Desde hace décadas, la pulsioximetría es contemplada como un método sencillo y fiable para conocer la saturación de oxígeno en la sangre. Su uso en el recién nacido con cianosis es obligado ante la posible presencia de una cardiopatía congénita.
Un artículo reciente del Bristish Medical Journal aconseja la pulsioximetría como herramienta de utilización rutinaria para mejorar las tasas de detección de cardiopatías congénitas en el neonato asintomático.
Una cifra exagerada
Es indudable el beneficio de su uso en los casos de dudas diagnósticas ante un neonato cianótico (enfermedad respiratoria vs cardiaca), y así se hace en las unidades neonatales desde hace muchos años. En los casos de sospecha de patología del arco aórtico (coartación, interrupción), la pulsioximetría tomada en brazo derecho y miembros inferiores es de obligada realización. Lo que llama la atención en el artículo es la cifra de 10-30% de casos con cardiopatía que, según los autores, fallecen sin diagnóstico. En nuestro entorno, y desde luego en nuestro país, es excepcional que un neonato sea dado de alta con una cardiopatía severa sin diagnóstico. Los avances en la ecocardiografía fetal y la rutinaria y pormenorizada exploración neonatal evitan esta exagerada cifra.
Opiniones divergentes
Hay que decir, además, que existen otros artículos recientes publicados en Pediatric Cardiology y Pediatrics que no estiman justificado su empleo rutinario durante la exploración neonatal. Es obvio que la pulsioximetría es barata, pero su uso indiscriminado puede aumentar incluso el número de ecocardiogramas que se realicen en las primeras horas de la vida. La cianosis es un dato frecuente en la exploración neonatal, y no digamos durante el llanto, durante el cual, el cortocircuito derecha-izquierda a través de un foramen oval fisiológicamente permeable es parácticamente la regla.