Este es un estudio poblacional longitudinal que incluye todos los casos prevalentes en Cataluña el 31 de diciembre de 2012. De una población total de 7.553.650, 88.195 presentan IC, según datos de CMBD aportados por hospitalización, centros de salud y unidades de salud mental. El estudio evalúa los recursos sanitarios consumidos durante un año en el departamento de sanidad autonómico (CatSalut). Detalla la información obtenida de toda la población con IC incluyendo hospitalización, visitas a atención primaria, visitas a especialista ambulatorio, prescripciones en farmacia, visitas a los servicios de urgencias, transporte medico urgente y no urgente, rehabilitación ambulatoria, oxigeno domiciliario y diálisis.
La edad media fue de 77,4 años, el 55% fueron mujeres. La tasa de mortalidad al año fue del 14%. Acudieron a la urgencia de los hospitales o fueron ingresados de forma no programada, al menos en una ocasión, el 53,4% y 30,8% de los pacientes respectivamente.
Durante el año 2013, un total de 536.2 millones de euros fueron gastados en la atención de pacientes con IC, un 7,1% del total del presupuesto sanitario de la comunidad, lo que supone un gasto medio por paciente y año de 6.571 euros. Un 1% de los pacientes con IC es responsable del 10% de este gasto.
El principal origen del gasto fue la hospitalización por cualquier causa (39% del total), mientras que los gastos de los pacientes ambulatorios representaron el 20% del total del gasto.
En el estudio multivariable, los pacientes más jóvenes, que presentan mayor comorbilidad, se encontró que el diagnóstico de IC es más reciente y las hospitalizaciones por cualquier causa se asocian con un mayor gasto en salud.
El estudio concluye que en Cataluña, un elevado porcentaje del presupuesto anual de sanidad se consume en pacientes con IC. Los ingresos no programados representan la principal fuente de consumo relacionado con la salud. Estos datos pueden ser de utilidad para ayudar a los gestores a planificar los recursos que necesitan los pacientes con IC.
Comentario
Sabemos que nos enfrentaremos los próximos años a una prevalencia creciente de la IC en una población de edad muy avanzada. Conocer aspectos relacionados con el consumo de recursos actual, puede mejorar la planificación y la gestión del futuro, que debería reforzar aspectos como los cuidados paliativos, la rehabilitación y el soporte sociosanitario, frente a los ingresos no programados, base de la asistencia a la IC en el momento actual.Hay estudios previos que describen el elevado consumo de recursos que supone la IC, pero este trabajo realizado por nuestros compañeros y amigos del Hospital del Mar de Barcelona, tiene varios aspectos realmente relevantes:
- Se ha realizado en nuestro entorno y por lo tanto, sus resultados podemos trasladarlos a nuestra práctica clínica y asumir que son superponible a lo que puede ocurrir en el resto de servicios de salud autonómicos del país.
- Es de ámbito poblacional, abarcando la gran diversidad de presentaciones clínicas que tiene la IC, no excluye a los pacientes ambulatorios o a aquellos con disfunción diastólica. En consecuencia, no se centra exclusivamente en los pacientes con hospitalizaciones.
- No excluye los gastos por la comorbilidad que muchas veces acompaña la IC.
A partir de los hallazgos del estudio, el ahorro en IC pasa por reducir los ingresos repetidos, muchas veces previsibles o relacionados con la falta de coordinación entre niveles asistenciales posterior al alta o por la falta de autocuidados/conocimientos de su enfermedad del paciente.
Referencia
Medical Resource use and Expenditure in Patients With Chronic Heart Failure: A Population Based Analysis of 88 195 Patients- European Journal of Heart Failure (2016). doi:10.1002/ejhf.549
- Nuria Farré, Emili Vela, Montse Clèries, Montse Bustins, Miguel Cainzos-Achirica, Cristina Enjuanes, Pedro Moliner, Sonia Ruiz, Jose Maria Verdú-Rotellar and Josep Comín-Colet.