El Quantitive flow ratio (QFR) aporta una excelente agudeza diagnóstica para la evaluación funcional de las estenosis coronarias y podría situarse como la herramienta ideal para evitar procedimientos innecesarios. Es la principal conclusión de un estudio presentado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2019 en Barcelona.
“La reserva fraccional de flujo (FFR) es el test biológico más validado para identificar estenosis coronarias, pero para su cálculo se requiere el uso de una guía intracoronaria y de la inducción de hiperemia”, explica el Dr. Carlos Cortés Villar, uno de los autores de la investigación. A pesar de la clara indicación de estudio fisiológico para guiar la necesidad de revascularizar las estenosis coronarias, su uso sigue siendo escaso.
El iFR (instantaneous wave-free ratio) fue el primer índice llamado de reposo, es decir, sin necesidad de hiperemia, demostrando ser no-inferior a la FFR. Posteriormente se desarrolló el resting full-cycle ratio (RFR), presentando una buena concordancia y acuerdo con el iFR, aunque nunca se ha descrito una comparación directa con FFR. Un paso más es el desarrollo de QFR, “que se basa en la reconstrucción tridimensional del árbol coronario y, aplicando la dinámica computacional de fluidos, permite la evaluación funcional sin uso de guía intracoronaria ni hiperemia”, explica el Dr. Cortés.
En este contexto, el objetivo de la investigación era evaluar la eficacia diagnóstica del QFR y del RFR frente a la FFR en una muestra multicéntrica prospectiva. “Incluimos a pacientes consecutivos con estenosis intermedias procedentes de dos centros de ámbito nacional, el Hospital Universitario de La Princesa en Madrid y el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, y los sometimos a evaluación mediante la FFR y el RFR. Además, realizamos análisis mediante QFR de manera centralizada y ciega, valorando la capacidad predictiva de ambas herramientas mediante la curva de ROC”, detalla el experto.
El estudio analizó 107 vasos de pacientes con una edad media de 76 años, de los cuales el 70,1% eran varones. El 40,3% de los pacientes presentaban angina estable, siendo ésta la indicación más frecuente de la coronariografía. El vaso más analizado fue el descendente anterior (46,5%).
“La agudeza diagnóstica de QFR fue significativamente mejor que RFR, siendo además perfecto en los valores fuera de la zona gris, con un 100% de acierto”, remarca el cardiólogo, quien añade que “el QFR presentaba mejor sensibilidad significativamente y un valor pronóstico negativo, mientras que el RFR es más específico”.
Estas dos nuevas herramientas, y su uso consecutivo, podría permitir afinar el diagnóstico fisiológico de las estenosis coronarias, evitando el uso de guía intracoronaria en casi el 60% de los pacientes y la inducción de hiperemia en todos. “Con la simplificación del estudio de fisiología intracoronaria que ofrece QFR y los índices de reposo se debería generalizar el uso de la evaluación funcional de las estenosis coronarias, permitiendo optimizar la necesidad de revascularización. Mediante el QFR se podría evitar el uso de guía intracoronaria en más de la mitad de los pacientes, minimizando los riesgos y costes de la intervención”, reflexiona el Dr. Cortés.