La prevención del tabaquismo es una carrera de fondo, una tarea necesaria en la que las autoridades sanitarias deben posicionarse para reducir de forma progresiva los estragos sanitarios y sociales que produce el tabaco. Como cualquier carrera de fondo requiere, sobre todo, perseverancia. Mientras el tabaco siga siendo causa de enfermedad y muerte, no podemos cesar en los esfuerzos por avanzar hacia un mundo sin tabaco.
El debate se ha agudizado con la decisión de algunos países de imponer el empaquetado genérico (plain packaging) de la cajetilla de tabaco. Esta medida, que ya contemplaba la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluso antes de que se redactara el Convenio Marco para el Control del Tabaco, consiste en homogeneizar las cajetillas y eliminar logotipos y mensajes promocionales. La marca queda relegada a un pequeño espacio. El objetivo es evitar que la cajetilla sea en sí un reclamo para el consumo, restándole atractivo. Este tipo de medidas han suscitado la fuerte oposición del sector de la industria de tabaco, que ha llegado a interponer recursos contra los países que han tratado de implementarlas.
Australia ha sido pionera en introducir la legislación sobre empaquetado genérico en 2012, y dicha medida ya está cosechando sus frutos en términos de prevención y control de la epidemia de tabaquismo. Entre 2010 y 2013, la prevalencia de tabaquismo en mayores de 14 años ha descendido en Australia de un 15,1% a un 12,8% (Tobacco smoking. National Drug Strategy Household Survey 2013). Irlanda es el primer país europeo que ha anunciado su intención de introducir dicha regulación.
Lamentablemente, 9 países europeos, entre ellos España, han manifestado en la Comisión de Sanidad su objeción a que se implemente esta medida por considerar que crea obstáculos a la libre circulación de productos entre países europeos. El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), como representante de 32 sociedades científicas y consejos sanitarios implicados en la prevención del tabaquismo, le ha remitido una carta a la ministra de Sanidad expresando su malestar por el hecho de que España se oponga a que otros países decidan apostar por esta medida de efecto en la prevención del tabaquismo.
Recientemente, el gobierno francés ha anunciado un amplio programa de lucha contra el tabaco en el que, además de introducir los paquetes neutros, prohíbe fumar en los coches en presencia de menores, prohíbe el uso del cigarrillo electrónico en lugares públicos cerrados, y adquiere un compromiso de aumentar las ayudas estatales a los programas de deshabituación tabáquica. El objetivo: reducir la prevalencia de tabaquismo desde el 30% actual a un 20% en 5 años. La ministra Marisol Touraine se propone además un objetivo aún mas tangible: que los niños que nazcan ahora sean la primera generación de adultos no fumadores. Nos alegramos de que en el país vecino se haga una apuesta tan valiente y responsable por la salud, y esperamos que los logros en prevención sirvan de modelo para otros países, incluido el nuestro.
En España hemos comprobado como la Ley de Tabaco, en sus dos etapas, ha contribuido a reducir la prevalencia de fumadores, a reducir los ingresos por infarto de miocardio y las reagudizaciones de asma, tanto en niños como en adultos. Es cierto que hemos avanzado más que otros países europeos, pero no por ello debemos conformarnos con un estatus quo en las medidas de prevención y control del tabaquismo, debemos intentar seguir en la cabeza del pelotón de esta carrera de fondo.
Se estima que 55.000 españoles mueren anualmente por causas relacionadas con el tabaquismo, quedan muchos kilómetros por recorrer.
Más información:
Carta del CNPT al presidente de Francia, François Hollande
Carta del CNPT a la ministra de Sanidad de Francia, Marisol Touraine