La función sistólica del ventrículo izquierdo es uno de los marcadores pronósticos más importantes en pacientes con enfermedades cardiovasculares. La FEVI es el parámetro de función sistólica del ventrículo izquierdo más utilizado para este propósito, siendo el referente de función sistólica en diversas guías de actuación clínica.
La FE se calcula habitualmente con ecocardiografía (2D), mediante la medición de los volúmenes telesistólico y telediastólico del VI, según el método de Simpson biplano. Sin embargo, como indica el Dr. José Luis Moya, uno de los ponentes de la sesión ‘Focus strain vs FEVI como predictor pronóstico’, “este parámetro está sujeto a problemas técnicos, que están siendo solucionados gracias al avance tecnológico, y a problemas de base de difícil solución”.
Por otro lado, el strain es un parámetro ecocardiográfico basado en el análisis de la deformación miocárdica mediante distintas técnicas tecnológicas ecocardiográficas avanzadas. Está relacionado con la función regional del miocardio y expresa el porcentaje de deformación del mismo.
“El estudio de la deformación miocárdica puede dar una información de la función miocárdica global, segmentaria, por capas o por componentes. Cada uno de estos apartados pueden verse afectados en las distintas enfermedades cardiacas, a pesar de que la FEVI continúe siendo normal”, explica el experto.
El parámetro de deformación miocárdica más validado en el momento actual es el strain longitudinal global (SLG). “Este parámetro también está sujeto a problemas técnicos pero, al analizar directamente la deformación miocárdica durante el ciclo cardiaco, plantea menos problemas de base para estudiar la función miocárdica que la FEVI”, asegura el Dr. Moya.
Numerosos estudios muestran que el SLG proporciona mejor evidencia en el diagnóstico, pronóstico y manejo clínico de diversas enfermedades cardiacas: IC, sujetos asintomáticos con sospecha de enfermedad cardiaca, asincronía, enfermedad valvular o miocardiopatías.
“Las guías actuales para el diagnóstico y tratamiento de pacientes con diversas cardiopatías incluyen la FEVI como uno de los principales determinantes de su caracterización, estratificación y manejo. Sin embargo, el strain, y en particular el SLG, debe ser considerado como un valioso parámetro ecocardiográfico para mejorar la estratificación pronóstica y el manejo de estos pacientes”, concluye el experto.
Strain y FEVI como predictores pronósticos en las valvulopatías
La Dra. Patricia Mahía ha centrado su ponencia en el strain y la FEVI como predictores pronósticos, en concreto, de las valvulopatías.
El desarrollo de disfunción ventricular izquierda es una preocupación importante para el clínico en el manejo de los pacientes con valvulopatías. “En el periodo preoperatorio las alteraciones de la contractilidad miocárdica pueden ser ‘invisibles’ con los métodos tradicionales para evaluar la función sistólica, debido a las condiciones de carga existentes”, comenta Mahía.
La detección de la disfunción miocárdica subclínica mediante el uso de los parámetros de deformación abre una ventana en la identificación de los pacientes con mayor riesgo de desarrollar complicaciones a medio-largo plazo. “Detectar a tiempo a los pacientes con mayor morbimortalidad es crucial para planear la estrategia de tratamiento más óptima”, dice la experta quien oncluye que “en los últimos años, la publicación de numerosos trabajos demuestran que la evaluación de la función miocárdica mediante los parámetros de deformación, fundamentalmente el SLG, identifica mejor a los pacientes con riesgo de desarrollar complicaciones en el seguimiento”.