La Sociedad Española de Cardiología (SEC), junto a la Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular (SECTCV) y la Asociación Española de Enfermería en Cardiología (AEEC), ha participado en la elaboración de los Estándares y Recomendaciones de Calidad y Seguridad de las Unidades Asistenciales del Área del Corazón (UAAC), un documento que se presenta por primera vez en una jornada en el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.
El área del corazón engloba una serie de Unidades Asistenciales que dan soporte a la atención de los pacientes agrupados en torno a bloques de procesos asistenciales, por compartir características en cuanto a la forma de presentación de las patologías que engloban, su gestión clínica y los recursos que su atención requiere.
Pie de foto (de izq. a dcha.): Amparo Peiró Andrés, presidenta de la AECC; Dr. Miguel Josa García-Tornel, presidente de la SECTCV; Carmen Moya, directora general de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud; Dr. Carlos Macaya, presidente de la SEC y Dr. Alfonso Castro Beiras, miembro de la SEC y co-director científico y jefe del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña.
El objetivo del documento, elaborado por un comité director y otro científico, es poner a disposición de la administración sanitaria, gestores (públicos y privados) y profesionales, criterios para la organización y gestión de estas unidades, contribuyendo a la mejora en las condiciones de seguridad y calidad de su práctica, como la eficiencia en la prestación de los servicios diseño y equipamiento.
Para ello, se recomienda, desde la perspectiva organizativa, la gestión integral del paciente, agrupando los procesos asistenciales y la regionalización de las UAAC y se define la necesidad de crear redes asistenciales para el adecuado manejo de los pacientes con enfermedad coronaria.
Según el presidente de la SEC, el Dr. Carlos Macaya, “La SEC ha participado de forma activa junto con la agencia de calidad del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, la SECTCV y la AEEC para elaborar el primer documento de estándares y recomendaciones que se realiza en patología cardiovascular a este nivel. Éste trata de sentar las bases en los criterios de seguridad del paciente, aumentando la eficiencia del sistema sanitario y dando especial importancia a la regionalización para crear redes asistenciales que permitan llegar a todos los pacientes”.
Agrupación de los procesos asistenciales
La continuidad de la atención y la provisión de cuidados son elementos imprescindibles para una población que tiende a envejecer, con una consecuente elevada prevalencia de enfermedades crónicas y degenerativas, frecuentemente concurrentes, cuyas trayectorias hasta la muerte están marcadas por recaídas y mejorías, y por un progresivo deterioro de su autonomía (dependencia) y fragilidad. Este cambio de perfil epidemiológico, unido a las innovaciones tecnológicas y al desarrollo en los Estados Unidos de sistemas integrales de asistencia sanitaria en un entorno de gestión empresarial, ha provocado una profunda revisión de la organización de la gestión sanitaria y clínica basada en la atención a episodios.
La atención sistemática a estos enfermos, que representan aproximadamente el 50% de la carga asistencial actual del hospital (medida en estancias hospitalarias; posiblemente, en costes, representa un mayor porcentaje), ha mostrado no sólo una disminución de los costes de atención (reducción de los ingresos y estancias hospitalarias; disminución de la frecuentación en urgencias; uso adecuado del medicamento) sino también una mejora en la calidad de vida y pronóstico de estos pacientes.
Por esta razón, se propone el cambio de una atención centrada en episodios a otra que garantice la continuidad asistencial. Esto implica la superación, por parte de los servicios clínicos, de los límites estrictos del hospital, para ofrecer una asistencia que abarque el autocuidado, el domicilio del paciente, los recursos sociales y sociosanitarios, la atención primaria, otros hospitales, etc.
Para facilitar este cambio, se propone hacer bloques de procesos asistenciales del área del corazón, de manera que se agrupen todos aquellos que compartan características similares en cuanto a su forma de presentación, gestión clínica, recursos sanitarios que utilizan, etc.
Se indica la configuración de bloques de procesos asistenciales para la insuficiencia cardíaca congestiva, la cardiopatía isquémica aguda, la cardiopatía isquémica crónica, las enfermedades de las válvulas cardíacas, la patología de la aorta ascendente, las cardiopatías congénitas del adulto y las arritmias cardíacas y trastornos de la conducción.
Red asistencial
En los Estándares y Recomendaciones de Calidad y Seguridad de las UAAC se recoge la necesidad de crear redes asistenciales para mejorar la atención al paciente con cardiopatía isquémica. Además, se diferencia una red asistencial para el síndrome coronario agudo y otra para la cardiopatía isquémica crónica.
La red asistencial se entiende como un trabajo coordinado, en función del grado de complejidad de los diferentes niveles asistenciales (atención domiciliaria, urgencia extrahospitalaria, atención en centros de salud, urgencia hospitalaria, atención hospitalaria programada, servicios de referencia y otros) en un territorio determinado, para atender de manera continuada y de la forma más eficiente posible las distintas situaciones clínicas.
Es importante que las redes asistenciales basen sus métodos de alerta en los sistemas de emergencias. El servicio de transporte sanitario debe formar parte de la red de las UAAC, siendo su aportación muy relevante para garantizar la accesibilidad del paciente al dispositivo apropiado, eliminando demoras innecesarias e instaurando las medidas asistenciales iniciales adecuadas.
En Galicia, Navarra, Murcia, Cataluña y Baleares, estas redes ya están organizadas, de modo que la población tiene acceso a una asistencia para el tratamiento del infarto agudo de miocardio (IAM) con elevación del ST durante las 24 horas del día, los 365 días del año. Otras comunidades autónomas, como Madrid, Castilla-León y Castilla La Mancha ya están trabajando para establecer sus propias redes asistenciales.
“Resulta esencial disponer de una buena organización para aumentar la eficiencia de las UAAC y poder ofrecer asistencia a los pacientes que sufren un infarto u otra complicación cardiovascular en cualquier momento, pues el 70% de estos episodios se dan fuera del horario laboral”, apunta el Dr. Alfonso Castro Beiras, miembro de la SEC y co-director científico y jefe del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, “en Galicia, la mortalidad por infarto agudo de miocardio con elevación del ST ha caído drásticamente desde que se instauró la red asistencial”, aclara.
Regionalización
La regionalización de servicios obedece a criterios de equidad y aseguramiento de la calidad asistencial, pues existe suficiente evidencia científica de la relación entre mortalidad y/o morbilidad y el volumen de actividad de hospitales y profesionales para determinados procedimientos médicos y quirúrgicos.
La asistencia cardiológica debe organizar su actividad en torno a Unidades Asistenciales: Unidades Asistenciales Básicas, que están presentes en todos los Servicios (Unidades de hospitalización, de consulta, de imagen cardíaca, función cardíaca y estimulación cardíaca) y Unidades Asistenciales Intervencionistas (hemodinámica e intervencionismo, arritmias y electrofisiología y cirugía cardiovascular), que están sólo en determinados hospitales y que son “compartidas” trabajando en red.
En el concepto de Unidades Asistenciales, en especial las Unidades Asistenciales Intervencionistas, se entiende que han de cumplir con unos requisitos para que la asistencia prestada sea de calidad, segura y eficiente. Estos requisitos se refieren de manera especial a recursos humanos en número de profesionales de acreditada competencia, a la dotación tecnológica correspondiente con la atención a prestar y a los resultados asistenciales de la Unidad. Debe tener un volumen mínimo de procedimientos por Unidad y por profesional con evaluación continuada y sus resultados deben de ser públicos.
En este sentido, las recomendaciones se centran en la evidencia científica sólida, documentada por la que se requiere un mínimo por centro de 400 procedimientos anuales de intervencionismo percutáneo y 600 intervenciones cardiacas mayores al año, para justificar la dotación de cardiología intervencionista y cirugía cardiaca respectivamente. No hay datos tan evidentes de otros procedimientos intervencionistas como electrofisiología pero deberían aplicarse conceptos similares en su planificación.
"Si se siguen estas recomendaciones atendiendo a estos criterios, organizando los procesos, concentrando los recursos humanos, tecnológicos y la experiencia en los centros seleccionados, y teniendo cuenta la equidad y accesibilidad, los resultados serán mejores y el consumo de recursos será menor y obviamente, los costes también", explica el Dr. Carlos Fernández Palomeque, miembro de la SEC y jefe de la Sección de Cardiología del Hospital Universitario Son Espases (Palma de Mallorca).
Por otro lado, los especialistas insisten en la importancia de establecer como objetivo de la red asistencial de las UAAC y para las prestaciones con carácter de referencia regional (intervencionismo, electrofisiología, cirugía cardiovascular), un acceso equitativo de los pacientes del ámbito territorial-geográfico-poblacional de la red, introduciendo instrumentos de gestión de la demanda, garantía de calidad, etc.
“Cabe destacar que el documento de Estrategia de la Cardiopatía Isquémica ha servido para poner énfasis en las diferencias de género en la forma de tratar la patología cardiovascular en nuestro país, además ha sido muy útil para destacar el análisis de la cirugía cardiaca en España, así como para crear el decreto que permite la colocación de desfibriladores en lugares públicos para ser usados por cualquier ciudadano en caso de emergencia”, explica el Dr. Castro Beiras, “asimismo, ha permitido que las asociaciones de pacientes formen parte del comité de revisión, dándoles la oportunidad de opinar en unos estándares donde ellos son los protagonistas, y traslado algunas de sus propuestas al documento que de Estándares de las Unidades Asistenciales del Área del Corazón. En resumen, el objetivo de este documento es que la organización sanitaria se diseñe centrada en el paciente para proporcionarle la atención adecuada, es decir la mejor opción diagnóstica o terapéutica con la máxima calidad y seguridad en el momento que la precise, ese debe ser el criterio que presida el derecho de accesibilidad y de equidad”, concluye el especialista.
Prevalencia de las enfermedades cardiovasculares
Según los últimos datos facilitados por el INE, publicados en julio de 2011, en España, la enfermedad cardiovascular sigue siendo la primera causa de muerte. Así, ha sido la responsable del 31,2% de los fallecimientos producidos en nuestro país durante 2009, lo que se traduce en un total de 120.053 fallecimientos. Tras la enfermedad cardiovascular, destaca también la prevalencia del cáncer (especialmente de bronquios y de pulmón), en el 27,3%, y del sistema respiratorio, en un 11,2% de los casos.
Entre las enfermedades cardiovasculares, las de mayor prevalencia han sido las enfermedades cerebrovasculares y la cardiopatía isquémica, las primeras, principal causa de muerte en mujeres y la segunda, en hombres. Concretamente, las patologías isquémicas del corazón (infarto, angina de pecho, etc.) y las cerebrovasculares volvieron a ocupar el primer y segundo lugar en número de muertes, con 35.607 y 31.143 fallecidos respectivamente. La insuficiencia cardíaca, por su parte, se sitúa como cuarta causa de muerte más común entre los españoles con 17.601 muertes, tras el cáncer de pulmón y de bronquios, con 20.401 fallecimientos.