El Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2019 ha visibilizado la investigación llevada a cabo por el personal de enfermería en diferentes roles y contextos clínicos asistenciales. En este sentido, Juana Oyanguren ha presentado los resultados del estudio ETIFIC, cuyo objetivo era esclarecer si la titulación de fármacos de insuficiencia cardiaca (IC) es efectiva y segura comparada con la titulación de fármacos que realiza el cardiólogo de las unidades de IC, considerado el gold standard.
La efectividad ha sido demostrada en todos y cada uno de los objetivos evaluados. “Se ha evidenciado no inferioridad en dosis alcanzadas de BB, IECA, ARA II y ARM, eventos adversos asociados a titulación, ingresos, mortalidad, FEVI, NYHA, Nt-proBNP, test de 6 minutos y calidad de vida. Se han alcanzando mejores dosis en el grupo enfermera versus cardiólogo de unidades de IC en BB e IECA, y también se ha registrado un número significativamente menor de hospitalizaciones por IC asociadas a un mayor número de visitas”, explica Oyanguren. Además, “las mejorías en todos los parámetros son muy importantes y evidencian el beneficio del proceso”.
ETIFIC es el primer ensayo aleatorizado multicéntrico que ha evaluado la efectividad y seguridad de la titulación de fármacos empleados para hacer frente a la IC por parte de enfermería, y en él han participado 20 hospitales de 10 comunidades autónomas diferentes que cuentan con unidades o programas específicos dirigidos a pacientes con IC. Este estudio se consideraba imprescindible dada la alta prevalencia de IC, su impacto en la salud y a nivel social, las deficiencias de optimización señaladas en numerosos estudios y el beneficio clínico de los fármacos BB, IECA, ARA II y ARM (por su reducción de ingresos y mortalidad). Oyanguren recuerda también otro motivo de peso que les llevó a poner en marcha la investigación: “A pesar de que la titulación de fármacos por enfermeras especialistas en IC está recomendada en las guías de la Sociedad Europea de Cardiología y está muy extendida su práctica, la evidencia actual de su efectividad y seguridad era muy limitada”.
Implicaciones de los resultados
El estudio ha sido aprobado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y 20 comités de ética, pero ahora hay que aprobarlo negociando con los gestores sanitarios. “Se debe acordar con ellos la legalidad de la aplicación de estos protocolos por parte del personal de enfermería que reúna 400 horas de formación y dos años de experiencia”, detalla Oyanguren.
Cuando se puso en marcha el estudio, hace cuatro años, en solo un tercio de los programas de IC del país titulaban profesionales de enfermería. “En este tiempo, muchos de estos profesionales han conseguido la pericia y experiencia necesaria, aunque otros todavía están en proceso. Por eso, es preciso reforzar la formación y la experiencia tutelada (en la fase inicial)”.
En base a los resultados de ETIFIC, Oyanguren cree que “estamos en condiciones de poder establecer indicadores de calidad en el desempeño de este rol”. Asimismo, pueden abrirse espacios en los que el personal de enfermería de IC, con soporte del cardiólogo, ofrezca sus servicios de titulación y educación por periodos de varios meses a pacientes de medicina interna y oncología, “siempre y cuando se dimensionen sus recursos”. Otro camino posible es el de la atención a domicilio de pacientes que, por lejanía o dependencia, no pueden acudir a los hospitales, aunque siempre con soporte de consulta del cardiólogo.
Para Oyanguren este estudio “nos indica el camino de mejora y evaluación continua de nuestro rol, así como el futuro de nuevas investigaciones, y marcará un antes y un después tanto en nuestro país como a nivel internacional”.