A pesar de su mal pronóstico, la insuficiencia tricúspide severa (IT) es una patología poco reconocida e infratratada. En los pacientes intervenidos de valvulopatía mitral, se recomienda valvuloplastia tricúspide en presencia de IT coexistente o dilatación de la anillo tricúspide.
Además, el papel de la sustitución valvular tricúspide aislada para los pacientes con IT severa sintomática no está establecido por su elevada mortalidad y baja supervivencia.
Este artículo describe la experiencia inicial del dispositivo percutáneo Forma Repair System (Edwards Lifesciences, Irvine, CA, EE UU) en pacientes con IT severa sintomática funcional y riesgo quirúrgico prohibitivo. El dispositivo consta de un raíl que se ancla en el ápex del ventrículo derecho vía vena axilar (24 French) y un balón relleno de polímero -de 12 o 15 mm de ancho x 42 mm de largo- que se posiciona en el centro del orificio regurgitante (guiado por ecocardiograma transesofágico y bajo anestesia general) y trata de ofrecer un apoyo para la coaptación de los velos tricúspides, reduciendo el volumen regurgitante.
La edad media de los pacientes (n=7) fue de 76±13 años. El riesgo quirúrgico por LogEuroSCORE fue 25,7±17,4%. Todos los pacientes tenían una FEVI normal (56±5%) y una clase funcional New York Heart Association (NYHA) III o IV (1 de ellos en clase II). La dosis media diaria de furosemida era de 80±61 mg. La vena contracta máxima media era de 15,5±5,1 mm (IT severa funcional) y ningún paciente era portador de marcapasos o DAI. La tasa de éxito del implante fue del 100%.
El grado de IT se redujo al menos en 1 grado en todos los pacientes y 4 pacientes presentaron una reducción de 2 grados (IT ligera). Un paciente presentó salvas no sostenidas de taquicardia ventricular asintomática, tratadas satisfactoriamente con betabloqueantes. La mediana de ingreso hospitalario fue de 4 (3-6) días.
A los 30 días del implante, todos los pacientes estaban vivos. Todos los pacientes experimentaron una mejoría de su clase funcional (excepto el paciente en clase funcional NYHA II que permaneció igual) y una reducción significativa de los edemas periféricos. El ecocardiograma transtorácico realizado a los 30 días del implante catalogó la IT como moderada en todos los pacientes. No se documentó estenosis tricúspide iatrogénica en ningún caso. Todos los pacientes experimentaron una mejoría en los cuestionarios de calidad de vida y en el test de los 6 minutos.
Se trata de la experiencia inicial en 7 pacientes de un novedoso dispositivo percutáneo que reduce eficazmente el orificio regurgitante de los pacientes con insuficiencia tricúspide severa funcional con muy alto riesgo quirúrgico, que además se traduce en una mejoría clínica (clase funcional, edemas periféricos y calidad de vida) a los 30 días.
Comentario
La insuficiencia tricúspide severa funcional no es una patología benigna. De hecho, se asocia con una elevada mortalidad (mayor del 35% a 1 año), independientemente de la edad, función sistólica biventricular y tamaño del ventrículo derecho. Por ello, las guías Europeas y de la AHA/ACC de valvulopatías recomiendan la reparación tricúspide en el momento de la cirugía valvular izquierda si el anillo tricúspide está dilatado, incluso si la IT no es severa, con el fin de evitar la progresión de la IT durante el seguimiento. Por otro lado, la cirugía tricúspide aislada se asocia con mala evolución clínica y elevadas tasas de mortalidad perioperatorias (cercanas al 10%).
En los últimos años se han desarrollado diversos abordajes percutáneos para resolver esta situación, que varían desde anillos percutáneos a plicaturas de los velos tricúspides. El implante de válvulas percutáneas en válvulas tricúspides nativas solo se ha realizado en modelos animales. Este novedoso dispositivo que recuerda a los electrodos de marcapasos pero que tiene un balón posicionado en el centro del orificio regurgitante tricúspide, ofrece una alternativa poco invasiva y con resultados iniciales muy esperanzadores para este grupo de pacientes con elevada mortalidad, altas necesidades de diuréticos, mala clase funcional e ingresos hospitalarios frecuentes.
A pesar de las limitaciones propias de una técnica recién desarrollada y la necesidad de corroborar sus resultados a más largo plazo y en un mayor número de pacientes, parece segura y eficaz a los 30 días del implante, y puede constituir en un futuro cercano una alternativa para nuestros pacientes.
Referencia
- Campelo-Parada F, Perlman G, Philippon F, Ye J, Thompson C, Bédard E, Abdul-Jawad Altisent O, del Trigo M, Leipsic J, Blanke P, Dvir D, Puri R, Webb JG, Rodés-Cabau J.
- doi:10.1016/j.jacc.2015.09.068.