Este estudio pretende evaluar la prevalencia de arritmias previamente no diagnosticadas en candidatos a implante percutáneo de válvula aórtica (IPVA) y determinar el impacto en cambios de tratamiento y eventos arrítmicos tras el procedimiento.
Un total de 435 candidatos para IPVA se sometieron a una monitorización ECG continua de 24 horas el día previo al procedimiento. Se diagnosticaron nuevas arritmias en 70 pacientes (16,1%) antes del IPVA: fibrilación auricular (FA) paroxística/taquicardia auricular (TA) en 28, bloqueo aurículo-ventricular (BAV) avanzado o bradicardia severa en 24, taquicardia ventricular no sostenida en 26 y bloqueo de rama izquierda intermitente en 3 pacientes. Todos los eventos arrítmicos excepto uno fueron asintomáticos y conllevaron un cambio de tratamiento en el 43% de los pacientes. En pacientes con FA/TA desconocida, la aparición de FA/TA durante la monitorización ECG de 24 horas se asoció con una tasa mayor de eventos cerebrovasculares a los 30 días (7,1% frente a 0,4%; p=0,03). De los 53 pacientes con FA/TA de nueva aparición tras IPVA, el 30,2% tuvieron FA/TA paroxística diagnosticada antes del procedimiento. En pacientes que necesitaron implante de marcapasos definitivo tras el procedimiento (n=35), el 31,4% tuvieron bloqueo aurículo-ventricular avanzado o bradicardia severa antes del IPVA. El bloqueo de rama izquierda persistente de nueva aparición tras el IPVA ocurrió en 37 pacientes, el 8,1% de ellos tuvieron bloqueo de rama izquierda intermitente antes del procedimiento.
Las arritmias de nuevo diagnóstico se observaron en un 16% de los candidatos a IPVA, que conllevaron una mayor tasa de eventos cerebrovasculares y representaron un tercio de los eventos arrítmicos tras el procedimiento. Esta alta carga arrítmica resalta la importancia de un diagnóstico precoz de eventos arrítmicos en estos pacientes para implementar las medidas terapéuticas apropiadas antes.
Comentario
Los candidatos a IPVA son una población con una comorbilidad elevada que favorece la probabilidad de desarrollo de arritmias, además de los factores condicionados por su propia valvulopatía. De hecho, en esta muestra casi el 40% ya padecía FA/TA y el 14% tenía un marcapasos definitivo implantado. Si tenemos en cuenta que en la monitorización previa al implante, en 1 de cada 5 pacientes se objetivaban nuevas arrítmicas, la prevalencia real preimplante era del 45% y el 17% de FA/TA y BAV avanzado o bradicardia severa, respectivamente. Unido a que la sensibilidad de la monitorización de 24 horas es poco sensible para el diagnóstico de arritmias, podemos deducir que los eventos arrítmicos atribuibles al implante de la válvula podrían ser menos frecuentes de lo que pensamos actualmente.
Un dato de gran importancia es la defensa de la monitorización previa al IPVA dada la necesidad de un cambio de tratamiento en el 50% de los pacientes con nuevas arritmias diagnosticadas. Con el inicio de anticoagulación o tratamiento antiarrítmico se podría reducir el riesgo de ictus y muerte súbita asociados a estas arritmias e incluso reducir el tiempo de estancia hospitalaria.
Son necesarios estudios con un mayor número de pacientes para demostrar la interesante asociación encontrada en este estudio entre los eventos arrítmicos y las complicaciones cerebrovasculares, así como para determinar las estrategias diagnósticas y terapéuticas en estos pacientes.
Referencia
- Urena M, Hayek S, Cheema AN, Serra V, Amat-Santos IJ, Nombela-Franco L, Ribeiro HB, Allende R, Paradis JM, Dumont E, Thourani VH, Babaliaros V, Pascual JF, Cortés C, García del Blanco B, Philippon F, Lerakis S, Rodés-Cabau J.
- Circulation. 2015;131:469-477.