Los Dres. Miguel Álvarez López, Mª José Sancho-Tello de Carranza y Francisco Javier García Seara han participado en una sesión del e-CongresoSEC 2020 de la Salud Cardiovascular en la que han explicado por qué y cómo se debe planificar un programa de ablación Cero-escopia, de seguimiento remoto y una consulta virtual de arritmias.
Ablación con catéter con CERO-Fluoroscopia
El procedimiento de ablación con catéter con Cero-Fluoroscopia tiene como principal filosofía la consecución del objetivo de la ablación, que es la supresión de la taquiarritmia, sin producir aumento de la tasa de complicaciones. Todo ello, como explica el Dr. Álvarez López, “sin necesidad de utilizar la radiación en ninguna de las fases del procedimiento, siempre que sea razonablemente alcanzable”.
En palabras del especialista hay que planificar un programa de Cero-Fluoroscopia “para convertir al laboratorio de EEF (electrofisiología) en un entorno laboral libre de radiación ionizante”. Como indica el Dr. Álvarez López, el principal objetivo es reducir al máximo los efectos deterministas y estocásticos producidos por tal radiación en pacientes (sobre todo en mujeres y niños) y profesionales, especialmente en aquellas profesionales embarazadas que quieran mantener su actividad durante ese periodo.
A la hora de planificar un programa de este tipo, el cardiólogo considera que “lo primero que hay que hacer es tener el convencimiento profesional de las bondades de este procedimiento por parte de todos los integrantes de la Unidad, así como recabar el apoyo necesario por parte de los técnicos del sistema de navegación”. El especialista recuerda que no hay que olvidar el aumento del coste del procedimiento en algunos sustratos, algo que debe ser conocido y aprobado por la jefatura de servicio. Asimismo, “recibir formación es crucial para conocer los entresijos del procedimiento”.
El Dr. Álvarez López recomienda empezar por sustratos ‘sencillos’ localizados en cavidades derechas: TRIN y Flutter común. “Para ir ganando confianza se puede portar prendas de protección radiológica y confirmar la posición de los catéteres obtenida del navegador con la escopia convencional. También sirve de ayuda la reconstrucción 3D de la cámara cardiaca a abordar”, dice.
Para el experto, una vez obtenida la suficiente confianza, se debería dejar de usar las prendas de protección radiológica para conseguir otra de las ventajas del procedimiento Cero-Fluoroscopia: evitar las lesiones espinales. “El paso siguiente es ir aumentando el número y la complejidad de los sustratos arrítmicos a tratar”, añade.
Seguimiento remoto de dispositivos de estimulación cardiaca
La Dra. Sancho-Tello recuerda que, desde su introducción hace ya 20 años, el seguimiento remoto ha demostrado ser fiable y seguro, además de bien aceptado por los pacientes. “Ofrece grandes ventajas clínicas y económicas, asociado o sustituyendo al seguimiento presencial y reduciendo la mortalidad, tanto de pacientes de alto riesgo con insuficiencia cardiaca, como también de pacientes con marcapasos”, asegura.
Las guías de actuación clínica actuales recomiendan ofrecer el seguimiento remoto como cuidado habitual a todos los pacientes a los que se les implanta un DIEC. “Es indicación clase I para el control de la duración de la batería y buen funcionamiento de los cables, vigilancia de los DIEC con alertas de funcionamiento, detección temprana y cuantificación de fibrilación auricular y reducción de choques inapropiados”, dice la especialista.
Como recuerda la Dra. Sancho-Tello, la utilidad y necesidad de implementar una consulta de seguimiento remoto de DIEC se ha hecho todavía más patente durante la pandemia de la COVID-19 “si tenemos en cuenta la edad media de los pacientes a los que se les implanta un marcapasos, el que una parte de los mismos se encuentra institucionalizada en residencia, y que la inmensa mayoría requiere de acompañante y/o transporte sanitario para acudir a la consulta presencial, que sería innecesaria en la mayoría de los casos”.
Para planificar una consulta de seguimiento remoto hay que contar, en primer lugar, con el apoyo institucional. Además, cada participante del proceso debe tener claramente distribuidas y asumidas sus responsabilidades. En este sentido, la cardióloga subraya que “resulta clave disponer de personal de enfermería entrenado y formado tanto en el seguimiento de dispositivos como en el manejo de los diferentes comunicadores y páginas web”.
Si el DIEC dispone de monitorización automática de alertas (MR), la Dra. Sancho-Tello asegura que “es importante explicar al paciente el sistema y horario de respuesta a las mismas en función de la gravedad una vez detectadas, haciendo hincapié en que la MR no es un servicio 24 horas, 7 días a la semana, 365 días al año en este momento y no sustituye a la atención urgente si es requerida”.
En su hospital, una vez incluido un paciente en el programa de seguimiento remoto, las transmisiones y alertas diarias son revisadas de lunes a viernes y transcritas a la historia clínica electrónica (HCE) por parte de enfermería, si no requieren revisión médica. “Las transmisiones no urgentes que precisan revisión son revisadas y transcritas a la historia clínica por parte del médico de la consulta, que toma las decisiones clínicas oportunas con periodicidad semanal”, añade la especialista.
Las transmisiones o alertas que deben ser revisadas de forma urgente se resuelven en el día, estableciendo contacto telefónico con el paciente en función de la necesidad de visita presencial, remisión a Urgencias, visita clínica o cambio de medicación, quedando todo ello reflejado en la HCE. “Es importante informar al paciente en ausencia de complicaciones con periodicidad preestablecida”, remarca la Dra. Sancho-Tello.
Consulta virtual de arritmias
La adaptación a las necesidades impuestas por la pandemia del SARS-CoV-2 es la principal razón por la que poner en marcha una consulta virtual de arritmias.
Según el Dr. García Seara, “el impacto de la COVID-19 sobre el sistema de salud ha producido una primera ola en los meses de marzo y abril con la mortalidad y morbilidad debida a la enfermedad; pero podemos distinguir una segunda ola que es el efecto sobre la restricción de recursos para enfermedades urgentes no COVID”. El cardiólogo recuerda que se han reducido un 35% los marcapasos urgentes durante el confinamiento y habla, además, de una tercera ola, que corresponde al impacto que ha tenido la pandemia sobre la atención interrumpida en enfermedades crónicas. En este punto, el especialista asegura que hay posibilidades de mejora “a través de cambios en la organización sanitaria de la consulta”.
Entre los aspectos claves a implementar, el Dr. García Seara subraya los siguientes:
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Organización en procesos asistenciales de la consulta en cardiología en general y arritmias en particular. “En arritmias es muy importante tener un proceso asistencial en fibrilación auricular, que permite al profesional ver al paciente en el momento oportuno sin consultas redundantes”, asegura.
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Organización de la consulta electrónica (e-consulta). “Aproximadamente un 20% de las consultas no requiere presencialidad. Por ejemplo, las arritmias constituyen un 20% de las e-consultas globales en nuestro medio”.
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Programas de telemedicina, como atención CEX, gestor de peticiones y citas, TELEA (plataforma tecnológica de asistencia domiciliaria, y criterios claros de derivación.
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Nuevas actividades en la consulta. “Es importante preparar la consulta y clasificar a los pacientes; los de bajo riesgo y moderado entrarán en la consulta telefónica, mientras que los de riesgo alto seguirán en la consulta presencial”, dice el experto.