El Dr. Carlos Macaya aprovechó ayer la estancia del Prof. Ralph Brindis en España para mostrarle las instalaciones del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), donde fueron recibidos por el Dr. Valentí Fuster.
Angioplastias primarias
En este encuentro, el sexto que se produce desde que ambas sociedades acordaron reunirse periódicamente, los especialistas en cardiología han destacado la necesidad de reestructurar el sistema sanitario para atender con una angioplastia primaria, en el menor tiempo posible, a los cerca de 70.000 infartos sufridos al año en España.
La angioplastia primaria es la técnica más recomendada para el tratamiento del infarto agudo de miocardio, siempre que se realice en las condiciones adecuadas y con rapidez, dentro de los primeros 90 minutos que han transcurrido una vez el paciente ha llegado al hospital. Esta técnica trata la oclusión de la arteria coronaria mediante la aspiración del tapón de trombo para, a continuación, implantar un stent (una especie de malla metálica) que resuelva la estrechez subyacente.
La Sociedad Europea de Cardiología considera que deberían de realizarse más de 600 angioplastias primarias anuales por millón de habitantes. Gracias al desarrollo de la iniciativa “Stent for Life” a nivel nacional, España cada vez se aproxima más a estas cifras, tal y como muestra el registro de actividad de la sección de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de la SEC. En 2008 se realizaron 7.837 angioplastias primarias y en 2009 se llevaron a cabo 9.334, lo que supone un 19,1% más.
Según el Dr. Francisco Javier Goicolea, presidente de la sección de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de la SEC, esto se debe a que, “cada vez más, las autoridades empiezan a tratar el infarto agudo de miocardio como un problema sanitario para el que hay que aportar soluciones, empezando por el reconocimiento del problema, la organización territorial, la recogida de información y la creación de un plan especial”.
Actualmente, algunas comunidades como Navarra, Galicia o Murcia, con 427, 332 y 319 angioplastias primarias por millón de habitantes respectivamente, están desarrollando muy satisfactoriamente las medidas de la iniciativa “Stent for Life”, logrando reducir notablemente el tiempo transcurrido entre que un paciente sufre un infarto agudo de miocardio y éste es intervenido.
El papel de los nuevos fármacos anticoagulantes frente a la warfarina
Otro de los aspectos más relevantes de la reunión de hoy ha sido la ratificación de los beneficios del dabigatran frente a la warfarina en pacientes con fibrilación auricular, reduciendo significativamente el riesgo de ictus. Este novedoso inhibidor directo de la trombina minimiza las posibilidades de padecer hemorragias y, además, resulta mucho más fácil de administrar, ahorrando con él los incómodos y costosos controles periódicos del paciente.
Por el momento, el dabigatran solamente se administra a aquellos pacientes que no aceptan correctamente el tratamiento clásico, puesto que este fármaco aún se encuentra en fase de registro en la Unión Europea y su coste es bastante elevado. Se prevé su comercialización a finales de 2010 o principios de 2011. “Ésta supondría un gran avance en la prevención del ictus en pacientes con fibrilación auricular y, a la larga, resultaría un ahorro para la Seguridad Social”, comenta el Dr. Lluis Mont, miembro de la SEC.
La polipíldora está al caer
En el encuentro de mañana sábado, se destacará la próxima aparición de la polipíldora contra el infarto de miocardio. Ésta ya se está administrando en India y en los próximos meses se comercializará también en Guatemala la polipíldora desarrollada por el CNIC y Ferrer internacional. A finales de 2011 ésta podría entrar en el mercado español.
El nuevo remedio concentra estatinas, aspirina y diversos fármacos para controlar la presión arterial en una sola dosis diaria, lo que reduce sensiblemente los costes. Es por ello que resultará especialmente útil para los países en vías de desarrollo, donde actualmente estos fármacos pueden costar a los enfermos hasta medio mes de un sueldo medio.
Los primeros estudios relacionados con la polipíldora, aparecidos en 2003, aseguraban que la administración de este fármaco a todos los mayores de 55 años lograría reducir más del 80% de la enfermedad coronaria en el mundo. Tras evaluar los posibles efectos adversos en un 15% de los medicados y las consecuencias psicológicas negativas de administrar medicamentos a personas sanas, muchos expertos desechan la idea en prevención primaria, aunque se están llevando a cabo estudios para analizar su eficacia. “No obstante, la polipíldora es muy recomendable para los pacientes que sí han padecido un episodio cardiovascular y ya toman la medicación, puesto que mejora extraordinariamente la adherencia al tratamiento”, explica el Dr. Ginés Sanz, miembro de la SEC. “Está estudiado que cuantas más pastillas ha de tomar un paciente, más a menudo olvida tomarlas”, aclara el especialista.
Según el presidente electo de la SEC, el Dr. Vicente Bertomeu, “la discusión entre los miembros de la ACC y los de la SEC acerca de los últimos avances en aspectos diagnósticos y terapéuticos, junto con las vivencias compartidas, permite mejorar el reto diario que supone la práctica clínica de la cardiología”. Es por ello que “el encuentro empieza a formar parte de la tradición científica entre ambas sociedades”, comenta.