Las funciones de riesgo cardiovascular clásicas (Framinghan) definieron la probabilidad de presentar un acontecimiento coronario a 10 años, desde entonces han ido apareciendo escalas, ajustadas para diferentes poblaciones en función de la prevalencia de las enfermedades CV y de factores de riesgo de la zona. Este trabajo intenta comparar diferentes escalas aplicadas en la población española.
Se trata de un estudio trasversal realizado en dos centros de salud de Barcelona. Se seleccionaron a sujetos entre 40 y 65 años de edad que habían visitado los centros de salud entre marzo de 2010 y marzo de 2012 y que contaran con un registro de tensión arterial y colesterol total. Se excluyeron a todos los pacientes con antecedentes de diabetes mellitus o enfermedad cardiovascular conocida. A todos los pacientes seleccionados (n=3.716) se les calculó el riesgo cardiovascular con las tablas de SCORE para países de bajo riesgo, tablas SCORE con colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad (SCORE-HDLc) y tablas SCORE calibrado para la población española, a partir de ellas se calculó el porcentaje de pacientes que alcanzaban los objetivos terapéuticos y los que estaban en tratamiento hipolipemiante. Se encontraron diferencias significativas en cuanto al porcentaje de pacientes que pertenecían al grupo de alto y muy alto riesgo, 1,24% con SCORE-HDLc, 4,73% con SCORE para países de bajo riesgo y 15,4% con SCORE calibrado (p<0,001) Por tanto, el porcentaje de pacientes que deberían estar tratados con hipolipemiantes serían 0,67% según el SCORE-HDLc, 3,12% según el SCORE para países de bajo riesgo y 10,23% según SCORE calibrado. Pudieron observar que entre el 80-90% (en función del SCORE utilizado) no alcanzaron el objetivo terapéutico, de estos un 75-80% no tenían tratamiento hipolipemiante. Los autores concluyeron que la tabla SCORE calibrado identifica a más pacientes de alto riesgo que las otras funciones de riesgo, por lo que su utilización implicaría tratar a más pacientes con estatinas, aunque serían necesarios estudios de validación en nuestro país para valorar la tabla más adecuada.
Comentario
Para medir el riego cardiovascular utilizamos las funciones de riesgo, ecuaciones matemáticas que calculan la probabilidad de que un individuo presente un evento cardiovascular en un intervalo de tiempo, habitualmente 10 años. Clásicamente se han utilizado las derivadas del estudio Framinghan, pero en España se han hecho calibraciones a partir de la población de Cataluña (REGICOR) y de Navarra (RICORNA), igualmente en Europa con el proyecto SCORE se elaboraron unas tablas para países de alto riesgo y de bajo riesgo (entre los que se incluye España), además existen las tablas construidas con el colesterol total y con el cociente del colesterol total y las lipoproteínas de alta densidad (HDLc), estas últimas tablas, son las recomendada por las guías europeas de prevención cardiovascular (2012), aunque posteriormente se observaron una mejora en las estimación del riesgo con tablas que incluían el HDLc como parámetro aislado.
Tal como comenta Elousa en el editorial del mismo número, las limitaciones de estas funciones de riesgo son la falta de inclusión en ellas, del tratamiento hipolipemiante o antihipertensivo, el tiempo de exposición a los distintos factores de riesgo cardiovascular y la baja sensibilidad de las mismas, de manera que la mayoría de los acontecimientos cardiovasculares se presentan en el grupo de la población de riesgo intermedio, así como la falta de tiempo e información, que muchos médicos de atención primaria justifican para la no realización de las mismas.
Las implicaciones que pueden tener este tipo de estudios, es la consecución de unas funciones de riesgo más aplicables a la población española. Hay estudios que han demostrado que se pueden trasladar las funciones de riesgo de un país a otro, siempre que se adapte a la realidad epidemiológica del país, es decir, que haya una calibración de las funciones.
Entre las diferentes limitaciones del estudio está la selección de los sujetos incluidos en el estudio, ya que solo se incluyeron aquellos que habían visitado los centro de salud en los dos últimos años, con lo cual se excluyó a la población más sana. Otro punto importante es la falta de validación de las diferentes funciones de riesgo, ¿cuántos enfermos de los que consideran de alto o muy alto riesgo presentarán realmente un evento cardiovascular en los siguientes 10 años, en nuestra población, por cada una de las funciones de riesgo?
Referencia
Impacto de la utilización de las diferentes tablas SCORE en el cálculo del riesgo cardiovascular
- Carlos Brotons, Irene Moral, Nuria Soriano, Lluis Cuixart, Dímelas Osorio, David Botarro, Mireia Puig, Xavier Joaniquet, Albert Marcos y Albert Casasa.
- Rev Esp Cardiol. 2014. 67:77-9.