Estudio que evalúa a 57 pacientes mediante resonancia magnética cardiaca (RMC) de un grupo de 377, tras hospitalización por infección COVID-19.
Se llevó a cabo un análisis avanzado con técnica de feature-tracking, utilizada para la detección precoz de posible daño miocárdico en la contractilidad ventricular y técnica de mapping, que permite la valoración de edema miocárdico. No se objetivaron diferencias respecto a grupo control en relación a la función sistólica ventricular izquierda mediante feature-tracking (FT) en la población global estudiada. Evidenciándose valores disminuidos de FT global circunferencial/radial en el análisis de subgrupo, en aquellos pacientes a quienes se les realizó la RMC durante las primeras 8 semanas tras la infección. Por otro lado, mediante las técnicas de mapping se presenció una elevación estadísticamente significativa en los valores de T2-mapa, lo que traduce la presencia de edema miocárdico residual al tiempo que fueron sometidos a RMC dichos pacientes (81 ± 27 días, tras la infección).
Comentario
En el estudio fueron finalmente incluidos 57 pacientes tras hospitalización por infección COVID-19, todos ellos confirmados con prueba PCR positiva para SARS-CoV-2 en el momento de su ingreso. Estos fueron selectivamente incluidos de una consulta monográfica cardiológica, donde se evaluaron a un total de 377 pacientes con una valoración clínica, electrocardiografía y ecocardiografía transtorácica. La mayoría fueron remitidos a RMC por alteraciones ecocardiográficas (71,9%) y en su mayoría se encontraban asintomáticos en el momento de su valoración (82,5%). El grupo control estuvo compuesto por 20 voluntarios sometidos a RMC sin contraste.
Entre las características basales a destacar del estudio, tenemos el tiempo entre el primer contacto hospitalario y la realización de la RMC, la cual fue de 81 ± 27 días. Esto es importante tenerlo en cuenta, en vista al posible periodo de recuperación de los pacientes. Sin embargo, este periodo de ventana fue el mínimo posible con una PCR negativa tras la recuperación y siguiendo las recomendaciones otorgadas por las sociedades de imagen cardiaca.
La media de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo fue del 61 ± 10 %; es decir, en su mayoría se trató de una población con una función sistólica conservada. Respecto al hallazgo de realce tardío de gadolinio patológico, los resultados fueron en concordancia con aquellos encontrados por otros grupos en situación similar, con una prevalencia del 26,3%. En relación con este último aspecto, hay que considerar que la muestra del estudio estuvo representada por pacientes hospitalizados en su mayoría en situación de gravedad, entre marzo y mayo de 2020 en Madrid, España. Momento crítico de la pandemia en dicha ciudad, donde la situación sanitaria y número de ingresos era máxima, y la gravedad de los enfermos era posiblemente mayor, lo cual no sería extrapolable a la población de menor edad y gravedad, que ingresaron en mayor proporción en los meses posteriores durante la pandemia.
Respecto a la valoración mediante FT, utilizada para evaluar la deformación miocárdica mediante RMC y descifrar un posible daño miocárdico subclínico en la contractilidad (al igual que hacemos con el strain en ecocardiografía), no se objetivaron diferencias significativas entre pacientes tras COVID-19 y grupo control, ni en FT global circunferencial ni en FT global radial. Lo previo, probablemente explicado por el tiempo prolongado entre el primer contacto y la realización de la RMC, objetivando en el análisis de subgrupo que en aquellos con justificación clínica de realización de RMC precoz (menos de 8 semanas), se presenciaron valores disminuidos de FT global circunferencial y radial comparado con el grupo control. Esto podría hacernos intuir una posible recuperación en la deformación miocárdica con el paso del tiempo, sin embargo, esta idea no se puede corroborar con estudio, en vistas a la ausencia de RMC controles.
Respecto a la valoración mediante mapping se objetivó una elevación estadísticamente significativa de valores T2-mapa respecto a grupo control, que traduce la presencia de edema miocárdico residual en la población de estudio. Los autores, si bien reconocen que los casos de miocarditis son posibles en el contexto de infección por COVID-19; en la mayoría de los pacientes donde hay afectación miocárdica se trata más bien de edema miocárdico en solitario sin típicos focos de realce tardío de gadolinio (fibrosis), dentro del contexto de respuesta inflamatoria sistémica generada ante una infección por SARS-CoV-2
Referencia
- Javier Urmeneta Ulloa, Vicente Martínez de Vega, Oscar Salvador Montañés, Ana Álvarez Vázquez, Cristina Sánchez-Enrique, Sergio Hernández Jiménez, Francisco Daniel Sancho García, Luis López Ruiz, Manuel Recio Rodríguez, Gonzalo Pizarro, Daniel Carnevali Ruiz, José Ángel Cabrera.
- Int J Cardiol Heart Vasc. 2021. 36:100854. doi: 10.1016/j.ijcha.2021.100854