Controversia entre los doctores Lorenzo Fácila y Miguel Ángel García Fernández, quienes analizan con diferente enfoque la introducción de la ecocardioscopia en la consulta clínica del cardiólogo desde el punto de vista del coste económico de realización.
Vocación y/o hermanitas de la caridad
A raíz de los últimos comentarios vertidos en Twitter acerca de la ecocardioscopia, parece que sociedades científicas y cardiotuiteros coinciden en opinar que es una prueba que no se debe cobrar como si de una ecocardiografía estándar se tratase.
En eso estamos todos de acuerdo porque la ecocardioscopia, a diferencia de la ecocardio reglada, ni necesita el aparataje tan avanzado y por ende tan caro, ni proporciona la misma información, ni precisa la formación y el tiempo del que la realiza. Se considera por tanto una exploración complementaria que añade un plus a la exploración física clásica. Sin embargo, en lo que no estoy del todo de acuerdo es que esta exploración no grave en el precio de la consulta clínica. Es decir, aquellos cardiólogos que realicen ecocardioscopia en la consulta puedan cobrar este plus como visita (por supuesto, menos que si se tratara de una ecocardiografía reglada adicional).
Mis argumentos son los siguientes: para plantearte añadir la ecocardioscopia en tu quehacer diario tienes que realizar un pequeño estudio de viabilidad y rentabilidad. Es decir, ante cualquier innovación que se añada a un negocio hay que saber a qué precio lo puedes vender y esto depende del precio del bien adquirido, del gasto del personal, del gasto del alquiler del espacio y las ganancias que deben de quedar en la empresa para garantizar la sostenibilidad y la innovación de la misma. Un aparato de ecocardioscopia cuesta hoy unos 6.000 euros; la consulta se puede retrasar unos 10 minutos por paciente con el consiguiente gasto de personal auxiliar y del tiempo del cardiólogo, así como del incremento del tiempo de alquiler del espacio para realizar la misma actividad que se realizaba antes. Como nuestro trabajo es vocacional, según se comenta en los tuits (y en lo que estoy de acuerdo), renunciamos a recibir emolumentos por el exceso de tiempo empleado, y si el negocio es nuestro también renunciamos a los beneficios. Ya solo nos queda convencer de nuestra vocación al banco cuando nos vaya a cobrar la mensualidad del préstamo que hemos pedido para pagar el ecocardioscopio, a la secretaria para que no nos cobre esa hora de más que echa todos los días, y al casero que nos deje un día más gratis porque así diagnosticamos mejor a nuestros enfermos.
¿Qué opináis vosotros?
Un buen y simple estudio de ecocardioscopia no puede ser un mal estudio de ecocardiografía
Sin duda, la discusión sobre si la ecocardioscopia se debe incluir en la exploración clínica cardiaca, que generó un intenso debate el año pasado, es prácticamente un tema zanjado. La voz de numerosas sociedades científicas, incluida la Sociedad Española de Cardiología, y tras la elaboración en este último caso de un documento al respecto, deja claro qué es un estudio de ecocardioscopia, cuáles son sus límites y sus aplicaciones. De acuerdo a este documento y siguiendo con los criterios de la ASE y la EACVI, se considera que esta exploración cardiaca extendida no debe implicar ningún beneficio económico para el que la realiza.
La presentación hace una semana de las sondas, de momento no para ecocardiografía, que se conectan a un smartphone con la utilización de una app específica, hace que se vea cada vez más cercano el momento en que estos sistemas de ultrasonido se incorporen 'realmente' a la rutina de la exploración cardiaca.
Surge de nuevo la discusión, ¿se debería repercutir el costo de la realización de una ecocardioscopia?. En mi opinión, las sociedades científicas lo han dejado absolutamente claro, no se debe repercutir un costo por esta exploración cardiaca extendida, como no se repercute la exploración cardiaca o la toma de TA o el estudio de fondo de ojo. La ecocardioscopia debe contestar preguntas muy concretas y simples, pero extraordinariamente importantes, los 5 grandes big five de la exploración cardiaca extendida: función ventricular cualitativa, tamaño de aurícula izquierda, grosor del miocardio, presencia de derrame, y de una manera muy global, presencia de regurgitaciones o calcificación aortica. La respuesta a cualquiera de estas preguntas, como parte básica de una exploración extendida, no lleva más de dos o tres minutos: no estamos realizando estudio ecocardiográfico, sino un estudio ecocardioscópico que trata de obtener respuestas concretas a problemas concretos (por ejemplo, ¿esa cardiomegalia detectada está producida por un derrame pericárdico?). Este concepto es básico para entender qué es lo que estamos buscando con la utilización de este tipo de equipamiento: debemos tratar de realizar una muy buena ecocardioscopia elemental, que no es hacer un mal estudio ecocardiográfico rápido. El decir, como comenta el Dr. Lorenzo Fácila, que hacer un estudio de ecocardioscopia nos lleve un tiempo de 10 minutos es poner el dedo en la llaga: en mi opinión eso no es un estudio de ecocardioscopia, sino un mal estudio de ecocardiografía, y además, realizado con un equipo con muchas limitaciones y probablemente por un no experto en ecocardiografía.
La tecnología nos está moviendo a gran velocidad a terrenos insospechados hace pocos años, donde deberemos utilizar nuevos criterios de actuación y utilizar nuestra imaginación para superar viejos conceptos que quedan desfasados ante estos nuevos sorprendentes escenarios.
Referencias
Philips Debuts First Mobile App-Based Ultrasound Solution. Diagnostic and Interventional Cardiology (24/06/15)
Lumify: la ventana al futuro de la ecografía móvil. Cardio2.0 (01/07/15)