Para ello, analizan la base de datos administrativa NIS (National Inpatient Sample), que se relaciona relativamente bien con las bases de datos de altas de pacientes tras hospitalizaciones, y representa aproximadamente el 20% de los hospitales de EE. UU. Se revisa el periodo 2006-2012, y las extracciones de cables se identifican por varios códigos CIE-9.
Se identificaron 91.890 procedimientos en ese periodo. El motivo del explante fue por razones no infecciosas en el 61,4% de los casos. Se describen un 8,4% de complicaciones globales, siendo la más frecuente el sangrado que requiere transfusión. La mortalidad global fue de un 2,2%. En caso de que la causa que motivó la extracción fuera infecciosa, la mortalidad se triplicaba (3,2% frente a 1,2%). No se objetivó una menor mortalidad en los hospitales en lo que se hacían más de 50 procedimientos anuales, aunque los pacientes de estos hospitales tenían una mayor morbilidad (según índice de comorbilidad de Charlson).
Los autores concluyen que la frecuencia de complicaciones y mortalidad asociada a la extracción transvenosa de cables, en la vida real, probablemente es superior a la reportada en las series de casos, en centros con alta experiencia.
Comentario
Trabajo con muchas limitaciones para la interpretación de los resultados por la metodología empleada y muy polémico en sus conclusiones. El editorial acompañante al artículo refleja algunas de ellas. Y es que, entre otros motivos, como los propios autores reconocen, tienen grandes lagunas de información. No pueden determinar la naturaleza de los cables (si es de marcapasos o desfibrilación, de fijación activa o pasiva) y tampoco el tiempo que llevaban implantados los cables. No se analiza tampoco el tipo de procedimiento utilizado para la extracción (tracción simple, estiletes de fijación o el uso de vainas). Por otro lado, la base de datos es de pacientes ingresados, con lo que todos los procedimientos que se hubieran realizado de forma ambulatoria, y probablemente con menos complicaciones, no se recogen (importante sesgo de selección). Además, muchas de las complicaciones adjudicadas a la extracción del cable, pueden ser debidas a la propia enfermedad que la motivo (mortalidad y sepsis por endocarditis, por ejemplo, o neumotórax en el contexto de un nuevo implante tras la extracción).
El mayor número de implantes de dispositivos de estimulación y desfibrilación que vienen realizándose en los últimos años, lleva acompañado un aumento de la necesidad extracción de cables, bien por disfunción de los mismos o por infección del sistema. Todavía no hay excesiva bibliografía sobre los resultados en la vida real de este tipo de procedimientos. En este sentido, en los próximos meses se espera la publicación definitiva del Registro ELECTRa (European Lead Extraction ConTRolled Registry), que es un registro prospectivo, multicéntrico (72 centros europeos, 19 países). Los datos preliminares revelan que el éxito del procedimiento (total o parcial) se acerca al 98%, la mortalidad asociada es del 1,4% y las complicaciones mayores del 2,7%. Estos resultados son incluso mejores en centros de referencia que realizan más de 2,5 pacientes/mes. Este registro describe, a mi entender, de una forma más precisa y detallada la situación actual de la extracción endovenosa de cables.
Referencia
Trends in Use and Adverse Outcomes Associated with Transvenous Lead Removal in the United States
- Deshmukh A, Patel N, Noseworthy PA, et al.
- doi: 10.1161/CIRCULATIONAHA.114.013801
Bibliografía
- Deshmukh A, Patel N, Noseworthy PA et al., Trends in Use and Adverse Outcomes Associated with Transvenous Lead Removal in the United States. Circulation. 2015 Dec 22;132(25):2363-71.
- Maytin M, Epstein LM. When You Have Nowhere to Look, You Look Where You Can. Circulation. 2015 Dec 22;132(25):2357-9.
- Resultados preliminares REGISTRO ELECTRa