Un nuevo el estudio, publicado en Revista Española de Cardiología (REC), evalúa el grado de conocimiento de los odontólogos sobre e intervencionismo coronario percutáneo.
Todos los pacientes con enfermedad cardiovascular en algún momento van a presentar afecciones dentales, puesto que ambas patologías tienen una elevada prevalencia en los países industrializados.
La necesidad de doble antiagregación con aspirina y clopidogrel por periodos prolongados de tiempo tras el intervencionismo coronario con stents farmacoactivos puede interferir en la práctica diaria de los odontólogos por el riesgo de hemorragia, tal y como se recoge en un artículo publicado en Revista Española de Cardiología sobre el estudio que evalúa el grado de conocimiento de los odontólogos sobre el intervencionismo coronario percutáneo y que ha elaborado el Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Central de Asturias.
El riesgo más importante que corre el paciente, en función de la frecuencia y la severidad, es “la trombosis del stent coronario que, dependiendo de la localización del stent, tiene una mortalidad de entre el 15 y el 45 por ciento”, afirma el Dr. Iñigo Lozano, adjunto del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Central de Asturias.
En este contexto, el método de estudio seguido ha consistido en seleccionar aleatoriamente a 100 odontólogos, y a través de un cuestionario se ha estudiado el grado de conocimiento de los stents coronarios, la medicación antiagregante, la frecuencia con la que consultan al cardiólogo y el grado de conocimiento del documento de consenso elaborado por varias sociedades científicas americanas, entre las que se encuentra la American Dental Association.
En este contexto, el estudio concluye que “el conocimiento que tienen los odontólogos de nuestro país sobre el intervencionismo coronario percutáneo es limitado, ya que la gran mayoría saben qué es un stent coronario, pero desconocen los diferentes tipos de stent que existen, la medicación que requieren y las consecuencias de la supresión de la medicación antiagregante”, apunta el Dr. Lozano. No obstante, en la mayoría de los casos consultan al cardiólogo ante un paciente con doble antiagregación.
En concreto, el estudio ha registrado información de 100 odontólogos; de los cuales 17 no conocían los stents coronarios, pero solamente uno no suspendía la doble terapia antiplaquetaria, 12 consultaban al cardiólogo y los 4 restantes la interrumpían ellos mismos.
De los 83 odontólogos que conocían los stents, sólo 28 de ellos (34%) sabía la diferencia entre stent convencional y farmacoactivo. En cuanto al nombre clopidogrel era conocido por el 21%, una marca comercial por el 60% y la otra por el 45%.
Asimismo, de los 83 que conocían los stents, 48 (58%) sabía que existía la posibilidad de trombosis de stent, pero sólo 3, conocía su riesgo de mortalidad. Por otra parte, el cardiólogo es consultado en el 83% de los casos antes de la actuación del odontólogo y el 36% sabe que existe el documento de consenso elaborado por diversas sociedades científicas americanas.