Un estudio publicado en la última edición de Revista Española de Cardiología (REC) ha puesto de manifiesto que, ante un infarto agudo de miocardio, una persona que presente hiperglucemia tiene un 10% más de probabilidades de fallecer.
Hay ciertas enfermedades como hemorragias cerebrales, neumonías graves, infartos agudos cerebrales o miocárdicos, y en general enfermedades graves y de aparición brusca, que pueden aumentar los niveles de glucosa en plasma por encima de los 140 mg/dl, tanto en diabéticos como en personas que no lo son. Diversos estudios demuestran que este aumento temporal, denominado hiperglucemia de estrés, resulta un importante factor predictivo de mortalidad en pacientes que sufren infarto agudo de miocardio.
Un ejemplo de esto son los resultados que aporta el estudio anteriormente mencionado, en el que la mortalidad de los pacientes con una glucosa superior a 140 mg/dl en el momento del ingreso hospitalario fue del 15%, frente al 5% de casos de muerte en pacientes con una cifra de glucosa inferior. Además, al tener a los pacientes monitorizados constantemente durante su estancia en la unidad coronaria, se detectó que los que presentaban hiperglucemia sufrieron un 10% más de casos de arritmias ventriculares graves.
Para el Dr. Rafael Sanjuán, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), cardiólogo del Hospital Clínico Universitario de Valencia y coautor del estudio, "las cifras elevadas de glucosa en sangre en el momento del ingreso (en el mismo servicio de urgencias) pueden servir para alertarnos de una mayor incidencia de arritmias, sobre todo en aquellos pacientes sin antecedentes de diabetes".
El estudio, que se llevó a cabo en el Hospital Clínico Universitario de Valencia, se realizó analizando los casos de 834 pacientes ingresados en la unidad coronaria por un infarto agudo de miocardio con elevación del ST entre enero de 2004 y diciembre de 2008.
Es destacable el hecho de que el 33% de los pacientes tenían una diabetes diagnosticada, mientras que casi un 54% presentaba hiperglucemia en el momento del ingreso. Es decir, que un 21% de los pacientes tenían un nivel de glucosa superior al recomendado, pero no habían sido diagnosticados como diabéticos.
"Conociendo esta realidad, resulta imprescindible que los especialistas del área de urgencias que reciban pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del ST, presten atención al nivel de glucosa en sangre del paciente y en caso de glucemias elevadas, actúen rápidamente, por una parte con un mayor control de su electrocardiograma (monitorización) y por otra con la realización mas frecuentes de los análisis de los niveles de glucosa. De esta manera se logra un mejor manejo y tratamiento, del paciente (tratamiento con insulina), a la vez que disminuimos la posibilidad de mortalidad por arritmias graves" comenta el Dr. Sanjuán.