En España, casi el 4% de la población mayor de 40 años sufre fibrilación auricular (FA). Esta enfermedad comporta un riesgo cinco veces superior de ictus entre las personas que la padecen que entre la población general, por lo que, seleccionar a aquellos pacientes candidatos a un tratamiento anticoagulante eficaz se hace indispensable en la práctica clínica.
Aunque el riesgo de ictus asociado a la FA está reconocido, es también muy heterogéneo, lo que dificulta el acierto en el tratamiento antitrombótico del paciente.
Para poder escoger el mejor tratamiento, existen diversos esquemas de estratificación del riesgo, el más conocido es la escala de CHADS2 (por las siglas en inglés de insuficiencia cardiaca congestiva, hipertensión, edad, diabetes, ictus [doble]). Esta escala valora la probabilidad de padecer un ictus teniendo en cuenta los factores de riesgo asociados.
“En los últimos años se ha comprobado que el valor predictivo de esta escala es insuficiente, ya que no tiene en cuenta todos los factores de riesgo”, señala el Dr. Francisco Marín, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y del servicio de Cardiología del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia. Las guías de la European Society of Cardiology apoyan el uso de una nueva escala, la CHA2DS2-VASc (insuficiencia cardiaca congestiva, hipertensión, edad ≥75 [doble], diabetes, ictus [doble], enfermedad vascular y categoría de sexo [mujeres]). Con el objetivo de conseguir una identificación más real de aquellos pacientes con bajo riesgo embólico, que son los que no se van a beneficiar del tratamiento anticoagulante, mientras que en el resto sí que sería recomendable iniciarlo.
Sin embargo, se ha criticado si la escala CHA2DS2-VASc no proporciona información pronóstica, más allá de indicar la necesidad del tratamiento anticoagulante. Por esta razón, un grupo de expertos liderados por el Dr. Francisco Marín en colaboración con la Dra. Vanessa Roldán del Hospital Morales Meseguer de Murcia, ha decidido estudiar el valor predictivo de esta nueva escala en pacientes bajo ancoagulación oral. Los resultados de este estudio se han publicado en el último número de Revista Española de Cardiología (REC), editada por la SEC.
“El objetivo de nuestro estudio ha sido evaluar la utilidad de la escala CHA2DS2-VASc para obtener una perspectiva pronóstica adicional respecto a los eventos adversos y la mortalidad en la práctica clínica real en pacientes con fibrilación auricular anticoagulados, que a menudo son ancianos con múltiples comorbilidades”, anuncia el Dr. Marín.
Tras estudiar a casi 1.000 pacientes durante más de dos años, los análisis comprobaron que los pacientes presentaron una tasa de 4,5% y año de evento cardiovascular adverso, 3,3% y año de hemorragia mayor y 2,7% y año de muerte. Los eventos adversos mayores, como variable de valoración combinada de los eventos cardiovasculares, la hemorragia mayor y la mortalidad, se dieron en el 24,6% de los pacientes. “Tras analizar en estos pacientes el valor de la escala CHA2DS2-VASc, pudimos comprobar que por cada unidad que aumentaban en su puntuación, el riesgo de eventos cardiovasculares aumentaba un 27%, la mortalidad por cualquier causa un 36% y los eventos mayores de forma global un 23% por cada punto para eventos mayores de forma global”, explica el Dr. Marín.
“Este estudio pone de manifiesto la utilidad de la escala CHA2DS2-VASc como predictor del riesgo de nuestros pacientes, lo que sin duda nos ayudará en el día a día de la práctica clínica”, concluye el doctor.