En relación a la población general, las personas con virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tienen hasta dos veces más probabilidad de sufrir enfermedad cardiovascular (ECV)1.
La elevación de los niveles de colesterol, un efecto adverso bien documentado de la terapia antirretroviral, junto a el tabaquismo frecuente, contribuyen indudablemente a un aumento del riesgo de ECV. Sin embargo este incremento se observa incluso cuando se aíslan o controlan todos los factores de riesgo tradicionales.
Los pacientes con VIH son susceptibles a la activación inmune (monocitos) incluso en pacientes que toman tratamiento antirretroviral, en base a diferentes factores, como la translocación microbiana intestinal, infección por citomegalovirus, y viremia de bajo nivel persistente (el virus del VIH en sí mismo causa inflamación). Tanto la inflamación como la hiperactivación inmunitaria, contribuyen a la acumulación de placa aterosclerótica y se encuentra relación entre el remodelado de placa y variaciones que se observan en la evolución en inflamación y activación inmune.
Era pues, necesario desarrollar modelos de predicción de riesgo cardiovascular a la medida de los pacientes infectados por el VIH, más útiles que los convencionales, ecuaciones incorporando tanto parámetros de la infección VIH, factores de riesgo cardiovascular clásicos y también la exposición a las drogas de terapia antirretroviral. Clínicamente relevantes, son el Score de riesgo EuroSIDA3 y el Score pronóstico de progresión de la enfermedad a corto plazo para pacientes infectados por el VIH en tratamiento antirretroviral combinado (TARC)4, ambos, entre otras herramientas de riesgo y manejo, se encuentran en disponibles en la HIV Pharmaco Vigilance.
Los resultados de investigaciones recientes señalan las potenciales propiedades preventivas de las estatinas, en personas con VIH, en relación a su efecto sobre la inflamación. En la actualidad, solo el 20% de los pacientes con VIH es objeto de recomendación en prevención primaria de recibir estatinas para reducir el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL-C), pero diferentes estudios, sugieren la terapia con estatinas en toda esta población de pacientes con VIH, puede ayudar a reducir el riesgo cardiovascular.
En un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo, de 40 participantes con VIH y aterosclerosis coronaria subclínica (C-LDL <130 mg /dL con inflamación en la aorta mediante tomografía por emisión de positrones fluorodeoxiglucosa) recibió placebo o atorvastatina durante 1 año, y la terapia con estatina redujo el volumen de placa no calcificada y mejoró la estabilidad de las placas de alto riesgo en comparación con el placebo5.
En otro estudio, presentado en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI)6 el tratamiento con estatina detuvo la progresión engrosamiento de la arteria carótida (íntima y media) en pacientes con VIH.
Estos resultados orientan al cambio en la práctica clínica ampliando la prevención primaria con el empleo de estatinas a esta gran población de individuos VIH positivos en tratamiento antiretroviral que con las actuales directrices, no presentan indicación. Se ha puesto en marcha el ensayo clínico más grande hasta la fecha, el estudio REPRIEVE que evaluará la capacidad de las estatinas para inhibir la inflamación y la activación inmunitaria en personas con VIH. Se llevará a cabo en 100 centros hospitalarios de Canadá, EE UU, Puerto Rico y Tailandia. Se realizará un seguimiento de seis años a 6.500 pacientes con VIH de edades entre los 45 y 70 años que no cumplirían los criterios clínicos para recibir tratamiento con estatinas como prevención primaria serán distribuidos de forma aleatoria para recibir una dosis diaria de pitavastatina o placebo mientras continúan tomando tratamiento antirretroviral. Se ha seleccionado pitavastatina, que metabolizada por glucuronidación presenta mínimas interacciones con terapia antiretroviralART7.
Se pretende aumentar el conocimiento sobre el manejo de la enfermedad cardiovascular relacionada con el VIH. Existe esperanza de que efectos terapéuticos de las estatinas, como cambios en los biomarcadores inflamatorios específicos, activación de monocitos, activación endotelial, inflamación arterial y la coagulación puedan reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular aumentado de los pacientes con VIH.
Se espera que en unos 5 años este estudio pueda traer información sobre la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular relacionado con la inflamación en los pacientes con VIH, con independencia del estado serológico del VIH, como en el lupus o en la artritis reumatoide y en general extensivo a todos los pacientes con enfermedad cardiovascular.
Referencias
- Exploring Statins to Decrease HIV-Related Heart Disease Risk Mike Mitka, MSJ. JAMA. Published online July 29, 2015. doi:10.1001/jama.2015.5498
- HIV infection and the risk of acute myocardial infarction. Freiberg MS et al. JAMA Intern Med 2013; 173 [8]: 614-622).
- Short-term clinical disease progression in HIV-1-positive patients taking combination antiretroviral therapy: the EuroSIDA risk-score. Mocroft A et al; EuroSIDA study group and the Swiss HIV Cohort Study. AIDS. 2007 Sep 12;21(14):1867-75.
- Predicting the risk of cardiovascular disease in HIV-infected patients: the data collection on adverse effects of anti-HIV drugs study. Friis-Møller N et al; DAD study group. Eur J Cardiovasc Prev Rehabil. 2010 Oct;17(5):491-501.
- Effects of statin therapy on coronary artery plaque volume and high-risk plaque morphology in HIV-infected patients with subclinical atherosclerosis: a randomised, double-blind, placebo-controlled trial. Mín J et al. Lancet. VIH 2015; 2 [2]: e52-e63).
- Rosuvastatin Arrests Progression of Carotid Intima-Media Thickness in Treated HIV Chris T. Longenecker et al. Case Western Reserve University, Cleveland, OH, United States. University Hospitals of Cleveland, Cleveland, OH, United States. CROI, 2015
- Safety of statins.Maji D et al. Indian J Endocrinol Metab 2013; 17 [4]: 636-646.