A lo largo de la vida de la mujer, el ginecólogo/obstetra es considerado como su único médico de familia o de cabecera, particularmente cuando está en edad fértil, y sabemos que muchas etapas que intervienen en su esperanza de vida, en especial el embarazo y la menopausia, ocasionan efectos únicos sobre su salud cardiovascular.
La colaboración entre los ginecólogos y cardiólogos se considera crucial para el cuidado de la mujer, intentando mejorar la falta de igualdad y calidad género-dependiente en los sistemas de salud. Ahora sabemos que el 90% de las mujeres tienen, al menos, un factor de riesgo para desarrollar enfermedades cardiacas y que una óptima estrategia de prevención debe comenzar décadas antes de que una enfermedad cardiaca se manifieste clínicamente.
Por esta y otras razones que se exponen a continuación, la asociación en equipos de cardiólogo-obstetra/ginecólogo puede ser un elemento crítico a la hora de identificar y modificar tempranamente aquellos factores de riesgo de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular.
Los datos más recientes muestran que solo el 45% de las mujeres conocen que la principal causa de muerte en ellas son las enfermedades cardiovasculares, y que menos de la mitad de los médicos de familia o atención primaria consideran las enfermedades cardiovasculares algo muy importante en la mujer, después de la salud de los senos y el peso. De hecho, los resultados adversos en el embarazo y las mujeres en la menopausia tienen mayor riesgo cardiovascular. Por un lado, existen los llamados factores de riesgo cardiovasculares "tradicionales" como son la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el colesterol alto y la obesidad, que afectan a ambos sexos, pero algunos de ellos afectan a la mujer de forma diferente y son considerados más potentes. Por ejemplo, después de los 65 años de edad las mujeres son más propensas a convertirse en hipertensas que los hombres y es preocupante que solo el 29% de las mujeres mayores tengan un control adecuado de su tensión arterial (TA), en contraste con el 41% en los hombres. La diabetes mellitus confiere mayor riesgo cardiovascular a las mujeres que a los hombres: 19,1% contra 10,1%. Desgraciadamente, las mujeres diabéticas tienen menos probabilidades que los varones de ser tratadas de sus factores de riesgo cardiovascular. El riesgo de enfermedades cardiacas en las mujeres fumadoras es un 25% mayor que en los varones fumadores.
Después, existen los llamados factores de riesgo "no tradicionales" únicos o predominantes en la mujer, que no son necesariamente sexo-específicos sino que son predominantes en las mujeres, y que incluyen ciertas enfermedades autoinmunes como artritis reumatoide, lupus sistémico eritematoso y esclerodermia. Estos desórdenes son altamente prevalentes en mujeres que tienen un riesgo alto de enfermedad coronaria y de otras enfermedades cardiovasculares.
Por último, están los factores de riesgo cardiovascular específicos de la mujer: hipertensión gestacional, preeclampsia, eclampsia, diabetes gestacional, parto prematuro, síndrome de ovario poliquístico, amenorrea funcional hipotalámica y tratamiento hormonal, ya sea sustitutorio o anticonceptivo. A este respecto, los anticonceptivos orales utilizados por mujeres que son fumadoras de cigarrillos, están asociados a un riesgo cardiovascular 7 veces mayor. Durante el embarazo, la preeclampsia y la hipertensión gestacional provocan un riesgo 3 a 6 veces mayor de hipertensión arterial después del embarazo y un riesgo 2 veces mayor de cardiopatía isquémica y de accidente vascular cerebral.
En resumen, todas las visitas periódicas de mujeres sanas con su ginecólogo, incluyendo las del seguimiento posparto, deberían considerarse como una oportunidad para recomendar opciones de estilo de vida que optimicen la salud cardiovascular, incluidas control del peso, abandono del tabaco, valoración de actividad física, consejos nutricionales, etc. Ello es especialmente importante para aquellas mujeres que han tenido complicaciones durante el embarazo, en la menopausia y en mujeres con tratamientos hormonales.
Comentario
La asociación cardiólogo-obstetra/ginecólogo mejora la identificación de riesgo cardiovascular de las mujeres y es una oportunidad única para intervenir factores de riesgo específicos de la mujer. Se trata de actuar como equipo y de establecer una vía para que los obstetras/ginecólogos puedan referir a los cardiólogos sus pacientes con riesgos cardiacos elevados tales como preeclampsia durante el embarazo o mujeres que precisan tratamiento hormonal sustitutorio y tienen factores de riesgo cardiovascular.
Referencias
Improving the Cardiovascular Health of Women in the Nation: Moving Beyond the Bikini Boundaries
- Gulati M.
- Circulation. 2017;135:495-498.
- Brown HL, Warner JJ, Gianos E, Gulati M, Hill AJ, Hollier LM, Rosen SE, Rosser ML, Wenger NK.
- Circulation. 2018;137(24):e843-e852.