Bien sabido es que la presentación de las miocardiopatías (MC) abarcan un amplio espectro que va desde el fallo cardiaco hasta la muerte súbita pasando por el síncope. Estas son la causa más frecuente de muerte súbita en adultos menores de cincuenta años. Sin embargo, existe todo un arsenal farmacológico y de dispositivos implantables con potencial efecto preventivo, lo cual hace del riesgo hereditario un tema en constante actualización.
Las actuales guías clínicas europeas y norteamericanas basaron mayormente sus recomendaciones en resultados de estudios realizados en centros terciarios por lo que las muestras poblacionales usadas consistían en familias altamente seleccionadas y con un patrón hereditario de fuerte penetrancia. Por ello, la extrapolabilidad de la práctica clínica a la población general no está del todo clara.
En base a estas reflexiones, un grupo de epidemiólogos del Instituto Serum de Copenhague diseñó un estudio de cohortes tomando la población danesa al completo como muestra grupal. En ella se analizó la incidencia de cada tipo de MC en menores de cincuenta años familiares de un fallecido (<60 años) prematuramente (fenotipo muy severo), comparándola con la tasa hallada en aquellos sin historia familiar. Con ello evaluaron el impacto del número de afectos, grado de parentesco, sexo y edad de los familiares de fallecidos frente a una cohorte de idénticas características basales en riesgo.
El objetivo final era obtener unas bases epidemiológicas sólidas para avalar la práctica habitual del screening de MC en familiares de pacientes afectos.
El análisis de los datos obtenidos puso de manifiesto que los ratios de incidencia de muerte prematura en pacientes con historia familiar de MC del riesgo de presentar la misma, se incrementaban desde 6 hasta 400 veces al comparar con la población general. Teniendo los familiares de primer grado un riesgo aumentado x 29, los de segundo grado x 6. Si el familiar fallecido era <35 años este riesgo se incrementaba x 100, subiendo a x 400 en el caso de dos o más familiares de primer grado fallecidos. En contraposición, el riesgo de MC en contexto de familiares fallecidos por patología cardiaca de otro origen o por otras causas se incrementaba como máximo x 3.
Comentario
Las implicaciones clínicas de estos resultados abarcan tanto la prevención como la rentabilidad de los estudios realizados, como por ejemplo los tests genéticos. Herramientas diagnósticas cada vez de mayor utilidad a medida que se van tipificando más genes relacionados con estas patologías. Sin embargo, su elevado coste y el hecho de que en casi el 50% de las familias estudiadas no se logra identificar un gen causal en el probando, hacen que la capacidad para discriminar familiares en riesgo caiga notablemente.
Este estudio logró identificar elementos de la historia familiar que podrían ser útiles para graduar el riesgo de herencia de MC en familiares de fallecidos. Cabe destacar que el riesgo se mostró “dosis dependiente”, es decir, aumentaba a media que lo hacía el número de familiares de primer y segundo grado afectos. Así pues una persona con antecedente de un familiar fallecido por esta causa, aun siendo este de segundo grado, tendría un algo de riesgo de desarrollar la enfermedad. Además al estratificar por sexo, se observó que esta relación se mostraba más fuerte en mujeres que en hombres. Los abrumadores resultados en cuanto a las asociaciones percibidas entre la muerte por MC a temprana edad (<35 años) en un familiar de primer grado y el riesgo de MC en todos los grupos de edad, sugiere que cualquier persona con esta historia familiar tendría una predisposición extraordinariamente alta de ser portador de un fenotipo de gran relevancia.
Las conclusiones de este trabajo muestran el incremento de riesgo de heredar una MC familiar desde x 6 hasta x 400, dependiendo de la edad de presentación clínica, tipo, sexo, edad y número de familiares afectos. En relación a ello se comprobó como el riesgo de complicaciones relacionadas aumentaba de x 3 a x 7 veces en cuanto a arritmias ventriculares en los familiares. Por tanto, los hallazgos publicados apoyan fuertemente las recomendaciones de screening de familiares con el objetivo de reducir la morbimortalidad mediante un intervencionismo precoz en adultos jóvenes.
Referencia
- Mattis F. Ranthe, Lisbeth Carstensen, Nina Øyen, Morten K. Jensen, Anna Axelsson, Jan Wohlfahrt, Mads Melbye, Henning Bundgaard, Heather A. Boyd.
- Circulation 2015; 132: 1013-1019.