El estudio realizado en pacientes de ambos sexos entre 18 y 55 años, incluyó en el análisis la actividad/función sexual y la experiencia sobre el consejo facultativo acerca del mismo tras el episodio isquémico.
En cuanto a los resultados, de los pacientes sexualmente activos previamente: el 54% de las mujeres y 63% de los hombres retomaron la actividad en el siguiente mes. Curiosamente el 9% de individuos sin actividad sexual anterior, iniciaron esta en las cuatro semanas siguientes (unos dejan de fumar y otros...). En este periodo posterior, el 12% de mujeres y el 19% de varones tuvieron algún tipo de charla sobre sexo con su facultativo.
Tal vez debido a la mayor permisividad de nuestras guías, en nuestro país fue el facultativo el que inició las conversaciones predominantemente, frente a EE UU donde fueron los propios pacientes quienes abordaron el tema. Un tercio de todos ellos recibió luz verde para retomar su práctica sexual mientras que aquellos a los que se les limitó la actividad fueron aconsejados sobre: limitar la frecuencia/intensidad del sexo, adoptar un rol más pasivo o mantener la frecuencia cardiaca controlada (¿pulsómetro?, ¿automedida? No especifican). Dos tercios de todos ellos se mostraron conformes con las recomendaciones dadas.
Se observó una importante variabilidad intergénero entre países. Mientras en España se aconsejaba a las mujeres con mayor frecuencia que a los hombres disminuir la actividad sexual, en EE UU eran los hombres los que se veían abocados a reprimir dicha iniciativa. Y globalmente, las mujeres españolas recibieron estos consejos con mayor frecuencia que las americanas.
Comentario
Un 20% de los infartos registrados en los últimos diez años se produjeron en individuos menores de 55 años. El producto de dichos eventos puede reflejarse en una actividad sexual reducida y de peor calidad, en parte debido al temor de que el sexo pueda ser detonante de un nuevo episodio. Actualmente se conoce poco sobre el correcto manejo de los pacientes jóvenes con cardiopatía isquémica, y no queda del todo especificado en las guías el abordaje y asesoramiento acerca de la actividad sexual que puedan realizar.
Estudios previos demuestran que el consejo médico es escaso y la reanudación de la vida sexual posterior al IAM se ve reducida. Asimismo se ha comprobado que el cambio de roles y el estrés resultante a este evento puede llevar a un cambio en la dinámica de pareja y tensión marital que pueden a su vez desencadenar nuevos episodios.
Las actuales guías americanas son las más restrictivas, aconsejando retomar el sexo tras más de una semana en pacientes con un IAM no complicado siempre que estuvieran libres de clínica anginosa con la actividad diaria moderada. Sin embargo en España somos más activos y recomendamos no demorar el reinicio si el paciente tolera su actividad diaria sin síntoma alguno.
En conclusión; bien sabido es que por el estilo actual de vida que llevamos, cada vez encontramos eventos isquémicos en individuos jóvenes sexualmente activos. Es labor nuestra por tanto, el salvar el gap existente entre las guías y la práctica clínica diaria planteando el tema y asesorando a nuestros pacientes acerca del mismo.
Referencia
Sexual Activity and Counseling in the First Month After Acute Myocardial Infarction Among Younger Adults in the United States and Spain: A Prospective, Observational Study
- Stacy Tessler Lindau, Emily M. Abramsohn, Héctor Bueno, Gail D'Onofrio, Judith H. Lichtman, Nancy P. Lorenze, Rupa Mehta Sanghani, Erica S. Spatz, John A. Spertus, Kelly Strait, Kristen Wroblewski, Shengfan Zhou, Harlan M. Krumholz.
- Circulation. 2014; 130: 2302-2309.
Clinical Trial Registration
- Unique identifier: NCT00597922.
- Investigadores del estudio VIRGO.