Una buena organización de la atención sanitaria en procesos que son claramente tiempo-dependientes, como el infarto agudo de miocardio, la parada cardiorrespiratoria (PCR) o el shock séptico, es esencial para mejorar el pronóstico, garantizando una mejor recuperación y supervivencia del paciente. La positiva experiencia recogida con la aplicación y generalización del ‘Código Infarto’ también se está exportando a la atención de pacientes con PCR o que sufren un shock, según se ha comprobado en un simposio celebrado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares 2019 y moderado por Ana M. Serrador Frutos y José M. García Acuña.
La sesión ha permitido analizar en detalle tres procesos muy frecuentes y en los que el éxito de la intervención depende de la buena organización y, en definitiva, del factor tiempo. “El tiempo es musculo en el caso del infarto agudo de miocardio, por este motivo una adecuada organización es necesario para evitar retrasos innecesarios”, asegura el Dr. García Acuña, quien considera también que “la organización de la parada cardíaca y la atención al paciente séptico parten igualmente de la premisa de que cuanto más rápido se atiende a estos enfermos mayor es la supervivencia”.
‘Código Infarto’: aportaciones y mejoras
La mejor muestra de la importancia que tiene esta óptima organización y rápida atención se deriva de la experiencia acumulada con los programas de ‘Código Infarto’ desarrollados en las diferentes comunidades españolas, y en base a los cuales se ha observado una progresiva reducción de la mortalidad del infarto de miocardio con elevación del segmento ST.
Para el Dr. José M. García Acuña, resulta actualmente necesario “establecer procesos perfectamente organizados que nos permitan conocer la mortalidad del infarto de miocardio”, así como “es esencial que los indicadores que se definen en este proceso se analicen de forma periódica (1 o 2 veces al año) para considerar modificaciones”.
En general, dentro de todo lo que suponen este tipo de programas asistenciales, existe un aspecto que es mejorable; en opinión del Dr. García Acuña, “se puede reducir aún más el tiempo que tarda el paciente en establecer contacto con el sistema sanitario”. Para ello, propone, “es necesario campañas de información y divulgación entre la población destinada al reconocimiento precoz de la sintomatología del infarto de miocardio, en especial en las mujeres”.
Para lograr esto, resulta crucial conocer las peculiaridades del medio o de la comunidad donde se establecen este tipo de programas. En concreto, según el comoderador de este simposio, “es necesario conocer la realidad de nuestra área: conocer cuál es la mortalidad del infarto agudo de miocardio, cuáles son los tiempos de demora tanto estructurales como no estructurales,...Todos pensamos antes de organizar un proceso que lo hacemos muy bien, y actuamos por sensaciones , pero lo que tenemos que hacer es medir lo que sucede en nuestra área hospitalaria, conocer cuánto es el tiempo de demora desde que el paciente contacta con el sistema sanitario hasta que se reperfunde la arteria coronaria, conocer la mortalidad real del infarto de miocardio”. Según el Dr. García Acuña, “con todos estos datos en la mano podremos saber cuál es el margen de mejora que tenemos e identificar en el proceso donde están esas oportunidades de mejora”.
Junto a esto, es básico que la población pueda reconocer de una forma precoz los síntomas que produce un infarto agudo de miocardio para reducir al máximo la demora en el contacto del paciente con el sistema sanitario. Además, como otro aspecto que consigue mejorar la organización de estos procesos, el cardiólogo del Hospital Clínico de Santiago de Compostela subraya la “importancia de contar con la presencia de un cardiólogo de guardia las 24 horas del día los 365 días del año, como pilar básico en la coordinación de todo el proceso”. De la misma forma, aconseja, “debemos asumir en todos los hospitales que este grupo de enfermos tienen que ser llevados por cardiólogos en las Unidades Coronarias, que son los profesionales mejor preparados para manejar a estos pacientes”.
Con todo, se mantienen algunos interrogantes o dudas sobre el ‘Código Infarto’, especialmente debido a los falsos positivos (pacientes que aparentan un infarto agudo de miocardio, pero la coronariografía no muestra lesiones). A juicio del Dr. García Acuña, “la perfecta identificación de este grupo de pacientes es un reto, siendo especialmente necesario tener en cuenta a las mujeres, los bloqueos de rama izquierda y los Tako Tsubo”; y es que, recientemente, en un estudio se observó que, a pesar de no necesitar revascularización, estos pacientes tenían un pronóstico similar a los reperfundidos.
También se plantean interrogantes en relación con las activaciones inadecuadas y los errores en la interpretación del ECG, que en algunas series alcanzan el 30%. Por eso, aconseja este experto, “es necesario una excelente formación del personal que atiende en primera instancia a estos pacientes”.
Siguiendo el ejemplo del ‘Código Infarto’
Además del IAM, otros procesos cardiológicos son tiempo-dependientes. En el caso de la PCR, la organización es clave, “porque se ha visto que todos aquellos sistemas que dan la ‘alarma’ de una PCR para que voluntarios reanimadores lleguen rápido al lugar del evento consiguen mejorar la supervivencia y el daño neurológico, que es el principal determinante de la supervivencia”, informa el Dr. García Acuña. Iniciativas como el programa ARIADNA van dirigidas a la mejora de la mortalidad, siendo un aspecto clave la identificación de la ubicación de los DESA, para poder acceder a ellos con facilidad.
Pero, además, es fundamental formar y educar a los más jóvenes en la resucitación cardiorrespiratoria. “La actitud que se debe tener en una parada cardíaca debería convertirse en una enseñanza obligatoria en los colegios, y formar parte de la educación sanitaria que deben recibir nuestros hijos”, propone este experto.
En el caso del ‘Código Sepsis’, ya hay comunidades autónomas que han establecido este programa con la finalidad de reducir al máximo el tiempo de atención de estos pacientes cuando llegan al hospital. “El programa se encuentra incluido dentro de la historia clínica electrónica de cada paciente, de tal manera que si un paciente presenta un cuadro séptico el sistema informático nos permite activar dicho código, que supone una preferencia en los estudios microbiológicos y en el inicio inmediato de la antibioterapia”, destaca el Dr. García Acuña.