La Organización Mundial de la Salud (OMS) eligió este 2020 como el año de las enfermeras y matronas, en celebración del bicentenario del nacimiento de Florence Nightingale. Sin embargo, como nadie esperaba, este año es también el de una crisis sanitaria mundial.
La enfermera Sara Lospitao Gómez ha repasado durante el e-Congreso SEC 2020 de la Salud Cardiovascular el papel del personal de enfermería durante la pandemia de la COVID-19. Estos profesionales han trabajado en primera línea, convirtiéndose en un nuevo paradigma en la atención al paciente crítico.
“El cuidado del paciente crítico con COVID-19 ha supuesto todo un reto para las enfermeras del siglo XXI, ya que ha puesto de manifiesto la necesidad de tener la especialidad de la enfermera intensivista, altamente cualificada y formada para afrontar cuidados tan complejos como los que necesita el paciente crítico”, asegura esta enfermera de UCI y de la Unidad de Cardiología Intervencionista del Hospital Universitario de Fuenlabrada de Madrid.
Lospitao recuerda que en el momento álgido de la pandemia se reclutaron enfermeras no formadas e inexpertas en el cuidado crítico para poder atender la gran demanda de personal en las unidades de cuidados intensivos (UCIs). “Esto supuso un enorme esfuerzo, sobrecarga de trabajo y sobreesfuerzo emocional para las enfermeras veteranas en estos servicios”, reconoce. Por eso, subraya que “detrás de cada ventilador hay un paciente” y defiende que estos pacientes “necesitan un equipo interprofesional altamente cualificado, donde la enfermera de intensivos tiene un papel fundamental”.
Respecto a la COVID-19, la enfermera asegura que es necesario seguir actualizándose, formándose e investigando en esta nueva enfermedad para encontrar el mejor tratamiento y solución para estos pacientes. Hay que recordar que siete meses después del inicio de la pandemia no existe todavía una vacuna ni tratamiento efectivo para el SARS-CoV-2.
En todo caso, Lospitao considera “pertinente y relevante desde este foro la necesidad de puesta en marcha de la especialidad en enfermería intensiva”, porque “el cuidado del paciente crítico es complejo, tecnificado y necesita de profesionales formados y cualificados en ello”.