A esto hay que añadirle que contrariamente a lo que se creía hasta el momento, al año de estudio se comprobó que la colocación del stent farmacoactivo, dispositivo que libera dosis del fármaco everolimus, presentó menos probabilidades de trombosis que la del stent convencional (0,9% frente a 2,5%).“Estamos ante un cambio de paradigma en el tratamiento del infarto ya que las guías de práctica clínica europeas han dejado de recomendar la utilización del stent convencional para indicar el empleo del stent farmacoactivo de segunda generación”, señala el doctor.
Para llevar a cabo el estudio se escogió una muestra de 1.500 pacientes a los cuales se les hizo un seguimiento tras la implantación de los diferentes stents. “El stent farmacoactivo no solo es más eficaz que el stent convencional sino que es más seguro. Con este estudio los cardiólogos intervencionistas hemos perdido el miedo a implantar stents farmacoactivos tras el infarto”, subraya el Dr. Sabaté.
Examination” fue uno de los primeros estudios promovidos por la Agencia de Investigación de la Sociedad Española de Cardiología. “Entre los aspectos que nos llevaron a decantarnos por la SEC está la rigurosidad que aporta así como su excelente gestión. Fue una experiencia muy positiva”, concluye el doctor Sabaté.