El amplio avance de la cardiología en los últimos años, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento, ha ocasionado una mayor demanda de cuidados enfermeros, a nivel individual, familiar y colectivo, en todos los niveles de atención de la salud, enfocados hacia el autocuidado del paciente y la adherencia al tratamiento. Cuantos más complejos son los cuidados que requiere el paciente, mayor grado de especialización necesita el profesional para aplicarlos con calidad y seguridad. Partiendo de estas premisas se ha celebrado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares 2019 una mesa redonda sobre “La enfermera de cardiología del siglo XXI”.
La sesión ha servido para definir las competencias y habilidades necesarias de la enfermera de cardiología para el ejercicio de la profesión, así como para explicar los estándares de formación específicos, unificados y consensuados que ayudarán al desarrollo de las habilidades para evaluar y atender situaciones complejas, asegurando un nivel competencial y de conocimiento común. También se ha descrito cómo se ha conseguido la acreditación de las enfermeras de hemodinámica y cuáles han sido los logros alcanzados, que han favorecido las oportunidades de desarrollo profesional. Por último, se han dado a conocer los resultados del proyecto MAREC, en el que se hace un diagnóstico de la enfermería en la atención cardiológica de España, lo que ha servido para determinar la situación relativa a los recursos disponibles, participación, tareas y nivel de autonomía de la enfermera en cardiología en las áreas de hemodinámica, electrofisiología, insuficiencia cardiaca y rehabilitación cardiaca; sin duda, opina Miriam Rossi López, comoderadora de esta sesión junto a Miriam Quintana, “este trabajo pone de manifiesto que se está aún lejos del aprovechamiento óptimo de la aportación de la enfermera en cardiología y que existe aún mucho margen de mejora al respecto”.
Perfil y competencias
“El cambio de modelo asistencial, junto con el enorme avance en el tratamiento de los pacientes con enfermedades cardiovasculares, ha hecho a la enfermera de cardiología una figura clave en la continuidad de cuidados”, tal y como afirma Miriam Rossi. Sus principales competencias, entre otras, van dirigidas a promover la salud cardiovascular óptima a través de medidas preventivas, que incluyen educación para la salud de la población, valoración y detección de problemas de pacientes con enfermedades cardiovasculares y la planificación posterior de cuidados basados en la evidencia. La participación interdisciplinar y de colaboración en los distintos procedimientos diagnósticos y terapéuticos cardiovasculares son también, en opinión de esta experta, “competencias de la enfermera de cardiología”.
En definitiva, se asume actualmente que la enfermera de cardiología debe afrontar nuevos retos para dar respuesta a las necesidades de una sociedad que cada vez precisará un mayor nivel de cuidados. Para ello, opina Miriam Rossi, “se deberá garantizar la formación acreditada de las enfermeras en cardiología y lograr el reconocimiento formativo y competencial por parte de las instituciones sanitarias”.
Con el objetivo de preservar una asistencia sanitaria con unos niveles de calidad y seguridad del paciente, las enfermeras en cardiología, a través de las sociedades y asociaciones científicas, universidades e instituciones sanitarias, han promovido una extensa formación específica, con un alto nivel competencial, relacionada con la enfermedad cardiovascular. En la actualidad se desarrollan cursos de especialización y máster que abarcan los distintos campos de la enfermera en cardiología, así como formación en cuidados básicos del paciente hospitalizado.
El ejemplo de las enfermeras de Hemodinámica
Un ejemplo a seguir, como se ha expuesto en esta mesa, es la acreditación de las enfermeras de hemodinámica. “Ha sido una experiencia muy positiva porque el trazado de un perfil profesional debe conllevar, para aquellos quienes se adaptan a él, el debido reconocimiento a través de una acreditación reconocida por el organismo que define este perfil”, destaca Miriam Rossi. Según continúa explicando, “esta acreditación es un ejemplo para otras áreas de la cardiología, ya que la especialización de la enfermería consolida el valor de la formación continuada como un elemento de reconocimiento que contribuye a reforzar la capacidad del profesional en la resolución de los problemas de la práctica clínica diaria”.
El propósito del programa de acreditación es ayudar a conseguir un nivel excelente de calidad, de seguridad y de eficiencia de los profesionales de enfermería en los procedimientos intervencionistas cardiovasculares de todas las unidades, así como colaborar con el aumento del prestigio y la promoción de todas las enfermeras de hemodinámica de España, favoreciendo las oportunidades de desarrollo profesional.