La esperanza de vida actual favorece un escenario clínico marcado por la existencia de un paciente más longevo, con comorbilidades asociadas y que requiere múltiples reingresos; todo ello lo convierten en un paciente crónico complejo, más dependiente y frágil, con una mayor demanda de cuidados y consumo desmesurado de recursos.
Para dar respuesta a las demandas y necesidades de salud de la población y poder atender adecuadamente a las patologías agudas, la asistencia sanitaria se empieza a reorientar hacia una estrategia de salud cardiovascular centrada en la persona, basada en la promoción y prevención de la salud y la mejora en la atención aguda y crónica que contemple la detección precoz, el tratamiento y rehabilitación de las patologías cardiovasculares más prevalentes.
En este contexto, la enfermera de cardiología tiene un futuro muy esperanzador, con unas competencias profesionales muy específicas orientadas a la gestión de casos y a la práctica avanzada de cuidados enfermeros de calidad, equitativos y eficientes, que garanticen la continuidad de cuidados y unos óptimos resultados de salud.
Las tendencias y los cambios que van a condicionar el desarrollo del profesional de enfermería en cardiología serán:
- Envejecimiento profesional y expectativas del paciente
- Ética profesional: bienestar y satisfacción del paciente, autocuidado/empoderamiento del paciente y equidad del cuidado en cualquier ámbito de atención
- Avances científicos, tecnología y digitalización
- Profesionalidad: competencias y perfiles profesionales, reacreditación, indicadores de calidad, innovación, eficiencia en la gestión de los recursos, equipo multidisciplinar y continuidad asistencial
Por su parte, la Asociación Española de Enfermería en Cardiología (AEEC), órgano representativo de este grupo de profesionales, deberá:
- Diseñar un plan de formación acreditada continuo, desarrollar un mapa competencial y definir perfiles de la enfermera en cardiología en todas sus áreas en base a las necesidades de salud
- Promover alianzas y relaciones con cualquier sociedad científica, entidad profesional y organización tanto nacional como extranjera que esté implicada en la gestión de la salud cardiovascular y/o favorezca el desarrollo de la enfermera de cardiología
- Impulsar la colaboración AEEC-SEC-FEC en las estrategias de promoción de la salud y prevención de la enfermedad cardiovascular, reforzar las alianzas con las asociaciones de pacientes y promover la formación de pacientes y cuidadores en la gestión de la enfermedad
- Reivindicar la presencia y participación activa de las enfermeras en el diseño de las políticas sanitarias y en las actuaciones de salud pública para garantizar políticas efectivas que satisfagan las necesidades reales de los pacientes, las familias y las comunidades de todo el mundo (CIE)
Fortalezas y Debilidades
Sin lugar a dudas, la gran fortaleza es el cambio de modelo sanitario y el avance vertiginoso en la terapia de los pacientes con ECV, fundamentado en la necesidad de cuidados avanzados, realizados por profesionales con competencias clínicas avanzadas y en la mejora de la salud cardiovascular a través de la promoción, prevención y restablecimiento de la misma.
En contrapartida, las grandes debilidades siguen siendo la poca visibilidad y el escaso reconocimiento formativo y competencial por parte de las instituciones sanitarias, que continúan sin reconocer las especialidades ni contemplar perfiles para las enfermeras de cardiología, a pesar de estar trabajando ya en áreas específicas de cardiología con conocimientos de experto y abilidades clínicas que le permiten un ejercicio profesional de calidad, autónomo y eficiente.
Evolución
La enfermera, pieza clave en cardiología, deberá adaptarse a estas tendencias y formarse para adquirir las competencias profesionales que le habiliten para ello (corecurriculum).
Formará parte de un equipo multidisciplinar con otros profesionales implicados en la salud cardiovascular y necesitará comunicación y coordinación con los profesionales de enfermería de los diferentes ámbitos asistenciales para garantizar la continuidad de cuidados (centrados en la persona) y evitar la variabilidad de la práctica clínica. Establecer rutas asistenciales integradas en las que tengan cabida todos los pacientes a lo largo del proceso de su enfermedad (desde el diagnóstico hasta el final de la vida) no será posible sin la enfermera de práctica avanzada, gestora de casos y/o la enfermera de enlace, figuras imprescindibles en el nuevo enfoque de la asistencia sanitaria.
Estar al día en los avances científicos y tecnológicos y la complejidad de la atención, impulsar la investigación científica en el ámbito de la salud cardiovascular e innovar en cuidados cardiológicos es necesario para mejorar la práctica profesional y conseguir el reconocimiento formativo y competencial por parte de las instituciones sanitarias. La formación es necesaria para liderar y hacer una gestión óptima del proceso asistencial en todos los ámbitos asistenciales, para generar respuestas a los problemas de salud y desarrollar una práctica autónoma, interdependiente y segura.
El registro digitalizado de la información clínica, además de mejorar la eficiencia y la calidad dela asistencia sanitaria y procurar una mejor comunicación entre los profesionales de la salud, permite evaluar los resultados, garantiza la continuidad de cuidados y facilita la transición entre los diferentes niveles asistenciales.
El profesional de enfermería en cardiología necesita conocer los valores, las necesidades y las expectativas cambiantes de la sociedad y formarse para poder proporcionar unos cuidados integrales y excelentes. El perfil actual del paciente crónico, con una mayor demanda de cuidados más complejos (siempre en consonancia con la eficacia y coste-efectividad) y la necesidad de integración y cooperación entre la atención primaria y la especializada requieren que la gestión de los cuidados enfermeros se oriente a reducir la frecuentación, las estancias hospitalarias, las consultas urgentes y evitar la automedicación.
El paciente es el eje del sistema y debe fomentar en él la cultura de desmedicalización de la salud, el autocuidado y el empoderamiento. Orientar, aconsejar e informar sobre aspectos relacionados con la promoción de la salud, la prevención y las condiciones de salud de carácter crónico, la evolución de la enfermedad, la adherencia al tratamiento y las posibilidades de adaptación a su nueva situación de salud proporcionarán al paciente y al cuidador principal competencias en autogestión de la salud.
La enfermera de cardiología debe demostrar conocimientos especializados y experiencia para mejorar la práctica profesional y saber cuáles son las políticas de salud para poder ser parte activa en la toma de decisiones o cambios de los servicios de salud y conseguir que sean efectivas y respondan a las necesidades y expectativas de las personas con problemas cardiovasculares o riesgo de padecerlos.
Como parte esencial del sistema sanitario, el profesional de enfermería en cardiología debe identificar, definir y difundir las necesidades y líneas prioritarias de investigación en esta especialidad. Generar y divulgar evidencia científica sobre la efectividad, calidad y eficiencia delos cuidados enfermeros en las diferentes áreas de atención es fuente importante de investigación en resultados en salud, necesaria para alcanzar la excelencia del cuidado.
Promover la participación de las enfermeras en investigaciones multidisciplinarias de salud y en comités multiprofesionales de investigación de la salud cardiovascular es prioritario en el nuevo enfoque de modelo sanitario, orientado a la multidisciplinariedad.