La implementación de unidades de cuidados intermedios después de una cirugía cardiaca ayudaría a reducir las listas de espera para ese tipo de intervenciones, al tiempo que disminuye la duración de las estancias en la UCI y en el hospital sin que esto tenga efectos negativos en el pronóstico de los pacientes. Así se desprende de un estudio publicado recientemente en Revista Española de Cardiología (REC), en el que se analizó a 1.324 pacientes sometidos a intervenciones de cirugía cardiaca entre noviembre de 2012 y abril de 2015.
La cirugía cardiaca es el abordaje terapéutico para el tratamiento de muchas enfermedades cardiovasculares. Al ser invasiva, este tipo de cirugía requiere una importante cantidad de recursos de asistencia sanitaria, sobre todo en lo relativo a los cuidados intensivos.
Durante la última década, la mortalidad asociada con la cirugía se ha reducido significativamente, pero la morbilidad posoperatoria (problemas médicos surgidos durante el periodo de recuperación) ha aumentado, fundamentalmente porque los pacientes sometidos a cirugía cardiaca son de más edad, más frágiles y con más comorbilidades. De esta forma, “la asistencia cardiaca posoperatoria es crucial para el éxito quirúrgico general y para la recuperación clínica de los pacientes”, indica el Dr. Carlos Labata, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y primer firmante del estudio.
Tal y como explica el experto en cardiología, “las unidades de cuidados intermedios facilitan un alta más temprana de la UCI de los pacientes que no necesitan cuidados intensivos, al tiempo que evitan un alta prematura de pacientes cuyo estado clínico no es lo suficientemente estable para estar en una sala convencional”. Además, prosigue, “son una buena opción para los pacientes de salas convencionales que presentan un empeoramiento agudo y requieren una monitorización clínica más estricta, pero no cumplen los criterios de traslado a UCI”. En definitiva, estas unidades ayudan a mejorar la eficiencia de la UCI al permitir una selección óptima de los pacientes apropiados para el ingreso en ella.
Los resultados de la investigación muestran que la puesta en marcha de una unidad de cuidados intermedios tras cirugía cardiaca se asocia con una reducción de la duración de la hospitalización total y en la UCI, sin que se observe un aumento en las complicaciones posoperatorias, la mortalidad hospitalaria o la tasa de reingresos hospitalarios a los 30 días.
“Las nuevas formas de atender a los pacientes de cirugía cardiaca permiten aumentar el número de operaciones realizadas en un mismo hospital sin introducir cambios estructurales en la UCI, con lo que se logra reducir las listas de espera de cirugía cardiaca. En concreto, en nuestro estudio, la puesta en marcha de esta unidad permitió reducirlas a menos de 90 días”, detalla el Dr. Labata.
¿Grado de implementación en España?
Aunque existen unidades de cuidados intermedios tras cirugía cardiaca, su implementación no es generalizada, ni en España ni en otros países. “Demostrada su rentabilidad desde el punto de vista de gestión sanitaria y con un beneficio importante para el paciente, sería una buena noticia que nuestra investigación sentara precedente y se generalizaran este tipo de unidades”, termina el experto en cardiología.