La crítica más obvia y tradicional a los invasivistas es que tienen hiperactivado un reflejo medular (o sea, que no hace falta que estímulo ni respuesta pasen por el cerebro) llamado coloquialmente "reflejo oculodilatador". Significa esto que allá donde ven una lesión coronaria que a simple vista les parece significativa sienten una comezón aguda irresistible que les lleva a atizarle inmediatamente "un balonazo". Dicho técnicamente, llevan a cabo una angioplastia, también llamada intervención coronaria percutánea. Para lo cual suelen comenzar dilatando la zona estenótica con un catéter provisto en su extremo de un globo hinchable. Al que casi todos llaman "balón". Lo cual no es sino la pésima traducción del "balloon" que emplean para ello (la diferencia entre balloon [globo] y ball [balón] se aprende en el primer nivel de inglés; quizá el ignorante que acuñó el nombre era un forofo del fútbol -o del rugby tal vez- y confundió los globitos con balones, y así quedó).
Se han aducido diversas razones para vilipendiar el mencionado reflejo. Una de ellas es la convicción de que las angioplastias sólo son útiles para tratar los síntomas, pero no previenen el infarto ni el deceso. Otra, reforzada por incontables estudios funcionales endocoronarios, es que la estrechez aparente de una lesión luminal coronaria no se correlaciona con la magnitud de la isquemia que causa. Y otra más es que la evolución de las lesiones no críticas es casi igual si se tratan localmente las mismas o si se aplica al paciente que las presenta un tratamiento sistémico intensivo mediante estilo de vida estricto y fármacos cardioprotectores.
Aunque parecía extinto, en los últimos años da la sensación de que el "reflejo oculodilatador" ha rebrotado gracias la radiotomocoronariografía. Esta técnica de imagen se usa cada vez más y, como cualquier método de imagen que se precie, lleva a indicar otros para corroborar sus hallazgos u omitirlos. Por lo que se hacen más coronariografías diagnósticas. Las cuales son el fenómeno activador más potente del mentado reflejo.
También hemos venido creyendo a pies juntillas que el "reflejo oculodilatador" indiscriminado era perjudicial en el infarto agudo de miocardio. La doctrina tradicional mandaba actuar solamente sobre la "lesión responsable". (Así o "lesión culpable" llamamos incorrectamente a la arteria causante del síndrome; en realidad ambos términos -culpabilidad y responsabilidad- parece que deberían referirse sólo a personas, las únicas que tenemos que rendir cuentas de nuestros actos.) Terminología aparte, la praxis habitual hasta ahora era una amorosa atención a dicha arteria (identificarla rápidamente, adecentarla con aspiradores de trombos, despejarla con globos, reforzarla con endoprótesis y dejarla inmaculada angiográficamente); que contrastaba con el antagónico desdén frente al resto de posibles lesiones, presentes pero "no culpables".
Pues parece que no es así. Hay por lo menos tres ensayos recientes (PRAMI1, CvLPRIT2 y DANAMI-33, este último recién presentado en la reunión EuroPCR 2015) en los que se han visto mejores resultados evolutivos con la revascularización completa durante el ingreso a causa de un síndrome coronario agudo que con la metódica habitual de revascularización incompleta circunscrita a la arteria causante y "ya veremos" con las demás.
El reflejo oculodilatador en este escenario parece, pues, que queda ratificado por la "evidencia". Parcialmente al menos, pues en estos dos últimos casos se ayudaron del estudio funcional endocoronario (el cual ha mostrado sobradamente su superioridad diagnóstica respecto al ojo desnudo). ¿Sucederá lo mismo en el contexto de la enfermedad coronaria crónica?
Referencias
1. Wald DS, Morris JK, Wald NJ, Chase AJ, Edwards RJ, Hughes LO, et al; PRAMI Investigators. Randomized Trial of Preventive Angioplasty in Myocardial Infarction. N Engl J Med. 2013;369:1115-23.2. Gershlick AH, Khan JN, Kelly DJ, Greenwood JP, Sasikaran T, Curzen N, et al. Randomized Trial of Complete Versus Lesion-only Revascularization in Patients Undergoing Primary Percutaneous Coronary Intervention for STEMI and Multivessel Disease: the CvLPRIT trial. J Am Coll Cardiol. 2015;65:963-72.
3. Høfsten DE, Kelbæk H, Helqvist S, Kløvgaard L, Holmvang L, Clemmensen P, et al; DANAMI 3 Investigators. The Third DANish Study of Optimal Acute Treatment of Patients with ST-segment Elevation Myocardial Infarction: Ischemic postconditioning or deferred stent implantation versus conventional primary angioplasty and complete revascularization versus treatment of culprit lesion only: Rationale and design of the DANAMI 3trial program. Am Heart J. 2015;169:613-21.