Con el fin de conseguir la identificación de la huella molecular asociada específicamente al riesgo cardiovascular en la población joven y mejorar eficazmente las herramientas actuales existentes de predicción de enfermedad cardiovascular a medio y largo plazo, surgió el estudio 'Variaciones del perfil molecular por la edad y la estratificación del riesgo cardiovascular', una investigación que se ha desarrollado gracias a la beca para la investigación básica que concede la SEC en su congreso anual.
“Actualmente se hace difícil conseguir fondos para investigación básica, en nuestro caso, más concretamente, para la investigación traslacional que venimos desarrollando en el laboratorio desde hace más de diez años. El poder optar a estas becas es fundamental para llevar a cabo nuestros proyectos, que están en consonancia con las directrices de la SEC”, valora la Dra. María Eugenia G. Barderas, investigadora principal del estudio.
Partiendo de la base de que una gran mayoría de pacientes que presentan bajo riesgo de sufrir eventos cardiovasculares a corto o medio plazo tienen un elevado riesgo de padecerlos si la estimación se realiza a lo largo de la vida (“lifetimerisk”), se planteó este estudio traslacional mediante un abordaje multi-proteómico a partir de muestras de plasma y su integración mediante herramientas bioinformáticas para conseguir un mayor conocimiento a nivel molecular de las enfermedades cardiovasculares y poder estratificarlas en nivel de riesgo de forma correcta a partir de los perfiles -ómicos (proteínas) obtenidos.“Nuestra hipótesis se basa en que los sujetos con "lifetimerisk" elevado tienen un perfil molecular diferencial frente a aquellos sujetos con "lifetimerisk" bajo. El estudio de dicho perfil podrá ser una valiosa herramienta molecular a tener en cuenta para la adecuada estratificación del riesgo cardiovascular”, explica.
La estrategia multi-proteómica desarrollada en este estudio ha permitido la identificación de 47 proteínas diferencialmente expresadas al comparar sujetos sanos, con factor de riesgo cardiovascular y con evento cardiovascular.“Tras la fase de confirmación mediante técnicas turbidimétricas y SRM describimos tres firmas proteicas diferentes, dos de ellas relacionadas con la estratificación del riesgo cardiovascular y una tercera relacionada con el daño orgánico”, destaca la Dra. González Barderas.
Por lo tanto, se trata del primer estudio proteómico donde se pone de manifiesto la identificación de marcadores que potencialmente servirán para clasificar individuos que estén en edad media de la vida en diferentes grupos, atendiendo al riesgo que presentan a la hora de desarrollar una enfermedad cardiovascular. “La búsqueda de un nuevo perfil molecular (proteínas) que permita estratificar los individuos con alto o bajo “lifetimerisk” en la población ayudará, sin duda, a una rápida intervención a nivel clínico-preventivo. Además, la búsqueda de nuevas dianas terapéuticas (proteínas) puede favorecer la evolución de este tipo de pacientes”, incide la doctora.