Elena Calvo Barriuso, enfermera del Hospital Universitario de Bellvitge, ha explicado en el Congreso SEC21 de la Salud Cardiovascular y el 42 Congreso Nacional de la AEEC cómo un programa de educación enfermero mejora la adherencia terapéutica en pacientes mayores de 75 años.
Estos programas de seguimiento y educación sanitaria están enfocados al empoderamiento y acompañamiento del paciente desde el conocimiento de su enfermedad y su tratamiento. “En ellos analizamos a cada paciente individualmente y le damos las herramientas necesarias para poder tomar de forma correcta la medicación. También revisamos con el equipo médico la medicación en el caso de duplicidades, reacciones adversas o problemas relacionados con el tratamiento farmacológico”, explica la enfermera. En su hospital, este programa tiene una duración de un año y las visitas con enfermería se realizan de forma presencial.
La bibliografía existente apunta a cifras muy bajas de adherencia en pacientes con enfermedades crónicas: alrededor del 50% son adherentes, pero esta cifra baja al 30% cuando se trata de pacientes mayores. El descenso en este grupo se debe a las limitaciones físicas, sociales, económicas y a los síndromes geriátricos que pueden aparecer en pacientes con edad avanzada.
Tal y como explica Calvo Barriuso, en enfermedad cardiovascular hay poca evidencia científica sobre este asunto, siendo la gran mayoría estudios en pacientes con hipertensión arterial o insuficiencia cardiaca. “Sin embargo, en el paciente con infarto agudo de miocardio, donde la adherencia terapéutica es crucial para evitar el riesgo de complicaciones graves como la trombosis precoz del stent, hay pocos estudios publicados”, subraya.
El tratamiento farmacológico tras el infarto de miocardio suele verse incrementado o modificado y esto implica un nuevo aprendizaje o variaciones del tratamiento antiguo que puede dificultar al paciente la toma de medicación, especialmente si se trata de un paciente mayor.
Un caso de éxito
La enfermera del Hospital Universitario de Bellvitge ha presentado en el congreso los datos de un estudio llevado a cabo en su hospital, cuyo objetivo era comparar los datos de adherencia al tratamiento al año en pacientes mayores de 75 años tras un infarto de miocardio frente a un grupo de control.
Los datos de la investigación pusieron de manifiesto que una proporción importante de pacientes ancianos con infarto de miocardio no presenta una buena adherencia terapéutica a los 12 meses. Sin embargo, el grupo que acudió al programa de educación enfermero obtuvo cifras mayores de adherencia (51,9%) frente al grupo de práctica habitual (21,5%).
“La valoración geriátrica exhaustiva y el estudio de los predictores de buena adherencia puede contribuir a individualizar y optimizar los programas de seguimiento”, reflexiona la enfermera.
Por otro lado, Calvo Barriuso considera clave que los profesionales sanitarios trabajen en equipo y colaboren para mejorar la adherencia terapéutica. “De esta forma se podrá continuar trabajando en la conciliación de la medicación, en la reorganización de horarios, posologías o en la buena coordinación entre servicios. Es importante una correcta transición de cuidados entre el hospital y la atención primaria, y sensibilizar al profesional para que dedique esfuerzos en enseñar al paciente y empoderarlo para garantizar una correcta adherencia terapéutica”, concluye.