normal. La explicación de este hecho, aunque no está clara, puede tener que ver con la edad, la severidad de la enfermedad y factores metabólicos.
En este estudio, los autores demuestran que en pacientes con IC descompensada el IMC se relaciona con la mortalidad especialmente a 1 año, pudiéndose inferir que aquellos pacientes con mayor IMC, especialmente cuando presentan un estado más avanzado de su enfermedad, tienen una menor mortalidad que aquellos que tienen un IMC menor.
Esta investigación aporta luz con respecto a las recomendaciones a los pacientes con IC con respecto a su peso corporal. Por un lado, se debe seguir insistiendo en la corrección del exceso de peso, dado su conocido papel como factor de riesgo cardiovascular, especialmente en las etapas precoces de la IC. Por otro lado, se debe recomendar mantener y/o corregir el peso en aquellos pacientes con estadíos más avanzados de la enfermedad, ya que es aquí precisamente donde se ha visto el papel protector del IMC.
La principal limitación de este estudio es el uso del IMC como indicador del estado nutricional del paciente, ya que quizá el estudio de la composición corporal con bioimpedancia podría haber ayudado a explicar mejor los resultados encontrados. Asimismo, hubiera sido interesante estudiar biomarcadores nutricionales para correlacionar la influencia del estado nutricional con los resultados obtenidos.
Referencia
- Ravi Shah, Etienne Gayat, James L. Januzzi, Naoki Sato, Alain Cohen-Solal, Salvatore diSomma, Enrique Fairman, Veli-Pekka Harjola, Shiro Ishihara, Johan Lassus, Aldo Maggioni, Marco Metra, Christian Mueller, Thomas Mueller, Jiri Parenica, Domingo Pascual-Figal, Frank Peacock, Jindrich Spinar, Roland van Kimmenade, Alexandre Mebazaa.
- J Am Coll Cardiol. 2013;():. doi:10.1016/j.jacc.2013.09.072.