Un estudio realizado por médicos de familia y publicado en el último número de Revista Española de Cardiología (REC), ha analizado la incidencia de enfermedades cardiovasculares como la cardiopatía isquémica y la enfermedad cerebrovascular, y de enfermedades cardiovasculares emergentes como la insuficiencia cardiaca y la arteriopatía periférica.
El trabajo titulado 'Epidemiología de las enfermedades cardiovasculares en atención primaria. Estudio Cohorte Zona Franca de Barcelona', que ha tenido una duración de diez años (entre junio de 1998 y junio de 2008), se ha llevado a cabo en dos centros de salud de atención primaria de Barcelona y se ha realizado en 931 sujetos con edades comprendidas entre 35 y 84 años, sin enfermedades cardiovasculares previas y seleccionados aleatoriamente. En el estudio se excluyeron personas con neoplasias avanzadas, demencias y enfermedades con una expectativa de vida inferior a un año.
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte en España. Desde principios de este año han fallecido en nuestro país más de 97.600 personas por esta causa. Entre estas enfermedades destaca especialmente la cardiopatía isquémica, con una prevalencia del 5,5% en la población española y cuyos principales factores de riesgo modificables son el tabaquismo, la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia y la diabetes. Por su parte las enfermedades cerebrovasculares, cuyo principal factor de riesgo es la hipertensión arterial, afectan al 3,7% de la población.
Aunque la mortalidad por algunas enfermedades cardiovasculares ha mostrado una tendencia decreciente en los países desarrollados, confirmada en nuestro país, su prevalencia ha aumentado en las últimas décadas, entre otras razones debido al aumento de la esperanza de vida de la población y a las mejoras en su tratamiento y prevención. Además, los hábitos de vida insanos favorecen también el incremento de los factores de riesgo para estas enfermedades. .
En cuanto a los resultados del estudio cabe destacar que la cardiopatía isquémica fue especialmante frecuente en de los mayores de 65 años (.54,4% de los casos) En el caso de la angina, la proporción es aún mayor, con un 68%. Por sexos, en esta franja de edad, se observó una incidencia del infarto de miocardio cinco veces superior en hombres, mientras que en el caso de mujeres el ictus tuvo una incidencia ligeramente superior. Las cifras fueron similares en el caso del accidente isquémico transitorio.
Los resultados el estudio confirman que el riesgo cardiovascular va más allá de la cardiopatía isquémica y que hay que considerar otras enfermedades cardiovasculares como la enfermedad cerebrovascular y la arteriopatía periférica de las extremidades inferiores, además de la insuficiencia cardiaca, que ha mostrado una incidencia preocupante y que aumentará debido a la mejor esperanza de vida de la población y la mayor supervivencia tras un infarto y el aumento de la prevalencia de otros factores de riesgo. Las enfermedades cardiovasculares afectan sobre todo a personas de edad avanzada, lo que dificulta el cálculo del riesgo cardiovascular, puesto que los parámetros de detección sólo llegan a los 74 años.
Para el Dr. José M. Baena-Díez, director del estudio e investigador del IDIAP Jordi Gol y investigador asociado del Institut Municipal d'Investigació Mèdica (IMIM), "es necesaria una estrategia integral de prevención de las enfermedades cardiovasculares. Para ello hay que abordar, en primer lugar, la prevención, el control y el tratamiento de los factores de riesgo cardiovascular, con el objetivo de reducir la incidencia de las enfermedades cardiovasculares. En segundo lugar, debemos realizar una correcta valoración del riesgo cardiovascular de los pacientes mediante el uso de funciones validadas en nuestro medio. Finalmente es necesario aplicar un tratamiento precoz, adecuado e intensivo de las enfermedades cardiovasculares cuando aparecen".