Profesionales de enfermería han repasado en el Congreso SEC21 de la Salud Cardiovascular y el 42 Congreso Nacional de la Asociación Nacional de Enfermería en Cardiología (AEEC) la situación de los cuidados críticos, en el marco de una mesa en la que se ha prestado especial atención al papel de los equipos transversales de actuación rápida.
“El objetivo de un equipo transversal de actuación rápida es llevar los cuidados intensivos a la cabecera del enfermo. Aunque los expertos no han llegado a un consenso sobre cuál es la configuración óptima del mismo, sí coinciden en la importancia de disponer de amplios conocimientos en el tratamiento del paciente crítico”, explica David Esteve Casanovas. En otras palabras, se trata de un equipo que proporciona los cuidados especializados en unidades de hospitalización convencional cuando los usuarios experimentan un deterioro clínico.
Una necesidad
Las guías de práctica clínica de 2021 del European Resuscitation Council abogan por la creación de equipos de respuesta rápida en estas unidades, con escalas de valoración precoz para la detección del deterioro clínico, y reducir así la incidencia de parada cardiaca y mortalidad intrahospitalaria.
Estas escalas de valoración precoz son la herramienta clave para la detección del deterioro clínico del paciente. “Son un sistema simple y útil de puntuación agregada que da un valor y, en función del algoritmo de decisión, generan una respuesta adecuada al estado de salud del usuario”, detalla el enfermero del Hospital Clínic de Barcelona, quien aclara que “cuando hablo de sencillez me refiero a que éstas funcionan con la toma rutinaria de las constantes vitales y la ayuda de la tecnología aplicada a la medicina para generar la puntuación. En base al resultado y el algoritmo de cada centro se genera la respuesta adecuada”.
El papel de estas escalas es estratégico, ya que son las responsables de la identificación precoz del deterioro clínico. Según los expertos, los pacientes envueltos en un episodio adverso muestran signos de deterioro clínico entre seis y ocho horas previas al colapso, aunque algunos estudios hablan de cambios fisiológicos en las constantes vitales hasta en las 24 horas previas. “La identificación precoz del deterioro proporciona la oportunidad de dar el tratamiento adecuado en el momento adecuado, y así evitar la cascada tórpida que genera un colapso en los pacientes frágiles que se encuentran en las unidades de hospitalización”, indica Esteve Casanovas.
Los equipos transversales de actuación rápida se enmarcan en los sistemas de respuesta rápida, que fueron introducidos en los hospitales a principios de los años 90. Como explica el enfermero han ido evolucionando desde entonces, aunque los resultados siguen siendo múltiples y variados en la comunidad científica. “A pesar de esta heterogeneidad, los expertos coinciden en que los mejores resultados surgen con la madurez del sistema y se ven reflejados en múltiples indicadores: la estancia hospitalaria, la incidencia de parada cardiaca, la mortalidad, la satisfacción de los profesionales sanitarios, entre otros”.
Un reciente estudio, llevado a cabo en el Hospital Clínic de Barcelona, refleja en su prueba piloto una reducción de la estancia hospitalaria y de la mortalidad. “Aunque estas reducciones no son significativas estadísticamente, los buenos resultados hacen pensar en una mayor seguridad asistencial”, valora Esteve Casanovas.
Papel de enfermería en los equipos transversales de actuación rápida
Los profesionales de enfermería juegan un papel clave en la composición de estos equipos. Tal y como explica Esteve Casanovas, “por un lado, somos los encargados de detectar el deterioro clínico y activar el sistema (vía aferente) mediante escalas de valoración precoz y/o un juicio clínico; y, por otro, integramos los equipos que dan respuesta al deterioro (vía eferente), los cuáles disponen de mayor o menor autonomía dependiendo del lugar y legislación vigente. La práctica avanzada de enfermería en España va progresando con paso firme pero lentamente”.
En todo caso, enfermería tiene un papel relevante de cualquiera de las maneras, debido a la multidisciplinariedad de los equipos. Por otro lado, la pandemia mundial producida por el SARS-CoV-2 ha puesto de manifiesto las enormes competencias y cualidades de los profesionales de enfermería.
Actualmente, estos profesionales se enfrentan a una población envejecida, con mayor comorbilidad, y deben asumir unos avances en la tecnología aplicada a la medicina que generan procedimientos técnicos de mayor complejidad. “La sinergia de estas características precisa una mayor necesidad de camas de cuidados intensivos de las cuales no disponemos”, reflexiona Esteve Casanovas, quien concluye que “el aumento de la carga asistencial, asociada a las características técnicas y de la población, genera una mayor dificultad para proporcionar unos cuidados excelentes; por ello, diversas organizaciones internacionales, como la European Resuscitation Council o The Joint Commission recomiendan la creación e introducción de los sistemas de respuesta rápida para mejorar la seguridad y calidad asistencial”.